Bernanke advierte de un "episodio prolongado" de crisis, sin acción del Congreso

Washington.-  El presidente de la Reserva Federal de EE.UU., Ben Bernanke, instó hoy al Congreso a que apruebe un plan presupuestario de 3,55 billones de dólares para conjurar un mayor "estancamiento" de la economía, cuya recuperación dependerá de la estabilidad del sistema financiero.

En varias audiencias en la Cámara de Representantes, también el secretario del Tesoro, Timothy Geithner, y el director de la Oficina de Gestión y Presupuesto de la Casa Blanca, Peter Orszag, defendieron el plan presupuestario para el año fiscal 2010 que el presidente Barack Obama presentó la semana pasada.

La ofensiva de los tres funcionarios ante el Congreso busca insuflar optimismo sobre la recuperación de la economía, aquejada de una tasa de desempleo del 7,6 por ciento, restricciones de crédito y una crisis financiera que aún no acaba.

La recuperación económica, que según expertos podría comenzar a fines de 2009, se ha convertido en una fijación para la Casa Blanca en unos momentos en que, además, se prevé que la tasa de desempleo de febrero, que se informará este viernes, se ubique en 7,9 por ciento.

Ante el Comité de Presupuestos del Senado, Bernanke se topó con fuertes críticas al rescate de la aseguradora American International Group (AIG).

AIG, que registró una pérdida de casi 62.000 millones de dólares en el último trimestre de 2008, recibió el lunes otro salvavidas de 30.000 millones de dólares, en lo que supone el cuarto rescate de la empresa neoyorquina desde septiembre de 2008.

Tanto el demócrata Ron Wyden como el republicano Jim Bunning, por ejemplo, expresaron frustración ante la posibilidad de que no haya punto final en estos rescates.

Bernanke dijo "compartir" la furia de los senadores y no se mordió la lengua para atacar la "irresponsabilidad" de AIG que, en sus palabras, "explotó la enorme brecha en el sistema regulatorio".

Sin embargo, afirmó que la bancarrota de AIG "no es una buena opción" y que la estabilidad financiera determinará la reactivación económica.

Para Bernanke, pese al aumento en la deuda nacional y la urgencia de mantener la disciplina fiscal, los retos actuales son tan "extraordinarios" que requieren medidas drásticas.

"Es mejor que actuemos de forma robusta hoy para resolver nuestros problemas económicos; la alternativa sería un episodio prolongado del estancamiento económico que sólo contribuiría a un mayor deterioro de la situación fiscal", advirtió.

Bernanke no descartó que el Congreso tenga que ampliar en un futuro la ayuda al sistema bancario más allá de los 700.000 millones de dólares aprobados en octubre pasado, porque "aunque ha habido progresos en el frente financiero desde otoño del año pasado, necesitamos hacer más".

En paralelo, la Reserva Federal lanzó un programa de 200.000 millones de dólares para espolear los préstamos a los consumidores y negocios, y mitigar así la escasez de crédito que es, después de todo, la esencia del capitalismo.

"Debemos ver beneficios inmediatos (de ese programa)", aseguró Bernanke.

También Geithner defendió, ante el Comité de Medios y Arbitrios de la cámara baja, el plan presupuestario de Obama y reiteró que su Gobierno heredó un déficit fiscal de 1,3 billones de dólares.

Geithner dejó entrever que el costo del rescate financiero podría superar el monto aprobado en 2008, pero aseguró que Obama "trabajará con el Congreso para determinar el tamaño y alcance apropiados" de futuros esfuerzos.

Agregó que el Gobierno presentará en los próximos meses una serie de medidas y propuestas para combatir a individuos y empresas que se escuden detrás de paraísos fiscales para no pagar impuestos.

Orszag dijo ante el Comité de Presupuesto de la cámara baja que la propuesta presupuestaria de Obama es una "contabilidad honesta" de la pésima situación fiscal de EE.UU. porque toma en cuenta, por ejemplo, los costos futuros de las guerras en Irak y Afganistán.

Pero la crisis económica no debe impedir las inversiones en la educación y la reforma del sistema de salud previstas en el plan, dijo.

Solo que, con las heridas aún frescas por las pugnas sobre el plan de estímulo económico aprobado el mes pasado, hay poco apetito para emprender otra batalla.