La becaria que da lecciones de internet a empresarios despistados

Jamón del bueno, retransmisión en directo, preguntas en tiempo real vía Twitter, llenazo y ovación esta mañana en el auditorio de Telefónica de la Gran Vía de Madrid. Dos directores de la operadora (Javier Nadal y Alfonso Alonso) flanqueaban con todos los honores a la invitada estrella que inauguraba el nuevo "Ciclo de debates abiertos" de la Fundación. Nunca una operadora tan grande ni tantos señores encorbatados aplaudieron tanto a una chica tan joven, de zapatos tan planos y una camiseta tan de algodón. Pero es que la ocasión lo merecía: Rahaf Harfoush estaba siendo presentada como la responsable de la Campaña Online de Barack Obama y escritora del libro "Yes We Did" sobre el tema. Ni más ni menos que la responsable tecnológica de la mejor y más moderna campaña electoral de la historia.

Gustavo Cuevas (EFE)

Rahaf Harfoush, de voluntaria a conferenciante VIP gracias a Obama.

Y la desenvuelta Rahaf ha dado una gran charla, llena de lecciones sobre el uso de la web 2.0. que pueden aprovechar las empresas. Antes y después de la conferencia, en la presentación, las preguntas y los pasillos, ha sido felicitada y —digámoslo ya— peloteada sin pudor como colaboradora cercana del mismísimo Obama. Lástima que, como ella misma reconoce sin ambages, sea sólo una voluntaria que cuando tenía 24 años trabajó gratis durante tres meses como un miembro más de la campaña electoral. Tres meses que le han servido para escribir un libro y para desarrollar una prometedora carrera como conferenciante (por España ya ha pasado varias veces), pero que ni mucho menos significan que sea la estratega de Obama como muchos despistados en busca del santo grial del social media han creído hoy.

No hay que negar que la chica tiene iniciativa. Rahaf era "social media strategist" (estratega de medios sociales, sea lo que sea eso) y cuando conoció a Chris Hughes, el director de Organización Online de la Campaña de Obama, hizo todo lo posible para trabajar con él. "Le llamé todos los días durante 6 meses", explica. Finalmente se fue de Canadá a Chicago a formar parte del equipo de MyBo.com durante una temporada que culminó en la victoria del demócrata. "Como New Media Strategist, estar en los cuarteles generales de Chicago era como estar en DisneyLand, tu cumpleaños y el lanzamiento del iPhone a la vez", dice en su blog. Lista y entusiasta, pudo experimentar desde dentro los entresijos de un proceso electoral que ella describe con naturalidad pero que sorprende a los europeos por su pragmatismo económico, cuidada organización e innovador uso de internet. Para ella, los nuevos medios no son un fin en sí mismos, sino que debe formar parte de una estrategia más amplia, algo fácil de olvidar porque "es muy fácil crear un perfil". Tampoco hay que lanzarse a las redes sociales de golpe, sino hacerlo poco a poco, aprendiendo de cada paso.

Cómo tratar con los entusiastas

Durante la campaña también tuvieron claro que no vale con dirigirse de forma masiva a todos los posibles votantes y decidieron dirigirse a los "entusiastas". "Hay que tener cuidado con las estadísticas. Puedes tener 150.000 amigos que no te ayuden... 50 personas que participen hacen más que 100.000 que no", sostiene Rahaf con la seguridad que proporciona ser experto en un campo que los demás desconocen. Por ejemplo, en la comunidad MyBO.com se seguía un sistema de puntuación que premiaba a los usuarios más participativos. Los que realizaban más acciones concretas (llamar a la puerta de más vecinos, conseguir más fondos, realizar más llamadas telefónicas...) eran recompensados con un estatus superior que les permitía el acceso a expertos, formación o más información. La joven explica que crear una comunidad así les sirvió, por ejemplo, para encontrarse con una red de voluntarios de campaña ya montada en lugares como Idaho antes de su llegada oficial.

El impresionante mailing realizado por la campaña de Obama también fue muy cuidado para no provocar las iras de nadie. Trece millones de direcciones de correo fueron recabadas y se usaron de forma segmentada. Cada correo era probado en un grupo menor antes de ser enviado y contenía distinta información según la ubicación, los temas del momento y su historia económica. Por ejemplo, ha contado Rahaf, se cuidaba mucho no pedir donaciones a alguien que las había realizado hace poco tiempo para que no se enfadase. Pero que nadie piense que estos correos se parecen en algo a los inocentes mails de los partidos españoles. El mismo día de las elecciones dieron a los más entusiastas los nombres de cinco extraños de su propio barrio para que llamaran a sus puertas. A los menos implicados se les pidieron otras acciones más sencillas, como donar cinco euros, o hacer una sola llamada pro Obama.

¿Cómo controlar la información que se pone en internet? No se puede, contesta Rahaf, provocando el asentimiento del respetable con algo que conoce cualquier administrador de un foro. Simplemente hay que estar ahí para responder si alguien la utiliza de forma inadecuada. Y a los entusiastas, darles toda la información de mundo y consignas claras y unívocas. ¿Que alguien nos pregunta sobre la postura en cuanto a impuestos de Obama? Pues uno mira a escondidas en la aplicación oficial para iPhone de la campaña y responde justo lo que el partido quiere. Ya en las preguntas, la joven aprovechó para pedir que se pierda el miedo a la red. "Los políticos y los CEOs deben rodearse de jóvenes que les enseñen cómo usar las herramientas", dijo. Que se mezcle la "gente con experiencia y los jóvenes que controlen la tecnología". A ella, por lo que se ve, le ha funcionado el argumento. Y mientras los CEOs estén igual de despistados en esto de la web 2.0, siempre habrá espacio para que algún becario listo les dé lecciones.