Madrid, primera parada de la euromanifestación sindical

MADRID.-  Si hay dos instituciones que están sufriendo una crisis de confianza en estos momentos son la Unión Europea y los sindicatos. La primera lucha por todos los medios para evitar una alta abstención en las elecciones del 7-J y los segundos observan como, cada vez más, hay voces que les acusan de pasividad en estos momentos tan difíciles para los trabajadores. Así que los sindicatos europeos lo tienen difícil, por eso han decidido sacar su artillería pesada y recordar a los ciudadanos que están en el mismo barco con tres días de reivindicación en varias ciudades europeas. El primero, hoy, en Madrid. No en vano, España es uno de los países europeos más castigados por el desempleo.

La capital se ha llenado de euromanifestantes.

A las 12:00 arrancaba el acto en la plaza de Colón. En la cabecera, Cándido Méndez, Toxo y Leire Pajín sujetaban una pancarta en la que se podía leer 'Combatir la crisis. Lo primero, el empleo'. También había líderes sindicales internacionales como John Monks, secretario general de la Confederación Europea de Sindicatos (CES), porque esta es una 'euromanifestación' en la que, además de sindicalistas españoles, también los hay italianos, franceses y, sobre todo, portugueses. Los sindicatos han puesto en marcha toda su maquinaria y han desplazado a miles de personas —150.000 según los organizadores— para reivindicar que tienen un papel fundamental en la defensa del empleo.

Aproximadamente media hora antes, en una oficina de empleo a diez minutos en autobús de Colón, Juan mira las ofertas de un tablón. No hay nada muy interesante y, por el momento, no se agobia; lleva sus dos meses de parado con buen humor. No sabe que habrá una manifestación ni tiene ninguna intención de acercarse a ella. "Creo que va a ser más útil irme a casa a buscar algo por internet", opina. Ni él ni los otros tres parados que en ese momento están en la oficina están sindicados y no se lo han planteado a pesar de haber perdido su empleo. "¿Para qué? Ya hay cuatro millones de parados y no están haciendo nada. ¿No van a convocar una huelga?", se pregunta Juan.

Su caso es tan sólo un ejemplo pero representa el peor mal al que se enfrentan los sindicatos en estos tiempos de crisis: el escepticismo. Por eso la Confederación Europea de Sindicatos ha organizado este 'maratón' que mañana recorrerá las calles de Bruselas y el sábado las de Berlín y las de Praga. "Si todo el mundo pensara que afiliarse no sirve para nada, nunca hubiéramos conseguido mejoras para los trabajadores", dice María, ataviada con todo el pack sindical: gorra, camiseta, bandera y pegatinas. Es una veterana —a sus 56 años lleva más de 20 afiliada a CCOO— que ha venido en uno de los autobuses que han venido desde Extremadura.

En total, Comisiones ha fletado 250 de todos los puntos del país. Es un ejemplo de cómo CCOO, UGT y USO —los tres sindicatos mayoritarios que han convocado la movilización— se han volcado con la cita. "Estamos sobrepasados. CCOO y UGT teníamos un cupo mínimo de 10.000 manifestantes pero el apoyo ha sido enorme", dice uno de los organizadores. Las tres organizaciones han movilizado a todos sus delegados y han llenado el centro de la capital de banderas y pegatinas. Sin embargo, era casi imposible encontrarse a algún participante que no perteneciera a alguna de estas organizaciones. Los parados madrileños también habrán pensado como Juan.

Hambre de más acciones

La otra duda de este parado —la huelga general—también está en el aire. Por el momento los sindicatos mayoritarios han dejado caer alguna que otra amenaza 'light' pero también han aclarado que no es el momento de convocarla porque no ha habido recortes en los derechos de los trabajadores. "En el momento en el que los haya, que nadie duda que saldremos a la calle", asegura José Luis Romero. Fue secretario de CCOO en Murcia y también lleva muchos años como sindicalista. Para él, la falla que separa a los sindicatos de los ciudadanos se debe a que "la gente se ha acomodado mucho durante la época de bonanza, se ha potenciado la individualidad y ahora que hace falta un movimiento en común, no estamos organizados". En España, sólo un 15% de los trabajadores está afiliado a un sindicato, una de las tasas más bajas de Europa. El número de afiliaciones ha crecido en los últimos meses un poco más rápido que antes, pero no de manera masiva.

No sólo un sector de los trabajadores acusa a los sindicatos mayoritarios de blandos. Esta convocatoria no incluía a los sindicatos alternativos como la CNT o el SAT (Sindicato Andaluz de Trabajadores) que se quejan de que no se están actuando con suficiente contundencia. "Lo que hacen es insuficiente porque no podemos olvidar que hay cuatro millones de desempleados. Lo de hoy ha estado bien pero no vale para nada pasearse: hay miles de razones para convocar movilizaciones", asegura Luis Ocaña, del Comité del SAT.