Los sindicatos turcos "reconquistan" la simbólica Plaza de Taksim 32 años después

Estambul.-  Los sindicatos turcos lograron hoy 'reconquistar' la emblemática Plaza de Taksim de Estambul al conseguir que unas 5.000 personas la alcanzaran y, rodeadas por fuertes medidas de seguridad, celebraran allí el Día del Trabajo por primera vez en 32 años.

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(EFE)

Trabajadores turcos de izquierda se enfrentan a la policía durante una marcha para conmemorar el Día Internacional del Trabajo en Estambul (Turquía), hoy, 1 de mayo. Miles de trabajadores se congregaron para demandar empleo y protección social frente a la crisis económica durante los actos sindicales convocados con motivo de este día. EFE/Tolga Bozoglu

Aunque el ambiente, tenso, fue más tranquilo que en ediciones anteriores, las celebraciones del Primero de Mayo no estuvieron exentas de altercados.

En los choques entre las fuerzas de seguridad y diversos grupos de manifestantes se produjeron 37 heridos, 11 de ellos policías, y 68 detenidos, informó la cadena NTV.

También en Ankara se produjeron fricciones con los policías antidisturbios, que dispersaron a diferentes grupos con gas lacrimógeno en unos enfrentamientos que se saldaron con 15 policías heridos.

El 1 de mayo de 1977, 36 personas fueron asesinadas cuando pistoleros sin identificar abrieron fuego contra las 750.000 personas que se habían congregado en la Plaza de Taksim y a partir de ese momento el gobierno prohibió las manifestaciones en este lugar.

Desde 2007, los sindicatos habían exigido que se vuelva a permitir la celebración del Día del Trabajo en Taksim, algo a lo que el gobernador de Estambul, Muammer Güler, se había opuesto vehementemente.

Durante los dos últimos años, la represión policial de los intentos de manifestaciones en Taksim fue muy violenta y culminó con cientos de detenidos y una persona muerta a causa del elevado nivel de gas lacrimógeno inhalado.

Este año, por primera vez, el gobierno declaró festivo el 1 de mayo con el nombre de "Día del Trabajo y la Solidaridad" y el gobernador de Estambul accedió a permitir "a un número razonable" de representantes de los sindicatos manifestarse en Taksim.

Organizaciones internacionales de derechos humanos habían advertido al Gobierno turco de que permanecerían atentas a la violencia policial y miembros del Parlamento Europeo y de sindicatos de otros países fueron invitados a Estambul para seguir el desarrollo del primer Día del Trabajo festivo en Turquía.

Atendiendo al llamamiento de los sindicatos, miles de personas se congregaron a horas tempranas en los alrededores de Taksim para intentar acceder a la plaza, a pesar del despliegue de 25.000 policías y del corte al tráfico de esta zona de Estambul.

La Policía intentó dispersar a la multitud con tanquetas de agua y lanzando gas lacrimógeno, por lo que algunos periodistas, manifestantes o vendedores del típico 'döner-kebab' del centro de la ciudad tuvieron que protegerse con máscaras antigás.

"Este escándalo del gas debe finalizar. Mucha gente ha contraído problemas de salud por su culpa. (El gobierno) debe dejar a la gente manifestarse pacíficamente en Taksim", se quejó Gencay Gürsoy, presidente de la Unión de Médicos Turcos.

La Confederación de Sindicatos de Trabajadores Revolucionarios (DISK, uno de los principales del país) también denunció que, a causa de los gases, los sindicalistas de otros países invitados a la marcha hubieron de abandonar el cortejo.

La Policía permitió que representantes de los principales sindicatos turcos accediesen a Taksim para depositar claveles en el lugar donde fueron asesinados los 36 trabajadores en 1977.

Pero la presión de los manifestantes y la negociación de los sindicatos consiguió finalmente que se abriese la plaza a las celebraciones durante varias horas, algo que fue considerado por los analistas un hito en la historia de Turquía.

Mientras tanto, la policía se empleó duramente contra decenas de manifestantes que intentaban alcanzar Taksim por sus propios medios y que el ministro de Trabajo, Faruk Çelik, calificó de grupos marginales.

Estos manifestantes, en su mayoría jóvenes militantes de partidos de la extrema izquierda, se enfrentaron a la policía lanzando adoquines y provocaron daños materiales de diversa consideración.

En otros puntos de Estambul donde estaba permitida desde el inicio la celebración del Primero de Mayo, miles de personas se congregaron sin incidentes, al igual que en otras ciudades de Turquía.