Soderling, un rival muy particular para Nadal

París.-  El sueco Robin Soderling, verdugo del español Rafael Nadal en los octavos de final de Roland Garros, no es precisamente el jugador al que el de Manacor más admire, e incluso Rafa ha llegado a decir de él que es con quien nunca haría pareja en un encuentro de dobles.

Así lo manifestó Nadal hace dos años en una peculiar entrevista colgada en la página Youtube, y que cuenta con casi 30.200 reproducciones. Rafa admite en ese vídeo que con el jugador que más le gustaría hacer pareja es con el suizo Roger Federer, pero sitúa a Soderling en el lado opuesto.

Seguro que a Nadal no le ha gustado nada que sea precisamente el sueco el que le haya hecho morder el polvo en París, pues en encuentros anteriores siempre ha salido a relucir el especial "pique" que hay entre ellos.

En el partido de dieciseisavos de Wimbledon 2007, cuando Nadal se disponía a servir, Soderling corrió a cambiar de raqueta, y en el momento en el que español levantó la vista su rival no estaba en el sitio lógico al resto. Nadal no se inmutó pero le devolvió la broma a su manera. Y tras botar la bola varias veces, se detuvo y le dijo "bolas nuevas", lo que causó la hilaridad de los aficionados presentes. Soderling, entonces, se dio la vuelta y trató de imitar el tradicional gesto de Nadal recolocándose el tiro de los pantalones.

Ese partido duró cuatro horas y un minuto, pero necesitó cinco días, con siete aplazamientos por la lluvia. Y Nadal comentó después en la conferencia de prensa que el sueco era un "chico extraño" y del que "casi nadie" hablaba bien.

Soderling dijo sobre el gesto de los pantalones: "Oh, fue algo más bien divertido. Tuve que esperarle a él como doscientas veces en cada punto. Y el tuvo que esperar una vez, y empieza a mover la cabeza, a hacer estas cosas. Pero bueno, tal vez no debería haberlo hecho. No estoy enfadado con él".

Pero el sueco se quedó perplejo entonces cuando supo de las declaraciones de Nadal sobre él. "¿Que dijo qué?", respondió. "No, no creo que fuera un partido enemistado. Es decir, creo que fue un partido duro", afirmó después.

"Nunca diría eso de nadie en una rueda de prensa. Yo podría decir lo mismo. Podría hablar 'mucha mierda' de mucha gente pero no lo haré", señaló. "Debe tener un día quejica. Si mi rival tiene suerte en un golpe y no pide perdón, a mí no me importa. ¿Por qué debería pedir perdón cuando es el momento más feliz de mi vida? ¡Qué gilipollez!", dijo.

Más cercano en el tiempo, en los octavos de Roma este año, una bola larga de Nadal al fondo fue señalada por Soderling a casi un metro de distancia. El juez de silla tuvo que bajar y rectificar al sueco, que no daba su brazo a torcer. Al final el punto se repitió. Nadal le apabulló por 6-1 y 6-0. Nada que ver con el partido de hoy.