No creas todo lo que piensas

Treinta intelectuales de todo el mundo se reunieron en el festival 'La ciudad de las ideas', celebrado en Puebla (México), bajo el lema "No creas todo lo que piensas". Eduard Punset fue uno de los elegidos, y anoche nos contó en La 2 de TVE, con su habitual templanza y erudición, su experiencia en unas jornadas de reflexión y pensamiento que exploraron caminos para hacer popular la ciencia. Teniendo en cuenta que el veterano divulgador lleva trece años presentando este magnífico programa, es posible que muchos de ustedes se pregunten dónde está la noticia. Muy sencillo: los telespectadores pudimos disfrutar de Punset y sus 'Redes' en plenas condiciones intelectuales, sin bostezar, sin sacrificar horas de sueño. En un horario digno. Porque 'Redes' ha pasado de la madrugada de los lunes, ¡al prime time de los domingos (21.00)!

(EFE)

Punset ya tiene un horario digno.

A esa hora comenzó, puntualmente, el programa. Una buena noticia. Lástima que en la flamante web de TVE aún no se hayan enterado: "nos puedes ver todos los Domingos a las 01:25h por LA 2".

Desaprender para poder crecer, insistía Punset. Si esto fuera verdad, sin duda el mejor camino para retroceder intelectualmente durante el fin de semana, y acercarnos a la ignorancia absoluta, haya sido echar una ojeada a 'La Tribu' (Telecinco) y 'Dónde estás corazón' (Antena 3). El mismo día y a la misma hora en que Ana Obregón visitaba el primero, su ex novio Darek era entrevistado en el segundo. Un duelo de titanes para una velada televisiva, la del viernes, que alcanzó una enorme intensidad emocional. El mando a distancia echando humo. Nunca las palabras talismán de Lobato, el famoso "si parpadeas, te lo pierdes", adquirieron mayor dimensión.

Pero recuerden que en la tele nada es lo que parece: el semental resultó ser un cordero maltratado por una jauría de periodistillas, mientras que la recauchutada Obregón se movió como pez en el agua entre los vanidosos ególatras de una tribu, me temo, en peligro de extinción.

Todo parecía indicar que el histrionismo de Sardá y la Obregón machacarían al tímido chuleta de Antena 3. Pues no. 'Dónde estás corazón' dobló la audiencia de la 'La Tribu': un 19% frente a un 9,4%. Ya saben que en este tipo de programas todo se resumen en un %. Pero igual desconocen que esa noche de miserias no fue ni para Obregón ni para Derek, sino para una miseria auténtica: ganó con casi un 20% '21 días en una chabola', melodramático reportaje de Cuatro del que algún día hablaremos con detalle.

Todo, créanme, es cuestión de educación. La que le sobra a Punset, de la que carecen Obregón, Sardá y compañía. No debería extrañarnos que la gente busque los mejores centros para la formación de sus hijos. A Cristina de Borbón y a Iñaki Urdangarín sin duda les gustaría dar ejemplo y llevar a sus chicos a un colegio público español. Pero como es posible que no crean en todo lo que piensan, pues se van a ir a vivir a Estados Unidos y los matricularán en un colegio donde pagarán 40.000 euros por cada niño.

Un motivo para no ver la televisión

Juan Belmonte, matador de toros.
Autor: Manuel Chaves Nogales.
Editorial: Libros del Asteroide.

Estamos ante la biografía de un torero. "Me gustaban los toros y me molestaban los toreros", asegura el protagonista en el capítulo cuatro, en una frase que podría firmar yo mismo. Pero no se lleven a engaño: 'Juan Belmonte, matador de toros' es una obra taurina por los cuatro costados. Pero taurina a la antigua, es decir, construida desde la humildad con anécdotas callejeras, directamente relacionadas con la miseria de la Sevilla de comienzos del siglo XX, lugar donde nació y vivió El Pasmo de Triana, Juan Belmonte García.

Dice Javier Marías que se trata de una biografía que él ve y lee como una novela. Y tiene mucha razón. La vida de Belmonte es una novela de aventuras que arranca con la picaresca del chavalillo que escapa de casa cada noche para torear a la luz de la luna. Huye de la miseria. Son tiempos duros, en los que los jóvenes que sueñan con vestirse algún día de luces pasan hambre, y tienen que cruzar ríos a nado y burlar de la guardia civil para poder ponerse delante de un novillo. Torean desnudos, con una chaqueta como muleta.

Chaves Nogales, periodista sevillano, cuenta el duro aprendizaje del torero, las cornadas, los abusos de los empresarios, la camaradería de los compañeros, la cruel realidad de los cerrados círculos taurinos y, finalmente, la fama y la rivalidad con otros toreros de su tiempo.

Los taurinos disfrutarán como niños con un libro que analiza el nacimiento del toreo moderno. Los que no somos taurinos, también: contemplar el arranque del siglo XX en nuestro país a través de los ojos de Chaves Nogales es una delicia.

Prólogo de Felipe Benítez Reyes (pdf: 72kb)

Capítulo primero (pdf: 601,4kb)