La Plataforma Cantábrica matiza que el envenenamiento es grave en Castilla y León

León.-  La Plataforma para la Defensa de la Cordillera Cantábrica ha matizado hoy que el incremento del veneno en la Cordillera Cantábrica es un hecho generalizado, pero ha considerado que es especialmente grave y virulento en Castilla y León.

En una nota de prensa, esta plataforma, con sede en Oviedo, se ha referido al presidente de la Fundación Oso Pardo (FOP), Guillermo Palomero, que esta mañana en un café de redacción organizado por EFE expresó su preocupación por el aumento del uso del veneno en la Cordillera Cantábrica.

Según afirmó Palomero, habían muerto en la última década tres osos en Asturias, tres en Castilla y León y otro en Lugo.

A raíz de estas declaraciones, esta plataforma ha matizado que el problema es más grave en Castilla y León, ya que en Asturias, aunque también se han hallado tres osos envenenados, el último apareció en 2005, no así en la comunidad castellanoleonesa, donde se investiga si el hallado la semana pasada en la provincia de Palencia había sido envenenado.

Dichas fuentes han tachado de lamentable que desde la Fundación se cree un estado de alerta y de crispación entre toda la población de la Cordillera Cantábrica, ya que consideran que lo ocurrido en el norte de Palencia con la muerte reiterada de osos de forma violenta es un hecho llamativamente puntual que debe reconducir las acciones de conservación de la Junta de Castilla y León.

Desde la Plataforma, han corregido a Palomero y han puntualizado que en Castilla y León no han muerto tres osos por envenenamiento sino que sostienen que probablemente hayan sido cuatro, al incluir en la lista al que falleció atropellado en León, en 2008, en la A-6 y que consideran que "posiblemente había sido envenenado previamente".

Según datos de esta plataforma, en la última década han muerto trece osos en la Cordillera Cantábrica, nueve en Castilla y León, tres en Asturias y uno en Lugo, éste último en el año 2000, envenenado.

De los tres hallados en Asturias, uno falleció por la acción de un cepo, y otros dos envenenados, el último en noviembre de 2005.

Según los datos que maneja esta organización, en Castilla y León se han muerto nueve osos en la última década, entre los que incluye uno que fue avistado el año pasado herido en Páramos del Sil (León), pero que su cadáver no ha sido hallado.

Por otro lado, se ha referido a la información de la Fundación, en el sentido de que sostiene que desde finales de la década de 1980 se ha duplicado la población de osos y han apuntado que su crecimiento ha sido tímido y que en ningún caso se ha multiplicado por dos.

Por último, han aludido a la estación de esquí de San Glorio y han dicho que no cabe una explotación de estas características "ni grande ni pequeña".