El propietario de la empresa de ataúdes no quiere poner más dinero y critica a los empleados

Ribadavia.-  El copropietario de la empresa Ataúdes Chao, Javier Sabucedo, explicó hoy a Efe que compró el negocio hace seis meses porque el anterior propietario le debía dinero y porque vio que la crisis no afecta al sector, "pero los trabajadores no responden y no quiero poner más dinero", dijo.

Según la información facilitada por un representante sindical, la empresa estuvo con las puertas cerradas toda la mañana de hoy, por lo que los trabajadores pidieron a Inspección Laboral que certificase esa situación para poder reclamar luego sus derechos.

Una inspectora se entrevistó por la tarde con Sabucedo y visitó la empresa creada en 1990 en una antigua granja, acompañada por el responsable de la Federación de Construcción y Madera de CIG, Xan Losada.

Luego, la inspectora explicó a los quince trabajadores que pasaron el día en el exterior de la nave que deben acudir a las autoridades laborales para tramitar indemnizaciones y el cobro del paro.

Por su parte, Sabucedo explicó a Efe que sus trabajadores hacían ataúdes "de un tipo que tiene mucha salida en el mercado pues es de los más baratos, elaborado con fibra conocida como DM y sólo tenían que hacerlos bien, porque mi hermano y yo ya nos encargábamos de llevarlos al cliente de Madrid".

Según el empresario, el cliente es Empresa Mixta de Servicios Funerarios de Madrid, S.A. y firmó un contrato con Ataúdes Chao prorrogado hasta junio de 2009 a cambio de mejorar la calidad y los colores del producto.

"El cliente nos devolvió la última entrega de 120 ataúdes porque los colores no se corresponden con los pedidos, pero los trabajadores no quieren poner de su parte y ahora sólo me queda recuperar el aval depositado y conseguir vender la empresa", agregó.

Los hermanos Sabucedo son propietarios de la empresa Logística de Transporte de Ourense y de varias granjas, y, según Javier, compraron la de ataúdes porque los anteriores titulares le debían "mucho dinero".

"Yo veía que esta empresa podía funcionar y sigo pensando que los ataúdes son negocio, pues los números son buenos y siempre pagamos todo al contado, pero los trabajadores no quieren tirar a pesar de que la mayoría llevan aquí desde que abrió en 1990", concluyó.

Por su parte, el representante sindical de CIG explicó a Efe que en los últimos tres meses el trabajo "se degradó", e incluso recordó que una trabajadora está de baja por una enfermedad grave y le retienen el dinero que le corresponde desde el mes de diciembre.