Un acusado niega pertenecer a un grupo neonazi, pero admite tener esvásticas

Madrid.-  Uno de los quince acusados de pertenecer al grupo neonazi "Hammerskin-España" ha negado en el juicio que ha comenzado hoy en la Audiencia Provincial de Madrid su vinculación a esta banda, aunque ha reconocido que tenía objetos con símbolos nazis, como esvásticas, y que iba a actos organizados por la misma.

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(EFE)

Tres de los quince acusados de pertenecer al grupo neonazi "Hammerskin-España" a su llegada a la Audiencia Provincial de Madrid, donde se ha celebrado hoy el juicio en el que el fiscal pide penas que oscilan entre los tres y seis años de cárcel por los delitos de asociación ilícita y tenencia ilícita de armas.

José Manuel Q.R., alias "Pío", ha admitido que era miembro de un grupo de hinchas del Real Madrid con el que acudía a los partidos de fútbol y que colaboraba en la decoración de la grada con banderas y pancartas por su condición de "prospect", término que según ha explicado designa a un "subalterno" que se encarga de esas tareas.

Sin embargo, según el informe del fiscal, que pide entre tres y seis años para los acusados, este término se refiere a los aspirantes a entrar en la organización "Hammerskin".

Este grupo fue desmantelado en febrero de 2003 a partir de la "operación Puñal" desarrollada por la Guardia Civil en las provincias de Madrid, Barcelona, Valencia y Guadalajara a raíz de diversos ataques racistas que tuvieron lugar en la Universidad Complutense y en varias localidades madrileñas en los meses anteriores.

En los registros realizados tras las detenciones, se encontraron en los domicilios de los acusados, uno de ellos militar profesional, puños americanos, hachas, bates de béisbol, pistolas de aire comprimido y de fogueo, así como diverso material con simbología nazi, banderas con esvásticas, documentación antisemita y películas que enaltecen las figuras de Adolf Hitler y Benito Mussolini.

José Manuel Q.R. ha reconocido haber asistido a conciertos de grupos neonazis como Reconquista, Batallón de Castigo y Reyerta, varios de los cuales se celebraron coincidiendo con la conmemoración del 20-N y en los que podían escucharse letras que defienden la supremacía de la raza blanca y promueven a la discriminación, el odio y la violencia hacia determinados colectivos.

Sin embargo, el acusado, que se ha declarado "apolítico", ha afirmado que sólo se trataba de "reuniones amigables en las que no se ensalzaba nada" y a las que acudía para "beber y ligar".

La vista ha comenzado tras varias horas de deliberaciones previas en las que las defensas han pedido que se anulase el proceso al considerar que se vulneraron derechos fundamentales de sus clientes cuando se les intervinieron conversaciones telefónicas y se realizaron registros en sus domicilios "sin pruebas suficientes".

Asimismo, han solicitado que el periodista que se infiltró en este grupo y publicó, como resultado de sus investigaciones, el libro "Diario de un skin" bajo el seudónimo Antonio Salas, no comparezca como testigo protegido.

La juez ha denegado esta petición porque considera que la integridad del testigo corre peligro, tras haber recibido esta mañana, según ha explicado a la sala, una carta en la que éste pide declarar oculto y con la voz distorsionada.

El presidente de la asociación "Movimiento contra la intolerancia" -personada como acusación popular-, Esteban Ibarra, ha explicado a la prensa que Salas ha recibido amenazas y noticias de que "los skinheads han contratado a un sicario para que le agreda".

A la salida de la Audiencia, Ibarra, que ha sostenido que "éste es el más violento de todos los grupos skin que hay en España", ha expresado su deseo de que "haya una condena firme contra estos grupos que hacen mucho daño a los sectores más vulnerables de la sociedad" y que "no muestran ningún arrepentimiento".

"Vamos a tener luz y taquígrafos sobre lo que son y lo que hacen", ha concluido.