La obligación de inspección del gas butano recae desde hoy en las empresas

Vitoria.-  El Gobierno Vasco ha confiado hoy en que las revisiones "fraudulentas" de gas butano desaparezcan de Euskadi con el cambio normativo que ha entrado en vigor hoy, ya que a partir de ahora serán las empresas suministradoras las que estén obligadas a inspeccionar las instalaciones, no el usuario.

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(EFE)

Imagen de una explosión causada por la explosión de una bombona de butano, enen Irún. EFE/Archivo

A partir de hoy, los clientes de gas butano no se tendrán que preocupar de contratar las revisiones de sus instalaciones sino que será la empresa suministradora quien se ocupe de ello, igual que ocurre con las instalaciones de gas natural, aunque el usuario tendrá que abonar el coste del servicio.

Así lo han anunciado hoy el viceconsejero de Comercio, Consumo y Seguridad industrial, Rodrigo García, y el director del mismo área, Rubén Mendiola, en una comparecencia en la que han hecho balance esta mañana de las inspecciones y revisiones del año pasado sobre las instalaciones de gas en Euskadi.

En el País Vasco hay 714.000 usuarios de gas, de ellos 548.000 son de gas canalizado, 140.000 de botellas de butano y 26.000 de depósitos de propano.

A diferencia del resto de usuarios de gas, los que tienen en sus hogares botellas de butano tenían que encargarse ellos mismos de solicitar la revisión a la empresa suministradora.

Algunas empresas revisoras de gas acudían a las casas donde había gas butano para hacer una inspección pese a no tener autorización para ello y realizando prácticas "engañosas".

El director de Consumo ha recordado que el Gobierno Vasco ha llegado a cerrar incluso alguna de estas empresas y ha confiado en que con el nuevo cambio normativo "desaparezcan" de Euskadi "y se vayan a otras zonas donde tengan más facilidades".

Según ha dicho, con el nuevo decreto del Gobierno Vasco que ha entrado en vigor hoy, a partir de ahora serán las empresas que suministran el gas butano las que tendrán que llamar a sus clientes y citarles para una inspección.

La normativa existente obliga a realizar inspecciones cada dos años. Los responsables de Consumo han confiado en que este cambio normativo contribuya a aumentar el grado de cumplimiento de las inspecciones, que ahora está en el 50 por ciento, y que se mejore así la seguridad de estas instalaciones.

Según las inspecciones realizadas en 2008, el número de defectos que se detectan en los botellas de gas butano es "diez veces mayor al de las instalaciones de gas canalizado".

Además, un 69 por ciento de los accidentes de gas registrados en Euskadi desde 2003 están motivados por instalaciones de gas butano "defectuosas", y eso que estas instalaciones sólo suponen el 20 por ciento del total de instalaciones de gas, según Rodrigo García.

La causa de que provoquen más accidentes se debe a la antigüedad de las mismas y a que se revisan en menor número que las de gas canalizado.

Los defectos graves más habituales que suelen presentar son la combustión peligrosa con concentraciones muy altas de monóxido de carbono, que pueden dar lugar a muertes por asfixia, y las fugas de gas, con el consiguiente riesgo de explosiones.

El año pasado se registraron siete accidentes en instalaciones de gas en Euskadi, dos de ellos fueron graves y se debieron a intoxicaciones por monóxido de carbono.

En lo que va de 2009, se han producido dos accidentes de gas, uno por intoxicación, con tres heridos graves y el otro debido a una pequeña fuga.

No obstante, para el Departamento de Consumo el número de accidentes es "muy bajo" aunque ha llamado a los usuarios a facilitar las inspecciones y a mantener los aparatos en buen estado para evitar riesgos.

El año pasado se precintaron once instalaciones en Euskadi por presentar deficientes muy graves.