La solidaridad con Gaza consigue abrir la frontera entre Marruecos y Argelia

Uxda (Marruecos).-  La frontera entre Marruecos y Argelia, cerrada oficialmente desde 1994, se abrió hoy de manera excepcional para dar paso a un convoy humanitario británico con ayuda dirigida a la población palestina de Gaza.

ampliar foto

(EFE)

La frontera entre Marruecos y Argelia, cerrada oficialmente desde 1994, se abrió hoy de manera excepcional para el paso de un convoy humanitario británico con ayuda dirigida a la población palestina de Gaza.

Los primeros vehículos de esa caravana solidaria comenzaron a atravesar el paso fronterizo de Zuj Beghal, en su día el principal puesto de control entre los dos países, a las 10:25 GMT y finalizaron su paso por Marruecos aproximadamente dos horas más tarde.

La comitiva fue recibida por un amplio despliegue policial y alrededor de un centenar de marroquíes, que saludaron a los cerca de 280 integrantes de ese grupo realizando la señal de la victoria y entonando cantos de "todo el mundo agradece vuestra ayuda".

El convoy, que partió de Londres el pasado 14 de febrero y está compuesto por más de cien vehículos que llevan suministros por valor de un millón de libras (1,1 millones de euros), prosigue hoy su trayecto por Argelia camino de Túnez, Libia y Egipto para alcanzar Rafah antes de llegar a Gaza a principios de marzo.

"Las autoridades marroquíes y las argelinas han sido muy acogedoras con nosotros, y buena señal de eso es que hayan accedido a abrir la frontera", dijo a Efe Kevin Ovenden, organizador de esa iniciativa promovida por el parlamentario británico George Galloway.

La operación estuvo rodeada de una atmósfera festiva con una banda de música que les esperaba ya en territorio argelino, prueba de la "respuesta formidable" que esos británicos, la mayoría de origen árabe, aseguran haber encontrado a lo largo de su viaje.

Los lugareños recordaron, sin embargo, que no es la primera vez que tiene lugar una medida similar, dado que en 1999 el mismo Galloway atravesó también los dos países para denunciar la guerra de Iraq y suministrar ayuda a la población iraquí.

Para el historiador marroquí y experto en las relaciones entre Marruecos y Argelia Mohamed Amatat, la apertura temporal de ese acceso "posee de nuevo un gran valor simbólico", que confía en que "tenga un gran impacto en la región y conduzca a la normalización de las relaciones".

Las relaciones entre Argel y Rabat no son buenas desde la ocupación marroquí del Sahara Occidental en 1975 y se deterioraron en 1994, año en que Argelia decidió cerrar las fronteras terrestres después de que Marruecos acusase al país de estar implicado en un atentado terrorista en Marraquech en el que murieron dos personas.

Pese a esos antecedentes, "estábamos convencidos de que nos dejarían pasar porque la masacre el pasado diciembre de mujeres, niños y personas mayores en Gaza, así como la destrucción de escuelas y hospitales, ha sacudido la conciencia de todo el mundo", añadió uno de los consejeros legales de ese convoy, Rab Ramuze.

"Un esfuerzo colectivo como éste eventualmente presiona a todo tipo de regímenes a la hora de hacer lo correcto", subrayó ese voluntario, uno de los muchos de ese heterogéneo grupo de ONG británicas que acompaña el envío de la ayuda humanitaria.

El cierre de las fronteras terrestres entre Marruecos y Argelia fue calificado el pasado julio por el monarca marroquí, Mohamed VI, de "castigo colectivo contradictorio con las relaciones de hermandad y las necesidades de complementariedad" entre los países del Magreb.

Clausurada de nuevo esa aduana, historiadores como Amatat confían en que si "por razones humanitarias se ha producido esa apertura, el Gobierno argelino reconsidere su postura y tenga en cuenta los vínculos familiares, geográficos, culturales e históricos que unen a las dos naciones".

A su juicio, "la normalización de las relaciones es necesaria para la construcción de un gran Magreb", recién cumplido el vigésimo aniversario de la Unión del Magreb Árabe (UMA), formada por Túnez, Libia, Mauritania, Marruecos y Argelia, y paralizada por los desacuerdos entre esos dos últimos países.

El conflicto en torno al Sahara Occidental es uno de los obstáculos para las relaciones bilaterales, que pese a que Marruecos considera que es "herencia de una época superada del siglo pasado", no se ha conseguido solucionar todavía en las cuatro rondas de negociaciones celebradas desde junio de 2007 bajo el amparo de la ONU.