Los líderes de los partidos compiten para calmar la ira popular

Londres.-  Los líderes de los tres principales partidos parlamentarios del Reino Unido, conservadores, laboristas y liberal-demócratas, compiten hoy en la prensa con sus propuestas tendentes a calmar la ira popular por los abusos cometidos por muchos diputados del actual sistema de dietas y compensaciones.

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(EFE)

El primer ministro británico, Gordon Brown. EFE/Archivo

En un artículo que publica el diario "The Independent", el líder laborista y primer ministro, Gordon Brown, dice querer "dar más poder" a los electores e insinúa que podría estudiarse la posibilidad de revocar el mandato de un diputado mediante nuevas elecciones si lo reclama un número suficiente de votantes.

Quienes apoyan ese mecanismo, utilizado por ejemplo en su día en California para destituir al gobernador Gray Davis, creen, sin embargo, que habría que limitar muy estrictamente su uso para evitar que los diputados pudieran ser víctimas de campañas bien orquestadas por sus enemigos.

En su artículo, Brown afirma que estudiará "todas las opciones" que signifiquen una "redistribución del poder" y afirma que siempre ha tenido claro que "hay que analizar nuevas formas de conseguir que las élites políticas sean más responsables" ante quienes las eligen.

Brown se dice "enfurecido y estupefacto" por las revelaciones periodísticas sobre los abusos de los parlamentarios y promete tomar medidas duras para corregirlos y castigar a los responsables.

En otro artículo para el mismo periódico, el líder de la oposición conservadora, David Cameron, en quien muchos ven ya al futuro primer ministro, afirma que el objetivo central de su partido es "la redistribución de poderes más radical que ha visto nunca este país".

Cameron reconoce que muchos ciudadanos británicos tienen la impresión de estar en "la periferia más lejana del poder" y llevan razón, explica el político tory, según el cual ese "desequilibrio de poderes es muy destructivo para la democracia".

Cameron dice estar estudiando "seriamente" la posibilidad de privar al primer ministro de su derecho actual de escoger libremente la fecha de convocar nuevas elecciones generales, para lo que habría que fijar fechas fijas a las legislaturas.

El líder conservador propone asimismo limitar el número de asesores políticos, reforzar el código de conducta ministerial, proteger la independencia de los funcionarios públicos y asegurar que se toman más decisiones de forma colectiva en el Gobierno.

El dirigente liberal-demócrata, Nick Clegg, reclama a su vez "una revolución: el poder de destituir a los parlamentarios, un sistema de voto más justo, la abolición de la "anacrónica" Cámara de los Lores (no electa) y dar mayores poderes al Parlamento para controlar al Gobierno".

Clegg recuerda en "The Independent" que el actual gobierno laborista fue elegido en el 2005 con sólo el 22 por ciento de los ciudadanos con derecho a voto y señala que un sistema "en el que tanto poder depende del apoyo de tan poca gente va siempre a alimentar el secretismo y la arrogancia".

Mientras tanto, el diario "The Daily Telegraph" continúa hoy su tercera semana de revelaciones de abusos cometidos por diputados de todos los partidos, que han financiado muchas veces gastos particulares extravagantes o absurdos con dinero público o han recurrido a trucos fiscales para obtener ganancias con sus viviendas.

Así, más de cuarenta ministros y secretarios de Estado, entre ellos el titular de Finanzas, Alistair Darling, han cargado al erario público las facturas de sus asesores fiscales, algo que, según ellos, es perfectamente lícito, pero que discute la propia Hacienda.

Varios famosos, entre ellos destacados periodistas como Simon Heffer, del "Telegraph", el novelista Robert Harris y la defensora de los consumidores Lynn Faulds Wood, ninguno de ellos político profesional, han anunciado que están dispuestos a presentarse en las próximas elecciones como candidatos frente a los que han abusado del sistema.