Salvador Cortés corta una oreja en la alternativa de Pepe Moral

Sevilla.-  El diestro Salvador Cortés cortó hoy una oreja en la Maestranza de Sevilla durante la corrida del Corpus Christi, en la que el sevillano Pepe Moral tomó la alternativa de manos de Uceda Leal.

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(EFE)

El diestro Pepe Moral, que hoy tomó la alternativa, recibe con el capote a su primer enemigo, en la corrida de toros del Corpus que se ha celebrado en la Maestranza de Sevilla y en la que se lidiaron toros de Gerardo Ortega, y le acompañaron en el cartel en el cartel los diestros Uceda Leal y Salvador Cortés.

Se lidiaron toros de Gerardo Ortega, muy bien presentados. El primero, inválido; noble y enclasado el segundo. El tercero se rebosó con calidad en los engaños. El cuarto se quedó muy corto y resultó muy bruto; el quinto acusó el castigo en el caballo y se paró en la muleta y el sexto tuvo clase y muy pocas fuerzas.

Uceda Leal, vuelta al ruedo y silencio.

Salvador Cortés, una oreja y silencio.

Pepe Moral, ovación y vuelta al ruedo.

En cuadrillas, Luis Mariscal saludó tras parear al tercero.

La plaza tuvo dos tercios de entrada en tarde de sofocante calor.

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Salvador Cortés, que reaparecía sin estar restablecido del todo del grave percance sufrido en la pasada feria de San Isidro, tuvo un primer toro de rebosantes embestidas y excelente condición con el que brilló especialmente en el toreo al natural.

Con el quinto, duramente castigado en el caballo, evidenció que no le acompañaban las facultades, con la pierna herida cada vez más a rastras. Tuvo que pasar a la enfermería después de darle muerte.

El toricantano Moral no tuvo suerte con el toro de la ceremonia, un animal noble inválido que sólo le permitió mostrar su buen concepto. Con el noble y claudicante sexto instrumentó una notable faena por ambas manos, trufada de detalles de calidad que se interrumpió por un inoportuno desarme y que no fue bien rematada con los aceros.

El padrino de la ceremonia, Uceda Leal, despachó en primer lugar un toro noble y enclasado con el que nunca terminó de estar a gusto a pesar de los buenos muletazos aislados que le instrumentó. Con el cuarto, que se quedó muy corto, apenas tuvo opciones. A ambos los mató con suficiencia.