Las lluvias hacen prever una campaña de bajo riesgo, pese a los árboles caídos

Barcelona.-  Las copiosas lluvias de esta primavera hacen prever una campaña de incendios de bajo riesgo, si bien la Generalitat, que pide que no se "baje la guardia", seguirá trabajando para limpiar los bosques, donde aún quedan árboles caídos por el temporal de viento de enero.

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(EFE)

Las copiosas lluvias de esta primavera hacen prever una campaña de incendios de bajo riesgo, si bien la Generalitat, que pide que no se "baje la guardia", seguirá trabajando para limpiar los bosques, donde aún quedan árboles caídos por el temporal de viento de enero. EFE/Archivo

Los consellers de Interior, Joan Saura, y de Medio Ambiente, Francesc Baltasar, han comparecido hoy en el Parlament para dar cuenta de los planes de la campaña de incendios de este verano, después de un 2008 "irrepetible" y "excepcional", con tal sólo 101 hectáreas quemadas, la cifra más baja en décadas.

Tanto Saura como Baltasar han querido ser muy cautos de cara a las previsiones de este verano, si bien han destacado que las copiosas lluvias de esta primavera -pese a un mayo muy seco- y las predicciones de que este verano será más frío y húmedo de lo habitual, hacen prever una campaña poco crítica.

No obstante, han remarcado que no se puede "bajar la guardia", ya que al tratarse de una zona mediterránea siempre existe el riesgo de olas de calor y de episodios de viento, que podrían provocar focos de incendios simultáneos.

Uno de los principales problemas de esta campaña de verano son los árboles caídos durante el temporal de viento de inicios de año, que afectaron a unas 30.000 hectáreas forestales.

La Generalitat contrató a mil parados, a los que dio formación técnica y equipación, para limpiar los bosques, lo que ha permitido limpiar ya 400 kilómetros de pista forestal, según los datos de Baltasar.

Sin embargo, el conseller no ha podido cuantificar cuántas hectáreas quedan aún por limpiar de los destrozos del temporal.

Precisamente, el departamento de Medio Ambiente ha decidido que cuando a mediados de este mes de junio expire el contrato de la brigada de 1.000 limpiadores de bosque, contratarán a otras 100 personas hasta el 15 de septiembre para proseguir con esta tarea de limpieza.

A estas cien personas se sumarán en las tareas de limpieza otros 100 efectivos, que serán auxiliares forestales contratados por Interior como apoyo de los Bomberos.

De cara a esta temporada de verano, los Bomberos podrán utilizar avances tecnológicos para hacer más efectivo su trabajo, como un navegador en fase de pruebas integrado con el sistema de posición por satélite de los vehículos, que incorpora los elementos de riesgo del territorio.

Además, también estrenarán un nuevo casco forestal, más seguro, y un tipo nuevo de espuma, que permite incrementar un 50% la eficacia del agua en labores de extinción.

Paralelamente, se complementarán los 66 puntos de vigilancia controlados por agentes forestales por otros cuatro puntos en los que se instalará una cámara de vídeo, que será controlada desde la sala central.

También se han modificado los protocolos de activación de recursos, de forma que se dotará de mayor contundencia la primera salida para atajar el fuego, que integrarán como mínimo un helicóptero de ataque, un helicóptero de mando y tres vehículos terrestres.

En total, el gobierno catalán ha invertido de 55 millones de euros en los planes de prevención, extinción y dotación de nueva tecnología para combatir los incendios.

Durante la pasada campaña de verano, el 31% de los incendios fueron provocados, el 21% se debieron a causas naturales, el 20% a negligencias, el 13% a accidentes y el 11% tuvieron un origen desconocido.