Schwarzenegger se desinfla

LOS ÁNGELES.-  Arnold Schwarzenegger, el gobernador de California, vive estos días el peor momento de su carrera política. Tanto es así que muchos ya le dan por muerto y piensan que no hay posibilidad alguna de que los ciudadanos le devuelvan la confianza. La política se le ha quedado grande al que fuera culturista, actor y gran empresario de Hollywood. El héroe en la pantalla no ha sido capaz de salvar a los californianos de un enemigo llamado crisis en la vida real. Si la situación no mejora, California —que sería la octava potencia económica del mundo si fuera un estado independiente—, estará pronto en bancarrota y no podrá hacer frente a sus pagos.

(REUTERS)

¿Competirán en política?

Schwarzenegger se lo ha jugado todo a vida o muerte. Hace pocas horas, los californianos han sido llamados a las urnas para votar unas medidas urgentes anticrisis basadas en el aumento de impuestos, un préstamo para obtener liquidez de la lotería estatal y la disminución del gasto público. La participación ha sido muy baja y la gente se ha quejado de que los enunciados eran muy confusos.

Con estas medidas Schwarzenegger pretendía que el déficit —que ya ha causado muchos recortes de servicios públicos— no ascienda a los 40.000 millones de dólares. Los resultados son todavía provisionales, pero, según publica Los Angeles Times, los ciudadanos han votado a todas las proposiciones que NO menos a la F1, que establece que se congele el sueldo de los legisladores. Más claro agua. El pueblo no confía en las ideas de Arnold para solventar el déficit.

El problema principal es que las medidas que el gobernador ha ido tomando para impulsar la economía no han hecho otra cosa que empeorar el clima social. La semana pasada, profesores y alumnos salieron a la calle a protestar por los recortes de plantilla en las escuelas públicas, que han provocado que en cada clase haya 45 estudiantes. "Así no se puede enseñar", "salvemos los colegios públicos", gritaban unidos alumnos y profesores. Además, los funcionarios —a los que redujo la jornada de lunes a jueves— y los trabajadores de los servicios sociales se han llevado la peor parte de las iniciativas con las que Schwarzenegger pretende salvar California. Si a todo esto le sumamos una tasa de paro del 11,2 %, la cuarta más alta del país, obtenemos un estado absolutamente deprimido.

Por si fuera poco, la naturaleza tampoco está de su lado. Tras el primer gran fuego de la temporada en Santa Barbara, los bomberos han avisado al gobernador de que este verano puede ser especialmente peligroso para los incendios. Se necesitan millones de dólares en prevención y otros muchos más para mejorar las dotaciones de bomberos, si se quiere estar preparado para lo que se avecina.

Pero aquí no acaban los problemas de California: lleva meses sin llover y una de las peores sequías que se recuerda amenaza con hacerle la vida todavía más difícil al gobernador. Ya han comenzado los recortes de agua en Los Ángeles y sólo está permitido regar los jardines de las casas dos días a la semana.

Sin embargo, no sólo el pueblo y la naturaleza dan la espalda al Schwarzenegger. Según publica The New York Times, su propio partido ha dejado de apoyarle por lo que el ex actor no descarta la posibilidad de emprender una nueva etapa política, esta vez apoyando al partido del presidente Obama. Y no sería descabellado pensar que podría apoyar a su propia mujer, Maria Shriver, de quien se ha rumoreado durante meses que podría ser la candidata demócrata al Gobierno de California. "Soy un espíritu libre, pero no me van mucho los despachos", declaró la ex periodista y sobrina de J. F. Kennedy. Además, Maria Shriver ya demostró que no le importa enfrentarse al partido republicano cuando apoyó públicamente la campaña de Obama. El matrimonio Schwarzenegger es así. A veces demócrata, a veces republicano.

Aunque Arnold se enfrenta al período más complicado de su carrera como político, las cosas no siempre le han ido mal. Son muchos los analistas que destacan que Schwarzenegger supo congeniar muy bien con el pueblo en sus primeros años como gobernador. Era experto en transmitir la idea de que él era un producto del sueño americano y que trabajando duro todo era posible en Estados Unidos. Otro de los aspectos que le salvará de pasar a la historia como uno de los peores gobernadores de California es que se lo ha currado mucho en materia medioambiental. De hecho la revista Time le ha elegido una de las 100 personas más influyentes del mundo y ha destacado su lucha contra el cambio climático. Y lo más importante: Arnold no cobra por su trabajo como gobernador. Renunció a su sueldo de 206.500 dólares anuales para demostrar que su único interés es "servir al pueblo californiano".

¿Qué opinas de la carrera de Schwarzenegger como político?