Dos izquierdas abertzales, dos formas de afrontar un crimen

Dos cabezas visibles, dos reacciones. La muerte del policía nacional Eduardo Puelles ha vuelto a dejar patente la cada vez mayor división existente entre las distintas facciones de la izquierda abertzale en el País Vasco y su forma de actuar. Aralar, el partido de izquierda independentista que aboga por una solución política al conflicto vasco y que rechaza la violencia de ETA, no tardó en condenar el atentado "con rotundidad". La portavoz del grupo en el Parlamento vasco, Aintzane Ezenarro, reivindicó además una defensa del País Vasco sin violencia y por las vías políticas "sin vulnerar los derechos de otros".

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Aintzane Ezenarro, portavoz de Aralar en el Parlamento Vasco.

Desde Aralar, no consideran que este gesto sea novedoso, ya que siempre han condenado "de forma coherente" los asesinatos. Pero lo que sí ha llamado la atención respecto a anteriores condenas de los abertzales es el "llamamiento" a "todas las personas que en este país nos sentimos de izquierdas y abertzales para que de una vez y para siempre rompamos el silencio ante este tipo de atentados que van en contra de los Derechos Humanos, porque se dice que se hace en nuestro nombre".

Este comunicado ha sido interpretado por algunos como una llamada de atención únicamente a la izquierda abertzale, pero en Aralar sostienen que se trata de una apelación a toda la ciudadanía. Este asesinato es el primero que tiene lugar desde las pasadas elecciones del 1 de marzo, cuando con 62.000 votos, la formación independentista cuadriplicó su número de escaños en el Parlamento vasco y pareció establecerse como una verdadera alternativa esperanzadora para la izquierda separatista pacífica.

La actitud de Aralar ha sido incluso aplaudida por la propia presidenta del Parlamento, la 'popular' Arantza Quiroga, que ha alabado la contribución del partido al haber participado en el homenaje que se ha celebrado esta mañana en memoria del policía asesinado. La desaparición de Batasuna de la Cámara ha sido la que ha permitido que todos los grupos participaran esta mañana en el acto. Se trata de la primera vez que nadie se ha excluido de una celebración de estas características, como sucedía cuando EHAK contaba con representación parlamentaria.

Mientras, Iniciativa Internacionalista...

La muerte del policía a manos de la banda terrorista es también la primera que se produce tras la irrupción de Iniciativa Internacionalista (II) en el panorama político vasco. La respuesta de Sastre se produjo en forma de artículo, publicado en el diario Gara. El dramaturgo no condenaba el atentado y vinculaba el asesinato de ETA a la retórica del "conflicto político". En el texto, Sastre preguntaba a los socialistas si van a seguir respondiendo "al conflicto" por la vía policial en lugar de negociar con la banda. "De ser así, Dios nos coja confesados, porque no esperarían y amenazarían tiempos de mucho dolor en lugar de la paz".

La reacción de la cabeza visible de II ha desencadenado una tormenta política que amenaza con permear al terreno de lo judicial. Hoy mismo, la secretaria de organización del PSOE, Leire Pajín, ha confiado en que ahora la Fiscalía "tome nota y actúe en consecuencia". La respuesta se ha producido esta misma tarde, cuando el vicepresidente del CGPJ ha señalado que las palabras de Sastre "tienen suficiente entidad como para que sea investigado".

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Un homenaje con todos los grupos presentes.

La de Sastre y la de Aralar son dos formas muy distintas de hacer frente a un asesinato de la banda terrorista. Dos gestos que encarnan dos tendencias que cada día parecen más alejadas. Sin embargo, la versión pacífica del independentismo no ha conseguido con sus condenas un gran respaldo electoral en los últimos comicios europeos. Ya el pasado marzo, la ilegalización de las listas de D3M y Askatasuna planteó la duda de si el espaldarazo electoral que obtuvo Aralar correspondía o no a una especie de préstamo temporal proveniente de los votantes de las listas ilegalizadas.

Las elecciones a la Eurocámara parecen confirmar que esta sospecha parecía razonable. En El País Vasco, el pasado 7 de junio, Europa de los Pueblos (la coalición en la que concurría Aralar junto a Eusko Alkartasuna, BNG, o ERC) sólo obtuvo 40.900 votos frente a los casi 116.000 con que se hizo Iniciativa Internacionalista, lista sobre la que pesó la amenaza de ilegalización casi hasta el último momento. Aralar consideró entonces que la alianza electoral con EA "no había funcionado" y calificó de "agridulce" el resultado, ya que quedó patente que no había logrado movilizar a tantos ciudadanos como en comicios anteriores. ¿Han preferido los votantes que apoyaron a Aralar regresar a la opción política más ortodoxa?

¿Y Otegi?

Por otra parte, frente a ambos polos está un Arnaldo Otegi que las últimas veces que se había pronunciado había sido para decir que esperaba que ETA estuviera "a la altura de las circunstancias". También se había mostrado partidario de dialogar con representantes del PP y el PSE. Según ha dicho hoy Rodolfo Ares, consejero de Interior del Gobierno vasco, estos anuncios que había hecho Otegi sobre la apertura de un periodo de reflexión en la izquierda radical vasca los "ha cerrado ETA de la forma más salvaje que se pueda hacer, cometiendo un asesinato".

Algunos han querido ver en la disminución de la actividad de la banda terrorista de los últimos meses un intento de contribuir a la construcción de un bloque soberanista en torno a lo que se ha llamado "estrategia independentista eficaz", una idea presentada por el propio Otegi. Para el consejero, el asesinato de ETA es la más viva muestra de la incapacidad del líder de llevar a la izquierda abertzale al abandono del apoyo a la violencia. Una opción que los terroristas han desautorizado con una bomba lapa.