Médica verá a su familia en Argentina tras 15 años pidiendo salir de Cuba

La Habana.-  La neurocirujana Hilda Molina, a quien el Gobierno cubano negaba la salida del país desde 1994, verá de nuevo a su hijo y a su madre en Buenos Aires este domingo, y abrazará a dos nietos que no conoce, tras recibir hoy el permiso para viajar y el visado argentino.

Molina, de 66 años, declaró a Efe que partirá este sábado en la tarde hacia Buenos Aires, con escala en Panamá, y que espera llegar a tiempo para ver "lúcida" a su madre, Hilda Morejón, de 90 años, que está "muy grave".

Según dijo, las autoridades le dieron hoy su pasaporte y el permiso de salida, lo que le causó una "alegría" que está matizada por la gravedad de su madre.

"Me duele en el alma que me voy y me lo han permitido por la gravedad de mi mamá. En medio de la alegría que tengo por volver a ver a mi hijo y conocer a mis nietos, tengo la preocupación de no llegar a tiempo", indicó.

La médica no tuvo conocimiento de la decisión del Gobierno hasta esta mañana, cuando recibió un aviso de la oficina de migración para recoger su pasaporte.

"Llegué y me dieron el pasaporte, y pensé que sería sólo eso, pero me entregaron también inmediatamente el permiso de salida", apuntó.

Molina fue enseguida a la embajada argentina en La Habana, donde le entregaron el visado, y de allí salió a buscar un pasaje con la fecha "más próxima".

"Voy a oler a mis nietos y a tocarlos, pero todo está matizado por la enfermedad de mi mamá. Es una alegría, pero una alegría llorosa", dijo a Efe.

La neurocirujana agradeció "las oraciones" de numerosos católicos por la salud de su madre y el reencuentro de su familia, y resaltó que "hay cadenas de oración en el mundo entero y muchas peticiones" al respecto.

"Lo más que yo agradezco son la oraciones, y que sigan rezando para que cuando llegue allá mi mamá me vea y pueda estar al lado de ella con lucidez", añadió.

La presidenta argentina, Cristina Fernández, fue la primera en anunciar que Molina ya podía viajar tras 15 años de pedirlo, y expresó su "reconocimiento" y "agradecimiento" por lo que llamó "importante gesto" del Gobierno que preside desde hace 16 meses el general Raúl Castro.

Decenas de corresponsales extranjeros se agolparon ante la puerta de la casa de Molina y ante la embajada argentina cuando llegaron las primeras noticias desde Buenos Aires, mientras que los medios de comunicación cubanos, todos oficiales, han omitido totalmente el asunto.

El disidente Oswaldo Payá, del Movimiento Cristiano Liberación, declaró a Efe que se alegra de que Molina "pueda reunirse con sus seres queridos después de este largo y cruel castigo de separación que ha sufrido como tantos y tantos cubanos, porque en Cuba entrar y salir libremente no es un derecho".

Miriam Leiva, cofundadora de las "Damas de Blanco", familiares de 75 opositores apresados en 2003, señaló que "es una decisión que debió haberse tomado hace muchos años", y que espera que sea "el inicio de otras decisiones como la liberación de los prisioneros de conciencia".

La neurocirujana buscaba desde 1994 el permiso para viajar a Buenos Aires, donde residen su hijo Roberto Quiñones, también médico y nacionalizado argentino en 1996, y sus nietos de 13 y 7 años, a los que no ha visto nunca.

También vive allí su madre, que fue autorizada a abandonar la isla en 2008, igualmente tras intensas gestiones del Gobierno argentino.

Quiñones se declaró hoy sorprendido por el súbito cambio de opinión de las autoridades cubanas y agradeció el trabajo "callado e inteligente" del Gobierno argentino para lograrlo.

En los últimos años, el ex presidente argentino Néstor Kirchner y su esposa y sucesora, Cristina Fernández, han realizado intensas gestiones para conseguir la salida de la neurocirujana.

"La verdad que nos sorprendió a toda la familia con mucha alegría, porque era algo deseado desde hace muchos años", explicó Quiñones.

Molina dirigió en Cuba el Centro Internacional de Restauración Neurológica (CIREN), pero rompió con el régimen 1994, aunque no se consideraba disidente.

El ex mandatario cubano Fidel Castro escribió en 2008 que no aceptaría el "chantaje" para permitir su salida y la acusó de haber intentado apoderarse del CIREN.

"Se le niega a ella la solicitud de viajar al exterior. No debe cederse ante el chantaje", escribió el líder cubano de 82 años en el prólogo del libro "Fidel, Bolivia y algo más...", que salió a la venta en La Habana en junio del año pasado.