¿Quién vigila a Los Vigilantes?

MADRID.-  Corre el año 1985. Richard Nixon sigue siendo presidente de los Estados Unidos y la Guerra Fría vive sus momentos de mayor tensión. El conflicto nuclear con la Unión Soviética es inminente. Mientras tanto, la población aterrorizada se prepara para lo que puede ser la Tercera y última Guerra Mundial que acabará con la humanidad.

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(Europa Press)

Corre el año 1985. Richard Nixon sigue siendo presidente de los Estados Unidos y la Guerra Fría vive sus momentos de mayor tensión. El conflicto nuclear con la Unión Soviética es inminente. Mientras tanto, la población aterrorizada se prepara para lo que puede ser la Tercera y última Guerra Mundial que acabará con la humanidad.

Todo en una sociedad que desconfía de los superhéroes enmascarados que una vez fueron sus ídolos. Una sociedad que se pregunta ¿Quién vigila a los vigilantes?. Esta es la realidad alternativa en la que se sitúa Watchmen, el film que lleva a la gran pantalla la novela gráfica del mismo título dibujada por Dave Gibbons y escrita por Alan Moore. La creación más aclamada del género que da el salto a la gran pantalla de la mano del director estadounidense Zack Snyder, el mismo que también llevó a los cines el cómic de 300. Y lo hizo con un éxito arrollador.

En este caso, el cómic en el que se basa su película es mucho más denso y complejo. La historia arranca con el asesinato de El Comediante, uno de los antiguos Watchmen que, tras la Ley Keene que ilegalizó a los Vigilantes, se recicló trabajando para el Gobierno en misiones especiales. Uno de sus ex compañeros, un enmascarado llamado Rorschach que continuó en activo tras la ilegalización, intuye que tras el asesinato de El Comediante hay algo más que un crimen. Será entonces cuando comience a investigar lo que cree que es una conspiración para acabar con todos los héroes que antaño fueron el orgullo de EE.UU.

Convencido de que su intuición es cierta, Rorschach decide avisar a sus antiguos compañeros: Ozzymandias, el hombre más inteligente del mundo que ahora es dueño de un imperio comercial; el también retirado Buho Nocturno, Espectro de Seda y el Dr. Manhattan, el único de los Watchmen con superpoderes. Un hombre que tras sufrir un accidente se ha convertido en una especie de Dios capaz de hacer todo lo que su mente conciba. Un arma letal con el que los Estados Unidos ganaron la Guerra de Vietnam y que constituye su mejor baza para mantener a raya a los rusos.

LA GUERRA JUDICIAL

En resumen, una trama compleja, intensa y alejada de las películas de superhéroes al uso que sujeta firmemente una superproducción de más de 130 millones de dólares de presupuesto. Uno los estrenos más esperados del año que estuvo a punto de quedarse en el cajón por la guerra judicial que Warner y la Fox mantuvieron hasta hace un par de meses. El germen de esta batalla viene de largo, concretamente desde finales de los ochenta, cuando Fox se hizo con los derechos de una historia que ya había estado en los cajones de otros grandes estudios, como Universal o Paramount, sin que ninguno se lanzara finalmente a rodar la película.

Desde entonces, 20th Century Fox sostiene que ella nunca renunció totalmente a estos derechos ya que los vendió a una productora, la ya desaparecida Largo Internacional, en virtud de un acuerdo con el que se reservaba en exclusiva los derechos de distribución del futuro film de Watchmen.

Años después Warner y Legendary Pictures se lanzaron a rodar la cinta y entonces, una vez que el rodaje y todos los trabajos de post-producción estaban finalizados, Fox invocó aquel acuerdo con Largo Internacional, que cuando cerró vendió los derechos de la historia al productor Lawrence Gordon. Una venta que según los tribunales no invalida el primer acuerdo y que ahora le permite cazar su parte del millonario pastel de Watchmen.

Las pasadas Navidades, el juez federal de Los Angeles Gary Feess dictaminó que la Fox tiene, dentro de los derechos la película, "al menos, los derechos de distribución" de la cinta que ha rodado Warner. Finalmente, la sangre no llegó al río y las productoras llegaron a un acuerdo pocos días antes de que el juez dictara sentencia. Además, sellaron pacto de silencio con el que ambas productoras evitan desvelar cuánto le paga Warner a la Fox por permitirle estrenar Watchmen en la fecha prevista. Y puede ser un buen pellizco ya que la cinta llamada a ser uno de los estrenos más taquilleros de 2009.