Diputados en busca del prestigio perdido

Hoy se ha dado el primer paso para dotar de transparencia las "otras" actividades laborales de sus señorías en una reunión a puerta cerrada en la comisión del Estatuto del Diputado. Las filtraciones de sus actividades extraescolares han tensado el ambiente entre el PP y el PSOE pero al final se ha logrado un acuerdo en medio de la presión mediática. Objetivo inmediato: recuperar el prestigio.

(EFE)

Igual a partir de ahora no cabe ni un alfiler en el hemiciclo.

El PSOE quiere abanderar la transparencia de los políticos con acta de diputado. Con ese fin, Francesc Vallès, presidente de la comisión del Estatuto del Diputado planteaba hoy a las 13:15 horas del mediodía los pasos para lograrlo a sus compañeros de comisión entre los que se encuentran Gaspar Llamazares de IU, Gabriel Mato Adrover del PP, Mercé Pigem de CiU y Esteban Bravo del Grupo Vasco. Lo que se presumía como un trámite sencillo, en el que se aprobaría por unanimidad ir levantando esa especie de secretismo que rodea las actividades de sus señorías, se ha convertido en una tensa reunión que se ha dado por finiquitada al filo de las 15 horas sin que las posturas finales estuviesen del todo definidas. A eso de las seis, Vallès ha terminado anunciando el acuerdo como si allí no hubiera pasado nada. "Estoy muy satisfecho porque el acuerdo de hoy supone un camino, en el que no hay marcha atrás, hacía la transparencia y la publicidad. En tres semanas nos volveremos a reunir, cada uno con sus propuestas y con la intención de seguir avanzando", explica Vallés, profesor de derecho constitucional además de diputado, a soitu.es.

Eso sí, el PP ha logrado que la comisión rechazase públicamente las filtraciones del dictamen secreto que se votó la semana pasada y que circulan de mano en mano entre los periodistas del Congreso y que se han publicado en diversos medios. Los populares Manuel Pizarro, ex presidente de Endesa, Fernándo López Amor, ex director general de RTVE y José María Michavila, ex ministro de Justicia, entre otros, dejan al descubierto una abultada dedicación al margen de su labor en la Cámara cuya compatibilidad se ha puesto en entredicho no sólo en la prensa, sino entre los propios colegas. "Nos están metiendo a todos en el mismo saco, parece que los diputados nos dedicamos a otros asuntos y eso no es cierto. Trabajamos y mucho, realizamos un servicio público y de pronto se nos está demonizando como si fuésemos unos vagos", recrimina un diputado popular. Lo cierto es que los diputados han cerrado filas en torno a la defensa de su papel político. Vallés admite que "igual la interpretación de la ley de incompatibilidades es amplia pero este es el momento de cambiarla. No ha sido nada fácil llegar al acuerdo de hoy en medio de la presión mediática pero es importante para recuperar el prestigio".

La iniciativa pasa porque la lista de las actividades que realizan los parlamentarios de manera extraoficial sea pública y accesible para que cualquiera la pueda consultar en el boletín del congreso o en la web de la cámara baja, sin tener que salvar los obstáculos que impiden acceder a esa información. El segundo punto busca la delimitación y concreción del régimen de compatibilidades para que la subcomisión que en estos momentos estudia la modificación de la ley electoral deje menos manga ancha a los diputados cuyas actividades se sitúan en terreno pantanoso. La posibilidad de que la comisión del estatuto disponga de potestad para investigar los casos dudosos se tratará en próximas reuniones. IU ya ha presentado una proposición no de ley en la que plantea medidas para "reforzar la asistencia al trabajo parlamentario, estableciendo el correspondiente régimen disciplinario que penalice las inasistencias injustificadas". Otro de los temas candentes en los pasillos del Congreso, la presencia de los políticos en los plenos. Por lo pronto, la voluntad de ser tan claros como el agua va tomando forma. Habrá que ver cómo prospera.