Rivera brilla e impone la marca en la lomita y Molina luce con el madero

San Luis (EE.UU.).-  El cerrador panameño Mariano Rivera, de los Yanquis de Nueva York, nuevamente acaparó los reflectores sobre la lomita y brilló de manera especial en la 80 edición del Juego de las Estrellas, que correspondió a su equipo de la Liga Americana.

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(EFE)

El jugador de los Tigers de Detroit Curtis Granderson sonríe mientras felicita a sus compañeros, luego de que la Liga Americana venciera a la Nacional en el Juego de las Estrellas de la MLB, que disputaron en el estadio Busch de St. Louis, Missouri (EE.UU.).

Los lanzamientos sobrios y controlados de Rivera le permitieron imponer marca con su rescate número cuatro en el llamado "Clásico del Verano".

Rivera, que subió al montículo del campo "Busch Stadium" como cerrador de lujo de la Liga Americana para ser el octavo y último lanzador de ese equipo.

El serpentinero panameño logró el 1-2-3 en el noveno episodio y sumó su cuarto rescate en Juegos de las Estrellas para romper un empate con Dennis Eckersley en ese apartado.

Con su salvamento Rivera consiguió ocho entradas en Juegos de las Estrellas en el mismo número de apariciones sin permitir ni una carrera.

Rivera sacó por ponche a uno de los tres enemigos que enfrentó al controlar su actuación con 13 lanzamientos, ocho de ellos los escondió en el guante de su receptor.

Con su exitosa aparición sobre la lomita del "Busch Stadium" Rivera se consolida como uno de los cerradores más confiables de las Grandes Ligas.

Rivera, quien esta campaña se convirtió en el segundo relevista en la historia que alcanza los 500 rescates, retiró en fila los tres outs del noveno para romper el empate de salvamentos que compartía con miembro del Salón de la fama Dennis Eckersley.

Diez veces seleccionado para el Partido de las Estrellas, Rivera sólo ha permitido una carrera limpia en ocho entradas. El último fue un elevado del dominicano Miguel Tejada a lo corto del bosque derecho y que fue atrapado por el intermedista Ben Zobrist.

"Es una experiencia fenomenal", declaró Rivera. "El crédito lo tiene mis compañeros que me dan la oportunidad para cerrar la puerta. Fue un partido interesante y más con el presidente Obama (Barack) entre nosotros".

Rivera, que tiene 19 años en el béisbol profesional, todos con los Yanquis, incluyendo 15 en las Grandes Ligas, hace dos semanas se convirtió en el segundo relevista con 500 rescates en la historia del béisbol.

Si en el Juego de las Estrellas impuso su dominio, en la competición de la temporada regular, que se reanudará el jueves, se encuentra como segundo en el apartado de los salvamentos.

Rivera suma 23 rescates en la primera mitad de la temporada, que le permiten colocarse segundo en la Liga Americana en ese apartado, sólo detrás de Brian Fuentes, de los Angelinos de Los Ángeles, que ha conseguido 26 salvamentos.

El panameño se encuentra empatado con Joe Nathan, de los Mellizos de Minnesota, y Jonathan Papelbon, de los Medias Rojas de Boston, ganador del partido y los dos relevistas que le precedieron en el montículo antes de conseguir el salvamento.

El cerrador diestro de 39 años de edad también está empatado con Heath Bell, de los Padres de San Diego, con el venezolano Francisco Rodríguez, de los Mets de Nueva York, y con Brian Wilson, de los Gigantes de San Francisco, todos de la Liga Nacional.

Mientras que los bates latinoamericanos no tuvieron el poder que se esperaba de algunos de ellos y el más destacado fue receptor puertorriqueño Yadier Molina, de los Cardenales de San Luis, que en dos oportunidades pegó un imparable y pisó una vez la registradora para la Liga Nacional.

Molina, que fue el único representante del béisbol boricua en el Clásico de Verano, viajó en dos ocasiones a la caja de bateo y sólo en una de ellas pudo hacer contacto con la bola, y consiguió timbrar la registradora.

El receptor puertorriqueño, que tuvo todo el apoyo de los fanáticos locales, pegó sencillo al jardín central para mandar a la registradora al antesalista David Wright, de los Mets de Nueva York, y al guardabosques Shane Victorino, en la parte baja de la segunda entrada, cuando la Nacional consiguió racimo de tres carreras.

En ese mismo episodio Molina pisó la registradora impulsado por el primera base Prince Fielder, de los Cerveceros de Milwaukee, y dejó en .500 su promedio con el bate.

Por la Americana el receptor venezolano Víctor Martínez se fue de 0-0, mientras que en la lomita además de Rivera, el relevo venezolano Félix Hernández, de los Marineros de Seattle, lanzó perfecto el sexto episodio.

Por la Nacional, el parador en corto dominicano Hanley Ramírez, de los Marlins de Florida, hizo tres viajes a la caja de bateo y se fue sin hacer contacto; el primera base mexicano Adrián González, de los Padres de San Diego, no tuvo oportunidad con el bate.

En la misma Nacional el primera base dominicano Albert Pujols, el gran ídolo de los fanáticos del equipo local de los Cardenales y líder jonronero en la competición, no estuvo inspirado y se fue en blanco en tres viajes a la caja de bateo.

Mientras que el guardabosques cubano americano Raúl Ibáñez, de los Filis de Filadelfia, tuvo de 2-0, y el parador en corto dominicano Miguel Tejada, de los Astros de Houston, quien dijo se sentía reivindicado con el hecho de estar en el Partido de las Estrellas, viajó dos veces al plato, pero no conectó de hit.

En el montículo el relevo dominicano Francisco Cordero, de los Rojos de Cincinnati, trabajó el séptimo episodio, perfecto, y el cerrador venezolano Francisco Rodríguez, de los Mets, se encargó de sacar los últimos tres outs, ponchando a uno.