Historias de los autónomos que han ido hoy a gritar al Congreso

MADRID.-  Fontaneros, electricistas, taxistas, camioneros, peluqueros, y empresarios de pymes de toda España —incluso representantes de la comunidad china— han alzado hoy su voz frente al Congreso. A sus espaldas llevan cientos de historias, todas ellas diferentes, pero con una problemática común: aumentan los impagos, la financiación de la banca no les llega, y el consumo se ha retraído, por lo que muchos de ellos han tenido que echar el cierre o despedir a trabajadores a los que les une más que un contrato. Ya no aguantan más y algunos de ellos han explotado hoy.

G.F.

La comunidad de empresarios chinos tiene los mismos problemas.

Carmen: "sólo me quedará la benficencia"

Carmen es una de las autónomas a las que hoy le han traicionado los nervios. Es propietaria de una empresa de cerramientos de aluminio en Torrejón de Ardoz y asegura que "hay cuatro ayuntamientos" que le deben dinero, que el banco le devuelve los pagarés y "no hay manera de cobrar". Después de 30 años se plantea cerrar. Ya ha tenido que despedir a ocho de los 20 empleados que tiene, y cree que la 'sangría' va a continuar, porque si no "es imposible mantenerse".

Ella afirma que tiene un proyecto "que es financiable", pero que no le hacen caso. "Estoy hipotecando todo mi patrimonio, pero aún así será difícil seguir adelante —comenta—. Y lo peor de todo es que, si cierro, me embargarán todo, me quedaré sin ingresos, y tampoco tendré paro, así que sólo me quedará la beneficencia", dice con lágrimas en los ojos. Lágrimas de rabia, porque cree que hace falta unidad entre su colectivo, que se apoyen unos a otros. Y es que muchos de ellos opinan que su principal obstáculo es la falta de cohesión.

La mayoría de los allí presentes no confía en los políticos. Ninguno de ellos tiene fe en el actual Gobierno, al que acusan de hacer "oídos sordos" a sus demandas y de prestar "poca atención" a su "preocupante situación". Pero tampoco creen que alguno de los partidos representados en el Congreso pueda ser un buen sustituto. No obstante, se han hecho oír y esperan que éste sea el primer capítulo de un relato que acabe con final feliz.

Susana: "dicen que no somos solventes"

Ésa es, al menos, la esperanza que tienen Susana y Chema. Ella es propietaria de una pequeña empresa de chapa de madera que regenta con su madre. La crisis de la construcción ha hecho que la demanda de sus servicios se haya reducido al mínimo, hasta el punto de que ha tenido que despedir a los seis empleados que tenía en plantilla. "Ha sido muy difícil, porque después de casi cuatro años trabajando con ellos eran como de la familia", explica Susana.

Asegura que ha estado pasando de un banco a otro solicitando una de las líneas del ICO, pero "después de marearnos pidiéndonos un montón de papeles, no nos han concedido nada; dicen que no somos solventes", se lamenta mientras sigue caminando hacia la puerta del Congreso. A su lado, uno de esos trabajadores a los que se ha visto obligada a dejar en el paro, Chema. "Vengo para hacer presión, para que Susana consiga lo que necesita y que la compañía salga adelante, porque si ella tiene faena, yo podré volver a currar", comenta este joven que está desempleado desde el pasado septiembre. "Me han concedido 10 meses de paro, aunque me corresponderían 18 —relata—. Cobro 700 euros al mes y con ellos tengo que vivir, pagar la hipoteca y mantener una niña pequeña".

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Chema apoya a su ex jefa porque quiere "volver a currar".

Cruz: "las viudas somos las grandes olvidadas"

No lo tienen mejor las viudas de los autónomos, que también han querido hacer oír su voz. "Somos las grandes olvidadas", protesta Cruz, de 72 años. Nos cuenta que su marido era autónomo, igual que su padre, y que su pensión de viudedad no llega a los 400 euros. "Gracias a Dios, cobro una pequeña pensión de 300 euros que me queda de la época en que yo estuve trabajando y coticé a la Seguridad Social, pero para poder vivir y pagar el alquiler he tenido que ponerme a trabajar en una casa, a la que voy unas horas para cocinar".

Ignacio: "los autónomos no somos defraudadores"

Ignacio es otro de los empresarios que ha tenido que dejar en la calle a la práctica totalidad de su plantilla . Es propietario de una pequeña empresa de instalación de toldos en Valencia. "Hasta el año pasado tenía cuatro empleados, pero me he tenido que quedar con uno", cuenta. El por qué: la reducción de la demanda, la falta de créditos y el tener que seguir haciendo frente a los impuestos que como autónomos deben pagar. "Pese a lo que piensa una amplia mayoría, los autónomos no somos unos defraudadores ni estamos montados en el dólar. A mí me ha costado mucho despedir a mi gente, porque somos como una familia, pero no me ha quedado otro remedio para poder subsistir", explica.

Antonio y Ángel: "vamos a tener que pegar el cerrojazo"

Peor lo tiene para mantenerse a flote la empresa de fontanería de Antonio y Ángel. "Tal y como está el panorama, vamos a tener que pegar el cerrojazo —se quejan—. Ya no hay líneas de descuento, se nos acumulan las deudas porque no nos pagan, hemos tenido que despedir a 5 empleados, y seguramente tengamos que volver a plantearnos nuevos despidos".

Lam Chueng Ping: "notamos la crisis sobre todo en las importaciones"

Los problemas son comunes también para los empresarios chinos de Cataluña, nos explica el presidente de la Unión de Asociaciones Chinas, Lam Chuen Ping, que representa a más de 5.000 empresarios de su comunidad. Todos ellos se han visto afectados por el descenso del consumo, principalmente "en el sector de las importaciones", nos comenta Chuen Ping.

Éstas son sólo algunas de las muchas historias que autónomos y pequeños empresarios cuentan a quien quiera escucharles. Para salir de su "calamitosa situación" proponen el aplazamiento de la Seguridad Social, diluir los pagos y evitar abonar el IVA por adelantado de forma coyuntural. Entre las reformas estructurales, piden cambios fiscales, una revisión de Ley de Morosidad y una reforma laboral que facilite la contratación. Éstas y otras medidas han sido entregadas hoy a los representantes parlamentarios. Los convocantes del acto aseguran que "todos los partidos se han comprometido a estudiar sus propuestas". Pero si no son tenidas en cuenta, amenazan con nuevas concentraciones por distintos puntos de España.