El reflujo gastroesofágico está mal controlado en el 80 por ciento de pacientes

Valencia.-  La Enfermedad por Reflujo Gastroesofágico (ERGE), una dolencia que se caracteriza por la aparición de ardores, quemazón y regurgitaciones, afecta a entre el cinco y el diez por ciento de los valencianos, aunque el ochenta por ciento de los pacientes está mal controlado.

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(EFE)

Para prevenir esta enfermedad, se aconseja mantener un peso normal y un estilo de vida saludable, con una alimentación que evite comidas saladas, picantes o grasas, así como dejar de fumar, ya que la nicotina se disuelve en la saliva e irrita el estómago. EFE/archivo

Así se pone de manifiesto en el estudio SYMPATHY I, la primera investigación a nivel nacional que ha medido la frecuencia, el tipo y la intensidad de los síntomas de la ERGE en pacientes que acuden a médicos de Atención Primaria, así como las estrategias de diagnóstico y tratamiento que se utilizan en consulta.

La investigación ha contado con la participación de 162 médicos de Atención Primaria de la Comunidad Valenciana y 780 pacientes, de los cuales 434 estaban diagnosticados previamente de ERGE.

El estudio, presentado en Valencia, señala que el mal abordaje de esta enfermedad "daña seriamente" la calidad de vida de los afectados, ya que el 26 por ciento de ellos reconoce que ha perdido algún día laboral en los últimos seis meses.

Según Rafael Durá, médico de Atención Primaria del Centro de Salud de Burjasot (Valencia), tras la ingesta de una comida abundante o el consumo de ciertos alimentos, en ocasiones se experimenta una sensación de ardor o de quemazón que asciende desde el estómago a la boca. Se trata de un Reflujo Gastroesofágico.

Si este proceso ocurre muy a menudo o de forma agresiva, puede desencadenar en la Enfermedad por Reflujo Gastroesofágico (ERGE) con complicaciones más severas como úlceras, esofagitis, problemas pulmonares o el estrechamiento del diámetro del esófago.

El estudio también señala que los médicos de Atención Primaria "en ocasiones subestiman o infravaloran la severidad de los síntomas que describen los pacientes", y hasta en un 51,35% de los casos la gravedad de los síntomas descrita por los pacientes no coincide con la manifestada por los médicos.

"Reconozco que a veces los médicos no contamos con todo el tiempo del que debiéramos, pero muchos pacientes que experimentan ardor acuden directamente al farmacéutico y recurren a un antiácido que, de forma sintomática y temporal, les alivia pero enmascara al mismo tiempo el diagnóstico real", ha señalado.

La Enfermedad por Reflujo Gastroesofágico "afecta de forma negativa a la vida cotidiana de los pacientes, aunque es especialmente perjudicial cuando la intensidad y la frecuencia de los síntomas es tan elevada que influyen en la calidad del sueño del individuo", ha asegurado Durá.

Entre los síntomas más frecuentes que los afectados presentaban como consecuencia del mal control se encuentran la pirosis o el ardor, las regurgitaciones, los trastornos del sueño, el dolor torácico, la tos crónica y la ronquera por reflujo.

Aunque el tratamiento previo que recibían los pacientes se basaba principalmente en medidas dietéticas y de estilo de vida, el uso de inhibidores de la bomba de protones y determinados antiácidos, cerca del diez por ciento de los afectados manifestó durante el estudio que no seguía ningún tratamiento.

Para prevenir esta enfermedad, se aconseja mantener un peso normal y un estilo de vida saludable, con una alimentación que evite comidas saladas, picantes o grasas, así como dejar de fumar, ya que la nicotina se disuelve en la saliva e irrita el estómago.

También se recomiendan medidas posturales para reducir la aparición de síntomas como elevar la cabecera de la cama unos veinte centímetros o intentar no tumbarse inmediatamente después de las comidas, sino esperar entre dos y tres horas.