El personalismo bloquea el pacto social y ZP toca a rebato

Constitución Española de 1978. Artículo 7.

Los sindicatos de trabajadores y las asociaciones empresariales contribuyen a la defensa y promoción de los intereses económicos y sociales que les son propios. Su creación y el ejercicio de su actividad son libres dentro del respeto a la Constitución y a la Ley. Su estructura interna y funcionamiento deberán ser democráticos.

El citado texto se reproduce aquí a petición de uno de los grandes protagonistas de los pactos sociales españoles, quien considera que sería necesario que, cada vez que los negociadores actuales se sienten en torno a la mesa, tengan presente su responsabilidad para con sus organizaciones y el momento que atraviesa este país.

(EFE)

Zapatero y Solbes, con la nutrida representación de los empresarios.

Zapatero ha llevado a La Moncloa a los empresarios para dar un empujón al diálogo social. Está empeñado en cerrarlo la semana que viene, cuando ya hayan terminado las elecciones de Euskadi y Galicia. Ese deseo del presidente no parece cercano. Eso es lo que al menos se respiraba esta mañana en las mesas, repletas de sindicalistas con camisa y sin corbata, de empresarios con traje y corbata y de algún miembro de la Administración, que han acudido a la primera intervención de Ignacio Fernández Toxo, el nuevo secretario general de CCOO, en el Foro de la Nueva Sociedad. Pese al buen ambiente y el respeto entre patronos y sindicalistas, el asunto está complicado, no sólo por los problemas de la negociación en sí, sino por los personalismos de los protagonistas.

Los empresarios se niegan a firmar el documento de propuestas que ha elaborado Trabajo, porque no se reconocen en las propuestas que se recogen. Por eso, Zapatero se ha puesto al frente de la manifestación y ha llamado a los empresarios a capítulo a La Moncloa, pero a ellos solitos, sin los sindicatos, como ha sucedido otras veces. El cebo ha sido la oferta que hizo ayer el presidente sobre recuperar el contrato a tiempo parcial que, a la vista de lo contrastado por esta web, no ha sido recibido como el maná.

¿Qué está pasando de verdad en el diálogo social, más allá de que los empresarios no acepten el documento de Trabajo, o de que los sindicatos no pasen por ciertas propuestas del abaratamiento del empleo o de no rebajar la subida salarial del 2%? De acuerdo con las fuentes consultadas por esta web, el asunto va más allá de las cláusulas en concreto, de los puntos a negociar. Tiene mucho que ver con la situación de algunos de los protagonistas, como la llegada del propio Toxo, la debilidad de Díaz Ferrán e incluso la de Jesus Bárcenas, el hombre de Cepyme, al que se da prácticamente por liquidado en su organización. El antiguo espíritu y los empleados del defenestrado Juan Jiménez Aguilar siguen planeando sobre los patronos.

Sin cita previa

"Se han sentado sin cita previa, sin tiempo para lavarse los bajos antes de conocerse y establecer las condiciones", diagnostica un sabio en temas de negociación colectiva, que señala:

1. Es un fallo garrafal reunirse sin saber la enfermedad, qué diagnóstico político y compartido tienen para la gravedad de la situación que atraviesa este país y el resto del planeta.
2. Se equivocan al no abordar un acuerdo institucional, y articularlo sin acuerdo político, algo que ya es imposible de por sí en la situación en que está el PP. Pero, aunque no hacen falta unos Pactos de La Moncloa porque la coyuntura es distinta, la gravedad de la situación es brutal, como nunca antes habíamos visto. Pero ni la Ejecutiva de la CEOE ni los segundos niveles de alguno de los sindicatos se han percatado de ello.

El sabio que esgrime estos argumentos es ex alto cargo del Ministerio de Trabajo en los gobiernos de Felipe González, gran concedor del alma sindical y de la antigua CEOE.

Ha sido el propio Toxo quien ha recordado que en los Pactos de La Moncloa no estuvieron los agentes sociales y ahora son imprescindibles, al tiempo que dejaba muy claro lo imposible de cerrar una acuerdo entre sindicatos y Gobierno sin contar con la patronal.

Siguiendo el razonamiento del líder de CCOO, al terminar el desayuno, un empresario cercano al Gobierno evaluaba la situación citando los personalismos existentes como el primer obstáculo para avanzar en el acuerdo. El diálogo social, tal y como se ha llevado en los últimos años, "sirve para las épocas de vacas flacas", pero no para estos momentos y "encima han cambiado los protagonistas".

Los cambios en CCOO y CEOE —sin Fidalgo y sin José María Cuevas— se notan. Aunque el cambio en CCOO con Toxo se nota menos, en la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán está más pendiente de cómo le van a liquidar en la patronal que de evaluar la gravedad de la situación. Mientras Cándido (Méndez, secretario general de UGT) tiene oficio e Ignacio (Toxo) no ha estado en la cúspide, en la Federación del metal Diaz Ferrán — "que es un buen tipo—, no posee oficio ni beneficio en gestionar una crisis de esta magnitud, y menos en una situación de debilidad como la que tiene", apostillaba el citado empresario, que ocupa puestos cercanos al Gobierno de Zapatero.

Que el cambio de los personajes influye en la negociación lo ha evidenciado el propio secretario general de CCOO, quien ha remachado que, con los cambios en la dirección de ambas organizaciones, "igual ahora debemos volverlos a aprender", ya que es posible que "hayan cambiado los límites aprendidos en las anteriores negociaciones". Cándido Méndez hizo una intervención, a petición del moderador y en el turno de preguntas, para apoyar a Toxo y la unidad de acción sindical y echar de menos a "José María Cuevas, a quien recuerdo con tanto cariño". Y puso el punto en otra de las llagas de la negociación: "No se puede ejercer de 'lobby' feroz sino de interlocutor", comentó el secretario general de UGT.

Ese es un punto central de la crisis, porque hasta ahora, cada vez que los agentes sociales han actuado en busca de un pacto social, "se han tomado muy en serio el artículo 7 de la Constitución, que quizá sería conveniente recordar a empresarios y a otros muchos nuevos negociadores", resaltaba un viejo sindicalista, mientras se volvía para abrazar a un Nicolás Redondo padre —ex secretario general de UGT—, "lo que para los más antiguos, los que hemos vivido el oficio en los tiempos más duros, es obvio. ¿Por qué no reproducís ese Artículo 7? Luego me llamas y me dices quién de todos, cuántos de los que están implicados en la negociación, recuerdan ese artículo y dan la talla para negociar en estos momentos...", retaba el sindicalista jubilado a esta web.

Pues bien, lo más que podemos hacer es acabar como hemos empezado, invocando a ese Artículo 7 de la Constitución, donde se recuerda que trabajadores y empresarios "contribuyen a la defensa y promoción de los intereses económicos y sociales que les son propios. Su creación y el ejercicio de su actividad son libres dentro del respeto a la Constitución y a la Ley". Que así sea y que en los próximos días den la talla.