La investigación de la CNMV por el caso Tabacalera fue cesada sin tener conclusiones

Madrid.-  Los inspectores de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que investigaron el caso Tabacalera entre octubre de 1997 y mayo de 1998 afirmaron hoy que las pesquisas cesaron por orden del director de Inspección sin que hubieran finalizado los trámites ni hubieran llegado a conclusión alguna.

Durante el juicio contra el presidente de Telefónica, César Alierta, y su sobrino Luis Javier Plácer por el presunto uso de información privilegiada en la compra de acciones de Tabacalera, los inspectores de la CNMV Javier Fresno y Carlos Sánchez relataron que el entonces director de Inspección, Jesús Ibarra, ordenó en mayo de 1998 a los miembros de la unidad de vigilancia de los mercados que pararan las actuaciones pendientes y entregaran la documentación.

"Sabía que no considerábamos cerrada la investigación" porque "todavía no cuadraba la información", se quejó Sánchez, llamado a declarar como testigo por la Fiscalía Anticorrupción.

Entre las pesquisas pendientes figuraba la toma de declaración a Alierta, a quien el director de Inspección de la CNMV tomó la "decisión personalísima" de remitir un requerimiento escrito de información "probablemente cuando ya estábamos apartados del caso", declaró Sánchez.

Su compañero y también testigo Javier Fresno recalcó que lo "habitual" en ese proceso de investigación era una entrevista personal, como ocurrió con Plácer y el gestor de su sociedad de inversión, Creaciones Baluarte, entre otros.

Según Fresno, el gestor de Beta Capital encargado de Creaciones Baluarte, Rafael Ibáñez, reconoció que fue él quien decidió invertir en Tabacalera y, de hecho, la CNMV no tuvo nunca acceso a ningún documento en el que Plácer ordenara invertir en Tabacalera.

Sánchez objetó que "había muchas respuestas de Plácer que requerían hacer nuevas actuaciones para aclararlas" y que llegaron incluso a pensar en realizar un análisis grafológico porque la firma de Plácer y "la que constaba en la firma de gestión (de Creaciones Baluarte) no era la misma y llamaba la atención".

Los inspectores reconocieron que investigaron a otras personas relacionadas con la compra de Havatampa por el presunto uso de información privilegiada y a casi una veintena de familiares de Alierta y su mujer Ana Cristina Plácer, que habían comprado acciones de Tabacalera.

Sus investigaciones revelaron que la mayoría de ellos eran "clientes gestionados", es decir, que las decisiones de inversión las tomaban los gestores, por lo que los inspectores creyeron que "no se habían beneficiado de información privilegiada".

Sánchez también mostró su sorpresa por el hecho de que Creaciones Baluarte (sociedad utilizada para comprar acciones de Tabacalera usando supuestamente información privilegiada) conservara una línea de crédito de 400 millones de pesetas tras ser traspasada por Alierta a su sobrino, máxime teniendo en cuenta que su capital social era de 10 millones de pesetas.

También arremetió contra la corredora de comercio del Banco Urquijo que atendió la petición de crédito por parte del presidente de Telefónica, por ser "una antigua socia de Alierta y por haber trabajado en Beta Capital, como Alierta".

Precisamente, hoy declaró como testigo la empleada del Banco Urquijo encargada de las operaciones con el grupo de Alierta, Ana Estalella, quien sostuvo que su cliente le solicitó un crédito de 400 millones de pesetas para adquirir "acciones del Íbex-35" a través de Creaciones Baluarte, por lo que el banco cometió un "error" al asignar el préstamo a la compra de títulos de Tabacalera.

En su declaración como testigo a petición de la Fiscalía Anticorrupción, también aseguró que Alierta comunicó al banco la venta de Creaciones Baluarte a su sobrino, quien pudo hacer uso del préstamo de 400 millones de pesetas para comprar acciones de Tabacalera porque "la operación estaba plenamente garantizada".

Hoy también declararon como testigos el director de planificación de Tabacalera y un analista de la firma Merrill Lynch.