'Caso Rosenberg': la prensa guatemalteca en el punto de mira

El 'caso Rosenberg' —el abogado guatemalteco que grabó un vídeo acusando al presidente, Álvaro Colom, de su asesinato antes de aparecer muerto en un parque— tiene todos los ingredientes de un thriller. Por un lado están las intrigas y por otro los intereses políticos y económicos. Por eso no es de extrañar que desde hace un mes sea el protagonista en los medios de comunicación. Los organismos internacionales comienzan a estar preocupados por el rumbo que está tomando el asunto. Y es que el caso Rosenberg ha cedido su puesto a los medios que se están convirtiendo en los protagonistas del affaire. Así, sicarios, amenazas y otras confesiones hacen pensar que todavía queda mucho para que aparezca 'The End' en las pantallas de la justicia y la política guatemalteca.

Hasta el momento teníamos un abogado asesinado acusando a su asesino por adelantado, un presidente en el punto de mira y una investigación —la de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) de la ONU— en marcha. Tras un mes de inestabilidad, tensión social y una aparente vuelta a la calma mientras se esperaba un veredicto, una nueva revelación volvió a caer como un mazazo en las altas esferas políticas del país centroamericano. Este fin de semana, José Pérez León, pasaba de supuesto miembro de la banda de sicarios 'Los Pitágoras' a testigo protegido al asegurar que un representante del opositor, el conservador Otto Pérez Molina, le ofreció dinero y regalos a cambio de asesinar al letrado.

Como ya viene siendo habitual desde que estallara el escándalo, Pérez León eligió un método muy poco ortodoxo para comunicar lo que sabía a las autoridades: una rueda de prensa desde la ciudad de Quetzaltenango. El impacto fue tal que, unas horas más tarde, el supuesto testigo era recogido por un helicóptero oficial en el que viajaban miembros de la CICIG acompañados del ministro de Gobernación, Salvador Gándara, a los que Pérez tuvo que entregar las pruebas de las que disponía, consistentes en varios documentos, un disco láser y su teléfono celular.

El miembro autodeclarado de 'Los Pitágoras' no ha llegado a revelar en ningún momento su grado de implicación en la muerte de Rosenberg ni quién fue la mano ejecutora del supuesto 'encargo'. Sin embargo, el grado de conocimiento del que hizo gala fue suficiente para que la comisión encargada de la investigación considerara su testimonio —en el que describía físicamente a las personas implicadas así como sus vehículos y viviendas— y accediera a analizar las pruebas ofrecidas.

A lo largo de esta semana se han ido desvelando poco a poco más detalles sobre la supuesta participación de Pérez Molina y otros políticos de la derecha guatemalteca, causando una tremenda conmoción en una sociedad ya de por sí dividida entre los partidarios del gobernante socialdemócrata al que consideran inocente y las filas de la oposición. El punto álgido fue una entrevista realizada para la televisión del periódico amarillista Nuestro Diario, el más leído de Centroamérica, en la que toda Guatemala pudo ver la cara de uno de los supuestos —según él mismo— implicados en el caso [ver vídeo]. Entre otras cosas, Pérez León dijo que un diputado del Partido Patriota, del que Pérez Molina es líder, le estaba ofreciendo 200.000 quetzales (unos 20.000 euros), "un carro y visa al extranjero" para que no dijera lo que sabía sobre el hecho.

Desconcertada, la sociedad guatemalteca sigue movilizada —en especial a través de la red, con Twitter y Facebook como protagonistas— pidiendo una pronta resolución de un caso que cada vez se vuelve más enrevesado. Hoy mismo, el recién creado Movimiento Cívico Nacional ha convocado una manifestación y ha pintado el suelo de algunas vías de la capital con cruces blancas exigiendo justicia para Rosenberg. Otros, curiosamente, se sienten más tranquilos después de conocer una nueva prueba que, de ser cierta, desvincularía al Gobierno. "El caso se ha vuelto un verdadero relajo. Hasta hace un par de días todo apuntaba a que los responsables eran el presidente Colom y algunos de sus funcionarios. Sin embargo, el fin de semana se publicó el caso de un testigo que aseguró que eran los del Partido Patriota (PP), la oposición, quienes ordenaron la muerte del abogado, hasta allí nos quedamos, pues todo está bajo investigación", nos cuenta un periodista de Nuestro Diario.

Ulises Rodríguez (EFE)

El Movimiento Cívico Nacional ha llenado de cruces blancas las vías de la capital guatemalteca.

Sin embargo, la presunta inocencia de Colom no es suficiente para algunos de sus compañeros de profesión y del periódico, que han recibido amenazas tras la entrevista en exclusiva hecha al testigo que señala a los conservadores como los maquinadores del crimen de Rosenberg. Tanto es así que algunos periodistas de Nuestro Diario han tenido que pedir protección, como la persona que interrogó a Pérez León. En conversación telefónica, otro trabajador del diario que prefiere no revelar su nombre explica que no se siente seguro hasta el punto de que está tratando de sacar del país a sus padres y a su hijo pequeño. Según él —simpatizante de Colom—, a la oposición no le ha hecho nada de gracia el rumbo que ha tomado el caso y espera represalias contra algunos reporteros.

Las cifras dicen mucho de los temores de los periodistas de Nuestro Diario, y en general de la profesión en Guatemala. Por un lado encontramos una impunidad del 98% que convierte al país maya en uno de los lugares más ingobernables e inseguros de la región. A esto hay que sumarle que los asesinatos de periodistas no son algo excepcional en ese lugar del planeta. De hecho el último, aún sin resolver, ocurrió hace apenas unos días.

La CICIG ha tomado cartas en el asunto y ha pedido a los medios que, sin dejar de ejercer el derecho a la información, se mantengan al margen de caso. Desde la corte, solicitan a los periódicos "no generar desinformación" en torno a este caso. Según la CICIG, los medios que estuvieron presentes en la rueda de prensa fueron "convocados por alguien con intereses claros de convertir esta actividad técnica en un show mediático" y "publicaron indebidamente información que debería haber quedado en la reserva, tal como se ha ordenado judicialmente".