Una exposición pone "la guinda" al Año Darwin en el Museo de Ciencias Naturales

Madrid.-  Una exposición en el Museo Nacional de Ciencias Naturales con piezas de valor incalculable sobre el entorno y la vida de Charles Darwin pone "la guinda" al Año dedicado a quien es padre de la Teoría de la Evolución, al cumplirse el bicentenario de su nacimiento y 150 años de su obra "El origen de las especies".

ampliar foto

(EFE)

El director del Museo Nacional de Ciencias Naturales, Alfonso Navas (en el atril), durante su intervención en la presentación hoy en Madrid de la exposición "La evolución de Darwin".

Esta muestra inaugurada hoy, y que estará abierta hasta el 10 de enero, aporta datos de la situación de las Ciencias Naturales en la España del siglo XVIII e incluye cartas manuscritas del científico británico, pliegos de herbarios, libros de botánica y hasta una momia egipcia de ibis.

La exposición, que representa el colofón a los muchos actos desarrollados este año por el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid, en recuerdo de Darwin, recupera objetos de la de exposición en EEUU en 2006 sobre el científico, y también de la organizada este año en Portugal, que ha sido la más visitada del país en el ámbito científico, con 161.000 visitantes y más de 2.500 grupos de escolares.

Bajo el título "La evolución de Darwin", la muestra da a conocer las bases y principios científicos en los que se sustenta la Teoría de la Evolución, y las circunstancias científicas que precedieron a Charles Darwin, es decir, su contexto social y religioso, y el viaje alrededor del mundo a bordo del "Beagle", que curiosamente cambió la vida del científico y la de la biología moderna.

A la inauguración de la exposición han acudido entre otras personalidades, el secretario de Estado de Investigación, Carlos Martínez, el presidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Rafael Rodrigo, y el director del Museo Nacional de Ciencias Naturales, Alfonso Navas.

Asimismo, responsables de la Fundación Banco Santander y de la Fundación portuguesa Calouste Gulbenkian, organizadoras ambas de la exposición junto con el Museo de Ciencias Naturales.

Entre las entidades colaboradoras figura la embajada de Ecuador en España, que ha aportado varias aves de las Islas Galápagos, en su mayoría pinzones, que ayudaron a Charles Darwin a esbozar su Teoría de la Evolución.

Tras un atril precedido de un jarrón con orquídeas, una de las plantas preferidas del naturalista británico, el secretario de Estado de Investigación, Carlos Martínez, ha advertido de que "aún no ha terminado" aquel viaje emprendido por el científico de cinco años de duración alrededor del mundo a bordo del "Beagle".

Aquel periplo no ha concluido aún, porque todavía quedan muchas cosas que descubrir actualmente en el mundo, por ejemplo, lo que tiene que ver con el conocimiento del cerebro o el cambio climático.

Para Carlos Martínez, la sociedad actual tiene mucho que aprender de aquel naturalista británico, que ya hace tantos años desveló que "el destino no es inmutable, sino que se puede mejorar con lo que aporta el entorno".

A lo largo de la muestra, se puede observar cómo Darwin fue completando con distintos datos y observaciones el puzzle de la evolución por selección natural para comenzar a comprender dos planteamientos particularmente importantes.

Uno, que la semejanza física podría indicar una ascendencia común, y dos, que la teoría aplicable a los animales y a las plantas también es extensible a la especie humana.

Las aportaciones de Darwin fueron una revolución e incluso ofensivas en una época en la que la mayoría de los ciudadanos daban por sentado que la especie humana había sido creada a imagen y semejanza de Dios.

Según se fueron recibiendo evidencias por parte de otros naturalistas respecto a lo que habría sido una descendencia común entre los humanos y otros primates, Darwin se decidió finalmente a publicar "El origen de las especies", un libro que causó un gran impacto, no sólo en el Reino Unido sino en todo el mundo.