"Brian", un minero checo en el corazón de Asturias

Mieres (Asturias).-  Vratislav Wanot Durczok, conocido familiarmente por amigos y compañeros como 'Brian', llegó en el año 1992 a Asturias, proveniente de una pequeña localidad de Karviná, en la República Checa.

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(EFE)

El minero de la República Checa, Vratislav Wanot Durczok, conocido familiarmente por amigos y compañeros como 'Brian', posa en un parque de Mieres, localidad asturiana en la que vive desde hace 17 años y en donde trabaja como electricista minero en el pozo Santiago de Hunosa.

Reconoce que vino a España, concretamente a Mieres (Asturias), sin saber nada del país y con un contrato para trabajar en las minas durante seis meses, que ya se han convertido en 17 años.

La primera palabra que aprendió en castellano fue 'tiza', ya que fue a través de una pizarra como se pudo hacer entender cuando él, junto con otros compañeros de la subcontrata que trabaja para la empresa minera Hunosa, llegaron para ayudar a mecanizar el pozo Nicolasa.

Ya ha hecho su vida en la localidad mierense de Turón, está casado, tiene un hijo de 10 años de su actual compañera y no ha perdido su acento checo para hablar en una particular mezcla de castellano y asturiano.

Pregunta: ¿Cómo llegó a Asturias?

Respuesta: En el verano de 1991 estaba trabajando en un pozo en la República Checa y había una visita de españoles de Hunosa, y a mi me tocó acompañarlos, ya que fueron a ver los 'minadores'. Después de eso el jefe de mecánicos me preguntó si no me interesaba ir a España medio año.

No conocía España, pero dije que sí. Firmé un contrato por medio año y entré en el pozo Nicolasa. Después firmé por otros seis meses y hasta hoy.

P: ¿Qué se esperaba encontrar cuando llegó?

R: Para nosotros, en aquella época, España era una gran desconocida. En la época de Franco, como nosotros éramos un país socialista y estaba casi prohibido hablar de España. Cuando llegué quedé sorprendido de que la gente estaba muy libre, muy alegre. No me lo esperaba así.

P: ¿Cuál fue el momento en el que decidió hacer aquí su vida?

R: Después de conocer a la que es ahora mi esposa. La decisión no fue muy difícil, ya que mandaba el corazón. Además, para ella era más difícil ir allí, que para mi quedarme aquí, aunque tengo a mi madre, hermanos y familia, pero la vida es así.

P: ¿Qué diferencias entre el trabajo, los derechos laborales, destacaría entre la República Checa de hace 14 años y la de Asturias?

R: En esa época, aquí estaba bastante atrasado. El trabajo era muy manual, había muy poca maquinaria. Toda Hunosa era casi como un pozo de los grandes en mi país. Sólo en el pozo donde yo trabajaba en mi país tenía 6.500 trabajadores y estaba todo mecanizado.

P: ¿Cómo se sintió acogido por los compañeros?

R: Muy bien. Me acuerdo del primer día de trabajo, cuando nos bajamos aquí en la rotonda de Mieres después de tres días de viaje en autocar, un domingo por la mañana. Detrás de nosotros llegaron dos camiones con maquinaria.

Nosotros para descargar la maquinaria necesitábamos unas piezas para meterlas en la mina, y no había nadie que nos tradujera, y fui a curiosear por el pozo. Entré en una sala donde estaban los vigilantes y capataces organizando el trabajo. Había una pizarra, y con una tiza empecé a dibujar vagones, que era lo que necesitábamos. Así, que la primera palabra que aprendí a decir, fue tiza.

P: ¿Y por el entorno, por la sociedad?

R: Muy bien, de verdad. No tengo ninguna experiencia mala, ni en el trabajo, ni con los vecinos. Estuvimos en Mieres viviendo poco y ahora estamos cerca, en Turón, pero muy bien todo.

P: A grandes rasgos, ¿qué es lo mejor y lo peor de emigrar?

R: Lo peor es dejar atrás la familia, más de la mitad de la vida. Eso siempre queda ahí. Lo mejor fue encontrar a mi esposa, tener un hijo maravilloso y vivir felices.

P: ¿Cómo ha vivido la distancia?

R: Los primeros años viajaba en el coche, pero era mucho para mi, ya que mi mujer no conduce. Ahora vamos en avión, pero la conexión con Asturias todos sabemos como es... Se tarda unas 24 horas en llegar. Si eso mejorara para el futuro, iría encantado más veces.

P: ¿Se han cumplido las expectativas con las que llegó a Asturias?

R: Se puede decir que sí se cumplieron las expectativas. Lo peor fue el tema de la vivienda, ya que siempre había vivido en una casa y no me gusta vivir en pisos. Pero al final, ese sueño también se cumplió, ya que desde el año 2002 vivimos en una casa que hicimos en Turón. Así que se puede decir que los sueños, hasta ahora, se cumplieron.

P: ¿Pretende volver a la República Checa?

R: Cuando me jubile podría ir a quedarme medio año o así, depende también de mi mujer y mi hijo, que tiene que estudiar. Podría estar más tiempo, pero volver a vivir allí sería imposible, ya que mi hijo entiende el checo, pero seguro que tendría más difícil acostumbrarse que yo, que ya me acostumbré a vivir aquí.

María José Lada