Ara Malikian y el Real ayudan a los presos de Soto con su "talego story"

Soto del Real (Madrid).-  Llevan cinco meses preparando su "talego story" con dos guitarras y poco más y hoy, los 16 presos de Soto del Real que hacen el taller del Teatro Real para aprender a componer su propia ópera, han podido "exprimir" al violinista Ara Malikian del que han sacado "ideas de las buenas".

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(EFE)

El violinista Ara Malikian y el Real ayudan a los presos de Soto con su "talego story". EFE/Archivo

Dicen a Efe que lo suyo es una mezcla de ópera, "West Side Story", y "gotitas" de flamenco en cuatro actos y obertura, aunque aún no tienen ni partitura ni terminado el libreto, "que va de amor a la clásica: la mujer que se va con el socio del marido", explica Óscar, su autor, que hoy mismo ha sabido que Yadira asumirá, "muy orgullosa", el papel de la protagonista, Elizabeth.

"Conoces la belleza" es el aria que abre el segundo acto, "él, Rodrigo, encantado con ella y ella, encantada con sus vestidos", sintetiza Óscar. Cuando aparezca el tercero en discordia, Marcelo, -"antes Jimy, pero no pegaba con las rimas"-, todo se complicará pero no hasta el límite de la tragedia, sino más bien al del castigo de "la infiel" y la "reivindicación" del marido.

Luis, el autor de la música, explica que no puede adelantar mucho del "estilo" de su "ópera", que quieren estrenar en el centro penitenciario en junio, y se declara "tocado" en la cabeza y el corazón por lo que oyó el pasado viernes en el Real, donde, junto a otros once internos, asistió al ensayo general de "Don Pasquale".

Miguel Ángel lamenta que para su "producción" dispongan como todo soporte instrumental de dos guitarras, un cajón y varios instrumentos construidos por ellos, como una colección de botellas "afinadas", en un intento de conseguir "su propio sonido".

De hecho, la visita de Malikian, concertino de la Orquesta Sinfónica de Madrid, ha sugerido a Luis la idea de construir un "arco" para su guitarra para "percutirla".

Pero a estos diez hombres y seis mujeres, que no reciben ningún beneficio penitenciario por asistir al taller, hoy les preocupaba, sobre todo, la experiencia de Malikian con el violín, por eso no han parado de preguntarle y pedirle piezas.

"Una tocata", decía uno, "sí, pero sin fuga, que aquí eso...", continuaba otro. "Carmen" de Bizet, un preludio de Bach, el Capricho número 5 del "endiablado" Paganini -"ese cabrón os hace sudar a los violinistas, eh", decía Marius-, el estreno absoluto de una pieza que han descubierto hace un mes de Pablo Sarasate... todo ha sido acogido con aplausos entusiastas.

"Es emocionante. Esto es una experiencia para toda la vida. No sabría como saldría pero he visto un interés y unas ganas que me han dejado impresionado", decía después a Efe Malikian.

Antes, había contestado a preguntas como por qué es violinista -"mi padre lo era"- o cuántas horas practica -"cuando tenía 18 años hasta 12 horas, ahora menos"-, pero también a otras sobre el volumen máximo que puede extraerse de un violín -"sin amplificador el que oís"-, la razón de que las crines de un arco sólo puedan ser de cola de caballo -"las yeguas se mean en ella"- o por qué suena mejor un violín antiguo -"es un misterio"-.

Les ha explicado que el violín es el instrumento más importante en una orquesta porque es el que lleva la melodía, además el único que se encuentra en todas las culturas del mundo.

"Entonces os pagarán más, ¿no?", le ha dicho entonces otro de los alumnos de esta iniciativa que el director del centro, Andrés Gonzalo, ha calificado de "muy interesante e innovadora" y que él, que se incorporó en octubre a Soto del Real después de 13 años dirigiendo otras penitenciarias, no había conocido jamás.

"Nunca había visto semejante implicación con la música -ha dicho a Efe-. Han partido de cero, sin ningún conocimiento técnico y eso tiene un gran mérito".

Malikian tiene previsto volver a Soto del Real dentro de unos meses con Yllana y su espectáculo PaGAGnini, pero antes, este jueves, el Real llevará hasta allí su ciclo de cámara, con obras de Mozart, Respighy y Brumby.