Mi primer viaje en el metro de Sevilla

SEVILLA.-  "Después de 30 años pegándole porrazos al suelo, ya tenemos metro en Sevilla". De esta forma tan gráfica y sencilla describe mi compañero de asiento el larguísimo parto que la ciudad ha tenido que sufrir para disfrutar de este medio de transporte. ¿Ha merecido la pena? Pues definitivamente parece que sí. Mi primer viaje por las entrañas de esta ciudad luminosa y callejera me deja muy buenas sensaciones, pese al barullo típico de toda jornada inaugural.

(EFE)

Nada más entrar me han llamado la atención dos cosas: la primera, quizá algo obvia, es lo flamante que está todo. Por poca experiencia que uno tenga como viajero de metro, la tendencia es asociar este medio de transporte masivo y subterráneo a las pintadas y a la mugre propia del uso diario. Pero aquí todo está reluciente: el suelo, los cristales, los asideros, las taquillas…

El segundo elemento atípico es la ausencia de publicidad ajena en todo el recorrido. Las vitrinas de las paradas contienen grandes fotografías de los obreros y las obras que han hecho posible el primer metro andaluz. Publicidad institucional discreta. Se agradece. Son sin embargo dos cosas que cambiarán con el tiempo, es inevitable. Pero ojalá que, dentro de lo posible, la limpieza siga siendo un signo distintivo y ojalá que las paredes se destinen a algo más que a vendernos la moto de turno.

En las escaleras de acceso y los pasillos hay un ambiente que recuerda al de los grandes alborotos populares que marcan el inconsciente colectivo de esta ciudad: la Semana Santa, la Feria y aquella temporada de plétoras que fue la Expo 92. De hecho, las dubitativas colas que hemos formado hoy ante las máquinas expendedoras de billetes me han recordado mucho a las colas infinitas que se vivieron entonces en la Isla de la Cartuja.

El viaje hoy es gratis, siempre que se adquiera en una de las 17 estaciones operativas una tarjeta con una recarga de al menos cinco euros sobre los que a partir de mañana se podrán ir descontando los diferentes trayectos. Las tarifas son algo complejas (ver pdf). Combinan tres zonas y diferentes opciones de bonificación, pero en resumen un trayecto puede oscilar entre 1’75 euros (la opción más cara para viajar de un extremo a otro de la línea) y 0’80 euros (la más barata, para desplazarse dentro de una misma zona), que pueden incluso rebajarse hasta los 0’68 para los mayores de 65 años. Eso sí, el acceso es rápido, sólo tienes que pasar tu tarjeta "inteligente" por un lector de proximidad para que se te abran las puertas.

Entre los primeros viajeros que se han subido al metro, la media de edad es alta. Los jubilados no han querido perderse el estreno, pero muchos aseguran que no piensan utilizarlo demasiado si se mantiene la misma política de precios, que les resulta cara sobre todo si se compara con la gratuidad de la que disfrutan en el autobús urbano.

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Metro Sevilla

Plano del Metro de Sevilla

He escogido para estrenarme un trayecto típico que he realizado muchas veces en coche. He salido de la parada del Prado de San Sebastián, en pleno centro, y me he bajado en la de la Universidad Pablo de Olavide, cercana a Dos Hermanas. Un recorrido en el que pueden llegar a emplearse unos 35 minutos en coche y que en metro me ha llevado unos 22 minutos. Trece minutos de vida dan para mucho, pero sobre todo se agradece la liberación del atasco.

Entre mis compañeros de viaje, las opiniones también son positivas. Ramón, de 73 años y autor de la cita con la que se abre el artículo, ha recorrido ya toda la línea en una dirección y ahora está recorriéndola en el sentido inverso. Se queja de que los jubilados no disfruten de más descuentos "aunque sea fuera de las horas punta" y disculpa los fallos del primer día. "He estado media hora esperando para recargar la tarjeta porque la máquina no funcionaba, pero esto es como el vino, con el tiempo irá mejorando". Curiosa metáfora.

A Vicky (publicista de 37 años) el metro le va a solucionar un buen problema. Ella vive en Ciudad Expo, en el límite occidental de la Línea 1, y sus padres en Nervión, casi a mitad de la línea. Antes tenía que perder casi toda la hora de la comida en el trayecto desde su domicilio al de sus padres para dejar con ellos a su hija, Elena (de 4 años), a la salida del colegio. Ahora la cosa se arregla con un viajecito de 20 minutos.

Hay, eso sí, quien tiene sus reticencias. Carmen (ama de casa de 55 años) tenía "un poco de yuyu" al montarse por primera vez. Luego se ha ido tranquilizando "porque todo está muy iluminado y no tienes mucha sensación de estar bajo tierra", pero de todas formas asegura que le gusta más "viajar viendo los monumentos".

Jose Manuel Vidal (EFE)

Los jubilados no han querido perderse el estreno de este esperado metro

En general, la valoración es muy positiva. La queja principal de unos y otros es que este esperadísimo metro tenga sólo una línea, con la que cubre sólo una parte de las necesidades de desplazamiento de una población que supera el millón de habitantes (si incluimos el término municipal y el área metropolitana de Sevilla). Y es que esta línea de 18,05 kilómetros entre Mairena del Aljarafe y Dos Hermanas prevé transportar al día a 50.000 personas y al año a 14,5 millones de ciudadanos. Además, hay otras tres líneas previstas. Esperemos que no haya que aplicar una sencilla regla de tres y no sean necesarios otros noventa años de porrazos.

Más información

• Así funciona el metro de Sevilla (pdf)
• Cómic sobre el metro de Sevilla (pdf)
• Web del metro de Sevilla