Amarillo oscuro

Cuanto mayor es la belleza, más profunda es la mancha. George Bataille

Verdadera elegancia.

Hace mucho, muchísimo tiempo, cuando trabajaba en el diario El Mundo, uno de los responsables del suplemento dominical Crónica me encargó entrevistar a José María Mendiluce, por aquel entonces presidente de Greenpeace España. Sus instrucciones fueron breves: "busca su lado oscuro". Yo sabía perfectamente a qué se refería, pero no quise ponérselo demasiado fácil: "¿Y si no tiene un lado oscuro?". La respuesta que merecía tan estúpida pregunta surgió con total naturalidad: "Todo el mundo tiene un lado oscuro". Las enseñanzas de este máster en periodismo, uno de los más instructivos que he recibido a lo largo de mi carrera, me han acompañado desde entonces. Considero lo que sigue como una simple actualización...

"Ha ido de poeta sensible, de cantante protesta, de consumidor compulsivo de drogas, pero su rasgo inmutable es el de mujeriego", rezaba la entradilla de la doble página central de 'La otra crónica', suplemento del diario El Mundo. ¿Adivinarían ustedes a qué personaje, cuyo rasgo "inmutable" es el de mujeriego, está dedicado el texto? Les daré una pista: no pertenece a la dirección del periódico. Piensen, piensen... ¿Berlusconi? ¿El conde Lequio? ¿Nacho Vidal? Otra pista más: según El Mundo, además de un "inmutable mujeriego" se trata de un "depredador sexual". ¿Antonio Anglés? ¿El violador del Ensamble? No, queridos lectores. El "depredador sexual", cuyo rasgo "inmutable es el de mujeriego", es nada más y nada menos que Bob Dylan.

En el interior del texto siguen despellejando al cantautor de Minnesota: "En la actualidad, su aspecto es el de un tipo escuálido que viste con desaliño", aseguran desde una redacción repleta, se lo puedo asegurar, de periodistas metrosexuales, tan fortachones como elegantemente vestidos. Por eso si les dijera que "desaliño" rima con corpiño, no me lo tengan en cuenta: es la influencia del "lado oscuro".

El linchamiento se realiza, bien es cierto, de manera documentada, con datos contundentes: "Dylan es sobradamente conocido por su antipatía. Ruth Tyrangiel, su pareja de hecho durante 17 años, ha comentado que los únicos regalos que le hizo durante todo el tiempo que estuvieron juntos fueron una mandarina y una rosa". ¿Una mandarina y una rosa? No cabe duda de que Dylan tiene que ser un terrible depredador sexual... Le ahorraré el resto de medias verdades, mentiras completas y detalles morbosos de tan lamentable reportaje.

Cuando uno creía que El Mundo ya nos había ofrecido todo en cuanto a falta de escrúpulos y desvaríos sexuales, llega 'La otra crónica' y busca "el lado oscuro" de Bob Dylan. Hasta ahí podíamos llegar. Nadie se merece algo tan sucio, pero Bob Dylan menos. Se trata de un genio, uno de los talentos más grandes de nuestra época, el autor de cientos de canciones memorables que nos han ayudado a ser felices, a luchar, a crecer, a pensar, a amar, a ser mejores personas. Llamar "depredador sexual" al hombre que ha escrito 'Just Like a Woman' o 'Farewell Angelina' es una bajeza irracional, un insulto miserable, sin duda una injuria.

Cuando me marché de El Mundo allí se quedaron grandes amigos, excelentes compañeros y magníficos periodistas. También se quedó una forma repugnante de entender el periodismo, basada en la búsqueda de "el lado oscuro". Amarillo oscuro, para ser exactos.

P.D.

Dos buenos momentos en la televisión del fin de semana. El programa especial dedicado a Pepe Rubianes en La 2 (TVE), y la entrevista "en profundidad" del Follonero a Arnaldo Otegi (La Sexta). Una pregunta, una sola pregunta, que emitió después de muchas dudas y consultas varias (incluida a su madre, la del Follonero):

- Follonero: Si un día Euskadi fuese independiente... ¿Darían los doce votos de Eurovisión a España?

- Otegi: No habría problema.