Lula confía en las medidas contra la crisis tras la fuerte retracción del PIB

Río de Janeiro.-  El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, sigue confiando en la efectividad de las medidas de su Gobierno para hacer frente a la crisis global pese a la fuerte retracción económica en el último trimestre divulgada hoy, según su ministro de Planificación, Paulo Bernardo Silva.

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(EFE)

Imagen de archivo del 13 de noviembre de 2008 en la que se ve el puerto de Río de Janeiro (Brasil). Según informó el gobierno, la economía brasileña creció un 5,1% en 2008 pese a que registró una contracción del 3,6% en el cuarto trimestre del año. EFE/Archivo

Tras ser informado sobre el mal desempeño de la economía en el último trimestre del año pasado, Lula pidió que sus ministros redoblen los esfuerzos para acelerar los resultados de las medidas ya adoptadas para hacer frente a la crisis, dijo el ministro en declaraciones a la Agencia Estado.

Según informó hoy el estatal Instituto Nacional de Geografía y Estadísticas (IBGE), la economía brasileña creció un 5,1% en 2008 pese a que registró una retracción del 3,6% en el cuarto trimestre del año en comparación con el tercero.

Esa caída del Producto Interior Bruto (PIB) en el último trimestre, un reflejo de la crisis mundial, fue la mayor para un trimestre desde 1996.

La caída fue provocada principalmente por la industria, cuya producción se redujo un 7,4% frente al tercer trimestre.

En sus declaraciones a la Agencia Estado, Silva lamentó que el mal resultado en el último trimestre hubiera provocado un choque en la economía, ya que el PIB venía creciendo a una tasa anual del 6,8 por ciento hasta el tercer trimestre.

"Pero, en el año tuvimos un crecimiento por encima del 5 por ciento, como lo preveía el Gobierno, y también una buena tasa de expansión de las inversiones (13,8 por ciento)", afirmó.

Admitió que la caída de las inversiones en el último trimestre del año (-9,8 por ciento) fue fuerte precisamente porque ese indicador venía creciendo con firmeza (+20,0 por ciento al año).

El ministro dijo que discutió los números con el jefe de Estado en la mañana de este martes y que Lula manifestó su preocupación por la situación de la construcción civil en el último trimestre debido a que pensaba que este sector estaba creciendo.

El ministro agregó que, además de pedir más esfuerzos para acelerar los resultados de las medidas ya adaptadas, Lula también exigió una mayor agilidad en las decisiones.

Pese a que inicialmente Lula calificó la crisis financiera internacional como una pequeña marea que no alcanzaría a Brasil, en las últimas semanas admitió que el país ya sufre sus consecuencias.

Afectadas por la falta de crédito y la caída de la demanda mundial, las industrias brasileñas redujeron su producción, paralizaron plantas y dieron vacaciones colectivas a sus empleados.

Brasil llegó a perder más de 650.000 empleos formales tan sólo en diciembre.

Para hacer frente a la crisis, el Gobierno inyectó recursos en el mercado para aumentar el crédito, redujo los impuestos de algunos sectores y confirmó todas las inversiones públicas, principalmente las destinadas a obras de infraestructura.

El ministro admitió que el PIB en el primer trimestre de este año también será negativo, pero no tan grave como el del último trimestre del año pasado.

Agregó que, tras la divulgación del mal desempeño de la economía en los últimos tres meses del año pasado, el Gobierno intentará acelerar la entrada en vigor de un programa de incentivo a la construcción de viviendas que viene estudiando hace varias semanas.

Según Silva, pese a que prevé una reducción de los ingresos tributarios del país este año como consecuencia de la crisis y de los incentivos concedidos a los sectores con problemas, el Gobierno está estudiando fórmulas para aumentar sus gastos y mantener funcionando la economía.