El 55 por ciento de las personas con síntomas leves de Parkinson están sin diagnosticar

Zaragoza.-  En Aragón hay más de 3.000 afectados de Parkinson, y cada año se diagnostican entre 200 y 250 nuevos casos, aunque la dimensión real de la enfermedad es mucho mayor, ya que se calcula que el 55 por ciento de los pacientes con síntomas leves, como temblor, inestabilidad o lentitud de movimientos, está sin diagnosticar.

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(EFE)

Vista del I Congreso Español sobre la Enfermedad de Parkinson. EFE/Archivo

Además de estos enfermos tempranos, de entre 25 y 40 años, un 28,5 por ciento de las personas con Parkinson moderado, a partir de 45 años, y un 10 por ciento con la patología en estado avanzado, también están sin diagnosticar, ha señalado hoy el neurólogo Javier del Val, del Hospital Clínico de Zaragoza, con motivo de la celebración el día 11 de abril del Día Mundial de esta enfermedad.

Estos datos forman parte de una encuesta prospectiva, realizada a más de 1.500 pacientes en Europa, en la que han participado 64 hospitales europeos, de ellos cuatro españoles, entre ellos el Clínico, ha informado Del Val.

Asimismo, el estudio Adaggio, en el que ha participado este neurólogo, ha puesto de manifiesto que desde que aparecen los primeros síntomas de esta enfermedad, para la que no existe curación, hasta la primera visita al especialista en España suelen transcurrir entre 12,7 y 13 meses de espera.

Por ello, Del Val ha hecho hoy un llamamiento a los médicos de Atención Primaria para que envíen cuanto antes al neurólogo a los pacientes con pequeños síntomas.

El Parkinson, que se asocia a la deficiencia de dopamina en el cerebro, tiene una incidencia de 180 a 200 personas por cada 100.000 habitantes, unas cifras que según este neurólogo aumentarán en el año 2010 hasta los 250 a 280 por 100.000 habitantes debido, sobre todo, al envejecimiento de la población.

La enfermedad, con una aparición de entre 20 y 25 nuevos casos por 100.000 habitantes al año, es un trastorno degenerativo, que afecta al sistema nervioso central y constituye la segunda patología neurodegenerativa más frecuente entre las personas mayores de 65 años y entre los hombres que en las mujeres.

Según Del Val, es una patología "muy desconocida" todavía por la sociedad, ya que a veces se confunde con temblores esenciales y los afectados, con alcohólicos, por sus movimientos lentos al caminar o dificultades para hablar.

Para este neurólogo el diagnóstico y tratamiento precoz, que se orienta a mejorar y controlar los síntomas, ofrece muchas ventajas, a pesar de los efectos secundarios, y ayuda a retrasar alguna sintomatología dependiente de la falta de dopamina.

Precisamente los especialistas opinan que su mayor necesidad es saber cómo retrasar la evolución de la enfermedad o modificar su curso, además de conseguir una mayor calidad de vida para los enfermos o reducir la lentitud de movimientos, ha explicado.

En este sentido, ha dicho que los tratamientos farmacológicos intentan retrasar el curso de la enfermedad y su cumplimiento es fundamental, aunque son muy complejos, con hasta treinta comprimidos al día, por lo que se investiga en fármacos de liberación retardada para reducir el número de tomas.

Existen otros tratamientos como cirugía denominada de "estimulación cerebral profunda", que se practica a entre el 6 y el 8 por ciento de los pacientes en el mundo, en al menos doce hospitales españoles, de ellos sólo 5 o 6 con garantías, pero ninguno de la Comunidad aragonesa.

El presidente de la Asociación Parkinson Aragón, Amador Plaza, es uno de los enfermos que ha pasado por la intervención quirúrgica en su cerebro, en el que tras una espera de dos años le han colocado dos electrodos conectado con un cable a una batería exterior.

Plaza ha señalado hoy que después de la operación es otra persona, no tiene problemas al andar, duerme y no se bloquea, además de reducir la medicación.

Ha relatado que comenzó a notar síntomas a los 34 años, pero hasta cuatro años más tarde no le diagnosticaron la enfermedad, que en su opinión "sigue siendo una gran desconocida en el siglo XXI" y para cuyos afectados "todo es difícil".