Baja la tensión en Perú con el traslado de nativos, pero organismos de DD.HH. piden investigación

Bagua (Perú).-  Las militarizadas ciudades de Bagua y la aledaña, Bagua grande, sienten alivio hoy con el traslado de centenares de indígenas a sus lugares de origen, mientras crecen las voces para que se investiguen los disturbios del pasado viernes, que dejaron un mínimo de 33 muertos.

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Representantes de cinco organismos de defensa de derechos humanos pidieron hoy en una rueda de prensa en Bagua una mayor disposición del Gobierno para investigar denuncias que señalan que los policías arrojaron cadáveres al río poco después del violento desalojo de una importante carretera, que se saldó oficialmente con 24 agentes muertos, más 9 civiles e indígenas.

Testimonios locales recogidos por estas organizaciones aseguran que entre 50 y 100 personas habrían muerto en los enfrentamientos en el lugar llamado "Curva del Diablo" y que durante el toque de queda impuesto al día siguiente de estos hechos, la policía habría recogido los cadáveres para tirarlos, atados a piedras, al río.

Las comunidades indígenas también han denunciado que hay centenares de desaparecidos, aunque se cree que una buena parte de ellos estaría en realidad escondido o de regreso a sus lugares de origen.

"Hay indicios que investigar", enfatizó Ernesto de la Jara del Instituto de Defensa Legal (IDL), aunque admitió que podría no haber más que nueve muertos civiles (incluyendo nativos), como asegura el Gobierno, lo que, de confirmarse, "será buena noticia" -dijo-. En caso contrario, "tarde o temprano se va a saber la verdad".

Los pobladores y hasta periodistas han reclamado acceso a la zona de los enfrentamientos y en ese sentido, De la Jara instó a las autoridades a brindar todas las facilidades para que no se contribuya a la confusión y al malestar generalizado.

Si bien ayer las autoridades realizaron una infructuosa búsqueda de una fosa común con 15 cadáveres de indígenas, los activistas pro derechos humanos sostienen que no se han investigado a fondo las denuncias de los pobladores.

La Defensoría del Pueblo -convertido en organismo mediador en esta crisis- ha acudido a investigar varias denuncias de este tipo pero no ha encontrado ningún cuerpo, y hoy saldrá nuevamente a "peinar" el lugar de los enfrentamientos, dijo a Efe el jefe de la la Defensoría del Pueblo de la región de Amazonas, Roberto Guevara.

Guevara precisó que esta vez el Ejército, que tiene el control de la zona decretada en estado de emergencia por las protestas, "brindará las facilidades" para realizar este operativo.

La presión por el estallido de una eventual protesta se difumina con el traslado de la mayor parte de los indígenas refugiados en un centro pastoral de Bagua grande, que acogía a 800 nativos.

Bajo el resguardo de medio centenar de soldados, los camiones empezaron a trasladar a los indígenas desde tempranas horas de la mañana, operativo que se espera concluir en las próximas horas.

Solo quedarían algunos nativos escondidos en casas o en el campo, pero se espera que pronto retornen a sus comunidades, acotó Guevara.

Completamente militarizadas por el estado de emergencia que rige en las ciudades de Bagua y Bagua grande, la población parece resignarse a su presencia y al toque de queda de seis de la tarde a seis de la mañana del día siguiente.

Los restos de vehículos quemados o piedras ya fueron retirados de las calles y los escolares ya retornarán a sus clases a partir de mañana, señal de una normalización de la vida en Bagua a pesar de que se ha convocado a un paro nacional el jueves próximo.

De otro lado, el Gobierno de Nicaragua concedió asilo político al líder indígena amazónico Alberto Pizango, perseguido por la justicia peruana acusado de rebelión y sedición, entre otros delitos, informó hoy el embajador del país centroamericano en Perú, Tomás Borge Martínez, en declaraciones a la prensa en Managua.

Pizango, líder de la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep), la principal organización indígena amazónica, es acusado por el Gobierno peruano de instigar los enfrentamientos.

Pero un conflicto en Bagua puede estallar en cualquier momento. "Es una bomba de tiempo", dijo a Efe el presidente del gobierno regional de Amazonas, al explicar que la zona que la rodea es estratégica ya que por allí pasa la carretera Fernando Belaúnde Terry, que conecta varias ciudades de la selva con la costa norte, así como el oleoducto Norperuano.

La Conferencia Episcopal Peruana dijo hoy que está dispuesta a participar en el reinicio del diálogo propuesto por el Gobierno a los pueblos indígenas de la selva amazónica, informó su presidente, Miguel Cabrejos.