Los estudiantes antiBolonia declaran una tregua hasta después de Semana Santa

Barcelona.-  Los estudiantes antiBolonia se darán una tregua hasta después de Semana Santa para analizar la estrategia a seguir tras la multitudinaria manifestación de anoche en Barcelona, que creen les cargó de razones para convocar nuevas concentraciones y encierros en los campus universitarios.

Después de una semana de intensificación de las movilizaciones, alimentadas por la violenta actuación policial tras el desalojo de estudiantes de la UB, los estudiantes contrarios al llamado Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) han decidido parar para coger aire y examinar bien los pasos siguientes.

"La manifestación de anoche fue un éxito rotundo y demuestra que cuando queremos tomar la calle podemos hacerlo con calma. Pero ahora tenemos que estudiar cómo encarar el período que se abre tras la Semana Santa", ha explicado a Efe el portavoz del Sindicat d'Estudiants dels Països Catalanas, Arnau Mallol.

Los estudiantes antiBolonia tienen claro que la "lucha por una universidad pública" continuará, lo que pasa, desde su perspectiva, por conseguir la paralización del proceso de adaptación al EEES.

Pese a que las administraciones públicas y las universidades han reiterado por activa y por pasiva que no hay alternativa al espacio europeo y a la evidencia de que la mayoría de los estudiantes están por continuar las clases y no por jugarse el curso, los antiBolonia creen que todavía hay margen para lograr la retirada del plan.

"Aún podemos conseguir que se reconsidere Bolonia porque no estamos solos, además de los estudiantes catalanes, también se han movilizado alumnos en otros puntos de los Països Catalans y del resto de Europa. Tarde o temprano tendrán que recapacitar. O, si no, quedará muy claro que este plan se ha impuesto y será un fracaso", ha dicho Mallol.

Tras el paréntesis de Semana Santa, el SEPC asegura que el movimiento antiBolonia volverá con más fuerza porque en las últimas semanas se han hecho más visible el apoyo de parte del profesorado universitario y del personal de administración y servicios.

Un grupo de unos 25 docentes llegó a encerrase esta semana una noche en un aula del edificio histórico de la UB y un número no determinado de profesores se sumó a la manifestación de anoche en solidaridad con los estudiantes.

Hasta ahora, los docentes críticos con Bolonia se habían limitado a firmar algún manifiesto y apoyar desde fuera, sin intervenir, las protestas estudiantiles.

Armengol Gassiot, profesor de Prehistoria de la UAB y portavoz de este grupo de docentes, ha explicado a Efe que en los próximos días ellos también harán "un diagnóstico de la situación" y lo compartirán con los estudiantes, al tiempo que esperan a ver si la Generalitat o los rectorados de las universidades dan pasos para restablecer el diálogo.

Gassiot asegura que "se ha abierto un nuevo escenario con la implicación creciente del profesorado", tras subrayar que el manifiesto contrario al EEES ha sido suscrito ya por más de 600 docentes de las universidades catalanas.

Una de las incógnitas en los próximos meses será ver también cómo reacciona la mayoría del alumnado universitario, que ha intentado seguir con su actividad académica mirando hacia otro lado, y que ha empezado a denunciar en voz alta que se están viendo privados de su derecho a estudiar.

En los últimos días, profesores universitarios de reconocido prestigio como Andreu Mayayo o Antoni Segura han denunciado también la vulneración del derecho a recibir clases, pese a reconocer, como hacen también las autoridades educativas, que han fallado los mecanismos de información al explicar qué es Bolonia, lo que ha facilitado "la intoxicación".

Otras voces, como la de la rectora de la Universidad Ramon Llull (URLL), Esther Giménez Salinas, se han levantado también para alertar de que la movilización estudiantil tiene más que ver con la incertidumbre respecto al futuro que provoca entre la juventud la actual crisis económica que con Bolonia.

La rectora ha subrayado la paradoja que supone que en España sea noticia la resistencia estudiantil a Bolonia, cuando la mayoría de países europeos se plantean cómo revisarlo para mejorarlo en el horizonte del 2020.