La crisis frustra el sueño de independencia del Banco del Sur

Washington.-  Al calor del sueño del Banco del Sur buena parte de los Gobiernos de América Latina hablaba hace poco más de un año de apartarse del FMI y del Banco Mundial, pero la crisis ha obligado a la región a volver a llamar a su puerta.

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(EFE)

En contraste al proyecto, el Banco Mundial prestará unos 13.000 millones de dólares este año fiscal, que concluye en junio, dijo Marcelo Giugale, director del departamento de Política Económica y Programas de Reducción de la Pobreza en América Latina y el Caribe del organismo. En la foto el funcionario Giugale. EFE/Archivo

El caso más dramático es el de Argentina, que, tras años de diatribas, puyas y pataletas, ha accedido a que el Fondo Monetario Internacional (FMI) reanude la revisión anual de su economía, según ha informado la entidad.

Ese análisis es un paso indispensable para una potencial petición de préstamos al organismo.

Los expertos del Fondo ya asesoran al Gobierno argentino sobre cómo mejorar los datos de inflación, el asunto más espinoso por la sospecha de que ha habido manipulación política.

Por ahora, el FMI no es la instancia de preferencia de la región, porque la situación es llevadera y los Gobiernos evitan asociarse a una entidad a la que muchos votantes latinoamericanos quieren tanto como al diablo.

En cambio, los países se han volcado en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial, dos manantiales de crédito que se han tornado alfaguaras en medio de la sequía aguda de capital a nivel internacional.

El BID pondrá a disposición de la región 18.000 millones de dólares durante este año y sopesa pedir a los Estados miembros un aumento de su capital para incrementar los desembolsos, de acuerdo con la institución.

El Banco Mundial, por su parte, prestará unos 13.000 millones de dólares este año fiscal, que concluye en junio, dijo a Efe Marcelo Giugale, director del departamento de Política Económica y Programas de Reducción de la Pobreza en América Latina y el Caribe del organismo.

Estos fondos son especialmente importantes para América Central, Bolivia y el Caribe, pues "los países más pobres dependen críticamente de estas entidades", explicó Mauricio Cárdenas, director de asuntos latinoamericanos de la Institución Brookings y ex ministro colombiano.

Otro ejemplo es Ecuador, al que la caída del precio del petróleo le ha abierto una brecha fiscal de 1.500 millones de dólares este año.

Su Gobierno pretende taparla con préstamos de la Corporación Andina de Fomento (CAF), el BID y el Fondo Latinoamericano de Reservas (FLAR). No acudirá al FMI o al Banco Mundial, instituciones a las que el presidente Rafael Correa ha satanizado.

Enrique Álvarez, jefe de investigación en América Latina de la consultora IdeaGlobal, opinó que "para los países en la órbita de (el presidente venezolano, Hugo) Chávez, la esfera política sirve como una barrera insalvable" que les impide acudir al FMI.

Los otros lo harán sólo como último recurso, a su juicio.

El temor de las naciones grandes es menor para el 2009, pues para este año ya tienen cubiertas sus necesidades de financiación, pero mayor frente al 2010, cuando deberán captar 280.000 millones de dólares para pagar su deuda, según Giugale.

"La pregunta es si en 2010 los mercados van a estar abiertos o cerrados", dijo.

De ahí el interés de los Gobiernos en abrirse puertas ahora con las organizaciones multilaterales, que han respondido con la creación de líneas de crédito de acceso rápido para emergencias.

El BID ha dedicado 6.000 millones de dólares para este propósito y el Banco Mundial algo más de 2.500 millones. El FMI aún negocia las condiciones que regirán su propia línea, dotada con 100.000 millones para todo el mundo, no sólo América Latina.

Sin embargo, esos recursos serían insuficientes si los mercados dan la espalda a la región, alertó Cárdenas.

Joydeep Mukherji, director del Grupo de Evaluación de Deuda Soberana de Standard and Poor's, ve peligros adicionales. "El riesgo oculto es lo que las compañías privadas pidan hacer al sector público", dijo Mukherji a Efe.

Si algún gobierno cede y lleva a cabo rescates de bancos y extiende ayudas a industrias importantes, se abrirán agujeros en sus cuentas que no podrá tapar con emisiones de bonos, como en los países ricos, por la aversión actual de los inversores al riesgo.

Con intervenciones de emergencia o no, la autonomía financiera de los organismos con sede en Washington con la que fantasearon los fundadores del Banco del Sur, una iniciativa del presidente venezolano, Hugo Chávez, está más lejos que nunca.

Argentina, Brasil, Bolivia, Ecuador, Paraguay, Uruguay y Venezuela firmaron a finales de 2007 el "acta fundacional" del Banco del Sur, pero aún siguen trabajando en un borrador del convenio constitutivo.