Sebastian Vettel estropea la fiesta a Brawn GP

Sebastian Vettel saldrá mañana desde la primera posición de la parrilla del Gran Premio de Inglaterra, que se despide este año del circuito de Silverstone. El piloto de Red Bull ha desplazado a la segunda casilla a Rubens Barrichello, mientras que el líder del mundial, Jenson Button, sólo ha podido ser sexto. Fernando Alonso ha optado esta vez por una estrategia muy conservadora, y arrancará desde la décima posición.

(REUTERS)

Pole para Vettel.

Las polémicas entre Max Mosley y la asociación de equipos abandonaron por una hora el monopolio de la atención mediática para la celebración de los entrenamientos oficiales. Con el presidente de la FIA como testigo mudo —Mosley no ha hablado más que para la BBC—, el mundo volvió a hablar de F-1, y lo hizo con sorpresa, pues Red Bull ha presentado argumentos de probada solvencia para amenazar el dominio hasta ahora inapelable de Brawn GP.

El frío apareció como invitado inesperado a la fiesta de despedida de Silverstone. En estas condiciones, la mayoría de integrantes de la parrilla se vieron envueltos en una peligrosa disyuntiva: optar por la goma blanda, más veloz, para asegurar el tiro en las tres tandas de ensayos so pena de renunciar a tener neumáticos nuevos para mañana, o bien arriesgar en una de las tandas con los duros para ahorrar algún juego de ruedas de cara a la carrera. Quienes menos problemas tuvieron, en este sentido, fueron los dos Red Bull. El nuevo frontal diseñado por Adrian Newey ha transformado el comportamiento del coche y, mejor que eso, el uso que hace de los Bridgestone. De hecho, Vettel y Webber fueron los únicos capaces de mantenerse en los mismos tiempos con los dos compuestos de gomas, una circunstancia que les convierte en principales favoritos para el triunfo.

Los dos integrantes del equipo de la marca de bebidas energéticas se alternaron en la autoría del mejor crono durante buena parte de la Q1, aunque al final fue Kazuki Nakajima quien, contra pronóstico, se acabó erigiendo como el mejor del lote. En el otro extremo, los dos McLaren y, en particular, Lewis Hamilton, que sólo pudo ser penúltimo y, por tercera carrera consecutiva, se ve apeado de la clasificación a las primeras de cambio. A su favor hay que decir que la estabilidad del MP4/22 es tirando a mediocre, como quedó claro en más de una toma televisiva en el crítico zig-zag de Maggots, Becketts y Chapel, y encima manifiesta serias dificultades para llevar los neumáticos a temperatura, apreciación evidente en el último intento del campeón del mundo, que necesitó dos vueltas completas para poder lanzarse al ataque. Sin embargo, en este preciso instante, Adrian Sutil sufrió un fortísimo accidente en la chicane de Abbey, incidencia que obligó a los comisarios a suspender la tanda a falta de 24 segundos. Esta inesperada bandera roja dejó sin tiempo para mejorar a Giancarlo Fisichella, Sébastien Bourdais, Lewis Hamilton y Sébastien Buemi que, junto al propio Sutil, ocuparán mañana las últimas filas de la parrilla.

(REUTERS)

El casco de Hamilton.

La Q2 confirmó la tendencia apuntada en los primeros minutos de la sesión, y los Red Bull dominaron desde el principio con una autoridad aplastante. De hecho, conscientes de su superioridad, Vettel y Webber marcaron sus mejores cronos montando gomas duras, con lo que mañana dispondrán de un par de sets de ruedas blandas más que la concurrencia. Mientras tanto, los Brawn GP seguían sin dar la talla. Algunos hablaban de que Button y Barrichello guardaban todavía el conejo de siempre en su chistera, pero cuando el inglés empezó a rozar peligrosamente la zona del KO, quien más quien menos empezó a sospechar que el báculo del mundial podría empezar a cambiar de mano.

El eliminado sorpresa de la sesión fue el Ferrari de Felipe Massa, que regaló el paso a la Q3 a Fernando Alonso al perder 4 décimas en el Complex (así se conoce al último sector de Silverstone, el más lento de todos). Junto a él cayeron Robert Kubica, Heikki Kovalainen, Nelson Piquet y Nick Heidfeld.

La tercera y definitiva tanda fue un duelo entre Barrichello y los dos Red Bull. El brasileño, inusualmente rápido, entró en la guerra del 1’19 iniciada por Sebastian Vettel, pero al final fue el alemán quien, en una última vuelta magistral, se anotó la pole, cuarta por cierto de su carrera deportiva. Mark Webber, por su parte, cedió la segunda plaza a Barrichello, y saldrá desde la tercera casilla de salida. El líder del mundial, quizá producto de la presión de mantener bien alto el pabellón en el circuito de casa, se tuvo que conformar con la sexta posición.

Fernando Alonso jugó una estrategia de corte conservador para no repetir el fiasco de Turquía. El asturiano cargó mucha gasolina en el tanque de su R29 y optó desde el principio por el compuesto duro, solución que podría resultar crucial durante la carrera, que arrancará mañana en el horario habitual (las 14 horas).

(REUTERS)

La polémica, también en las gradas.

¿Y la guerra política?

Desde ahora, empieza el tercer acto de la opereta entre la FIA y la FOTA. La última noticia es la tentativa de querella de los abogados del ente hacia Ferrari, Toro Rosso y Red Bull, únicos equipos que firmaron el Pacto de la Concordia hasta 2012. Mosley afirma que, en virtud de este acuerdo, están obligados a seguir en F-1, por lo que los ha demandado. Sin embargo, los equipos han reaccionado con un argumento igual de válido: una de las cláusulas del Pacto vela por la estabilidad reglamentaria, punto que Mosley lleva saltándose a la torera desde hace ya dos temporadas.

La amenaza del campeonato paralelo sigue viva, y sólo dejará de aplicarse si Max Mosley presenta su dimisión esta tarde. En caso contrario, mañana conoceremos la lista oficial de inscritos para el próximo campeonato sin Ferrari, BMW, McLaren, Toyota, Renault, Toro Rosso, Red Bull ni Brawn GP... y televisiones y circuitos de todo el mundo pondrán en marcha a sus equipos de abogados para desembarazarse de la obligatoriedad de seguir en la F-1 y poder, así, saltar a esta nueva categoría. Por cierto, en este sentido, primera e interesante declaración de intenciones de TV3, expresada a través del conductor de sus retransmisiones, Josep Lluís Merlos: "Pueden estar tranquilos, porque, el año que viene, TV3 les ofrecerá el mejor campeonato de los dos".