Antonio Barrera corta una oreja donde había dos

Pamplona.-  Una oreja cortó Antonio Barrera, sin embargo, trofeo insuficiente por las posibilidades que brindó el toro de Cebada Gago para que hubiera sido triunfo de dos orejas, en una tarde con otro astado bueno y cuatro que ya no dieron de si, en tanto los toreros anduvieron también bajo mínimos, hoy en Pamplona.

ampliar foto

(EFE)

El diestro Antonio Barrera observa a su segundo toro tras la estocada durante el festejo taurino de la feria de abono de los Sanfermines 2009, que se ha celebrado esta tarde en el coso pamplonés en el que ha compartido cartel con Francisco Marco y Sergio Aguilar y se han lidiado reses de la ganadería Herederos de Cebada Gago.

FICHA DEL FESTEJO.- Toros de Cebada Gago, bien presentados, de armónicas hechuras y muy serios por delante, de desarrollados y astifinos pitones. Corrida encastada, con mucha "transmisión", y de juego variado. Primero y tercero tuvieron calidad. Ya los cuatro restantes plantearon dificultades en distinto grado. Dato también a tener en cuenta: ninguno de los seis blandeó ni "se rajó".

Antonio Barrera: estocada ladeada (una oreja tras un aviso); y estocada (silencio).

Francisco Marco: dos pinchazos y estocada trasera (silencio); y cuatro pinchazos y media (silencio tras un aviso).

Sergio Aguilar: media y descabello (vuelta al ruedo tras un aviso); y medio bajonazo (silencio).

En cuadrillas, Pablo Saugar estuvo poderoso y eficaz en la brega al sexto.

La plaza se llenó en tarde agradable.

-----------------------------

MÁS EXPERIENCIA, MÁS AMBICIÓN

La palabra "interesante" en el toreo suele ser un eufemismo que esconde mucha crudeza. Y viene a cuento en la crónica de la corrida de hoy por ese doble significado -hubo momentos verdaderamente duros en la lidia- y también porque llamando a las cosas lisa y llanamente por su nombre, hubo toros en la tarde de juego interesante de verdad.

Empezando por los buenos. Los del "interés" en sentido positivo, primero y tercero tuvieron calidad. Por su nobleza y prontitud, la forma de humillar y de "empujar" los engaños, abriéndose entre pases y repitiendo. Toros en principio de triunfo cantado. Fáciles y con importancia. Pero había que estar "ahí", y no fue el caso de los toreros.

Bien distintos salieron los otros cuatro, más ásperos, con genio, o casta mala, y moviéndose mucho para acrecentar así aun más sus dificultades.

Expuestas de tal manera las condiciones de los toros, lo normal es que los toreros agraciados con los buenos hubieran cortado las orejas. Y a los malos, una lidia de castigo, y a otra cosa.

Sin embargo, no fue del todo así.

A uno de los dos buenos lo toreó sólo a medias Barrera. Tenía que haberle cortado las dos orejas y le cortó sólo una. La faena tuvo buen aire por momentos, pero a todas luces insuficiente. Estimable el saludo capotero a la verónica, y muy bien en un quite por gaoneras. Con la muleta, en cambio, las series fundamentales demasiado cortas, y sin profundizar. Cortó una oreja con una petición en el límite. Y el "cebada" está todavía embistiendo.

Mucho peor lo de Sergio Aguilar. Torero valiente, o mejor, con fama de tal, no lo pareció tanto por consentir que le pegaran dos enormes "trancazos" al tercero, primero de su lote, en el caballo.

¿Acaso pensó Aguilar que así iba a "servir" el toro más para la muleta? Pese a todo embistió con mucha clase. Apurando el calificativo fue toro si cabe todavía mejor que el que abrió plaza, también a pesar de dos detalles feos al escarbar entre series. Pero fue el torero, su forma de plantear el trasteo, la principal laguna. Torpón, que no valiente. Así estuvo Aguilar.

Y si con los buenos no rindieron los toreros, menos con los otros.

Barrera no se complicó la vida con el cuarto, que no terminaba de pasar por el lado derecho y que "rebañaba" por el izquierdo. Lo mató, eso sí, de una buena estocada.

Aguilar se metió en alardes con el sexto, toro imposible por incierto, que miraba mucho y se frenaba.

Y el local Marco, sencillamente no está para estos trotes. Sin ánimo ni recursos. Su lote fue el peor, pero tampoco acertó en la elección de terrenos y en la manera de plantear los trasteos. Ochenta capotazos llevó su primero, y al final se lo dejó ir a la querencia, en chiqueros, donde el animal todavía se hizo más fuerte. Y el quinto le pudo haber echado mano en un par de ocasiones por la tozudez de citar fuera de cacho y con la muleta atrás, dejando abierta "la ventana" por donde "el cebada" quería colarse continuamente.

No deja buen poso la corrida a pesar de los dos toros con nota. Seguro que en manos más expertas y con más ambición hubiera sido distinto.