Depeche Mode, viviendo de las rentas

Depeche Mode acaba de anunciar otros dos conciertos en España, el 12 de noviembre en Valencia y el 20 de noviembre en Barcelona, que se suman a los que ya tenían confirmados el 8 de julio en Valladolid, el 9 de julio en el Bilbao BBK Live y el 12 de julio en Sevilla. Todos se celebran en recintos enormes. Además, son número 1 en la lista de álbumes con 'Sounds Of The Universe'. ¿Merece el disco tanto revuelo o estamos ante uno de esos casos en que el público se mueve más por fidelidad que por otra cosa?

Cada vez es más difícil acordarse de los tiempos en que Depeche Mode molaba. Titularon irónicamente uno de sus mayores éxitos comerciales 'Music For The Masses', antes de saber que se convertiría en el superventas multimillonario que terminó siendo. Canciones como 'Behind The Wheel', 'Strangelove' o 'Never Let Me Down', además de calidad, tenían la fuerza necesaria para llegar a las 'masas' sobre las que bromeaban.

Es paradójico que ahora que pueden vender decenas de miles de entradas presentando un disco, meses antes de que nadie escuche tal disco, hagan canciones que, en otros tiempos del grupo, nunca podrían haber sido extraídas como single. Porque Depeche Mode, si por algo se ha caracterizado en todas sus etapas, oscuras y no tan oscuras, es por haber escogido muy sabiamente sus sencillos y el orden en que se editaban. ¿En serio 'Peace' va a ser el segundo single del nuevo álbum?

Sería bonito decir que Depeche Mode, al pisar sobre terreno seguro, es decir, una base de fans que los idolatra hagan lo que hagan, se han dedicado a la música experimental, pero no es el caso. Las pistas más ambiciosas de su álbum, 'In Chains' o 'Corrupt', desde luego no van a impactar demasiado a Lindstrom, Burial o The Field. Y escuchándoles tratando de sorprender, uno se pregunta si a nadie se le habrá ocurrido regalarles una copia de 'So This Is Goodbye' de Junior Boys. ¿Es que no tienen amigos?

Hay quien culpa al cantante Dave Gahan, empeñado en componer desde que el grupo estuvo a punto de disolverse a finales de los 90, de la irregularidad de los dos últimos discos de Depeche Mode. Pero suyas son sólo tres de las pistas y no puede decirse que Martin L. Gore, compositor principal desde el segundo álbum del grupo, esté en estado de gracia atendiendo a ese intento desesperado por conseguir un 'Home' que es 'Jezebel'.

Había esperanza de que la banda hiciera algo decente. 'Wrong' era un single prometedor, con un vídeo realmente excelente, nadie entiende por qué 'In Sympathy' no es el segundo sencillo y canciones como 'Fragile Tension' o 'Perfect' tienen una melodía pasable. Pero es difícil equipararlas a los días de 'Black Celebration', 'Enjoy The Silence' o incluso 'Barrel Of A Gun', cuya suciedad parecen querer recuperar a veces en este 'Sounds Of The Universe'.

Quizá a fuerza de escucharlo, poniendo mucho de uno mismo, el disco no sea tan malo, pero es inevitable pensar en él como un disco pensado para hacer caja en los conciertos. Como hacen los U2 que agotan el Nou Camp con más de 100.000 entradas vendidas, con menos de 100.000 copias vendidas de 'No Line On The Horizon', o los Rolling que vienen y agotan una y otra vez sin que nadie sepa citar cuál fue su último éxito.

Es bonito acudir a un concierto sólo por verlo, dejarse llevar por el "vienen Depeche, joder, habrá que ir" que de repente te suelta el compañero de oficina más insospechado, ese que en los 80 no escuchaba precisamente 'Some Great Reward'. Es el valor añadido de la música en directo, pero al final, lo único interesante de esto será ver cómo han orquestado el repertorio para meter más de cinco canciones de este disco sin que la gente se duerma.