La propaganda política en Venezuela no se detiene ni en la jornada electoral

CARACAS.-  El pasado viernes a medianoche terminó el plazo para que los partidarios de aprobar o rechazar la reelección indefinida de los cargos públicos en Venezuela apoyaran públicamente su opción. Hoy, mientras más de 17 millones de venezolanos estaban convocados a las urnas para votar en referéndum a favor o en contra de la enmienda constitucional que abriría la puerta a un nuevo mandato de Hugo Chávez, violentar esa disposición electoral se ha convertido en el pasatiempo de los bloques por el 'Sí' y el 'No' en Caracas durante toda la jornada de votación.

(REUTERS)

Una mujer pasa por delante de un mural a favor del Sí.

La prensa, la televisión y las paredes de la ciudad fueron los medios usados para la trasgresión del artículo 210 de la Ley del Sufragio de forma velada o subrepticia. Esta disposición establece que, durante las campañas electorales, ninguna autoridad gubernamental podrá hacer publicidad con fines electorales a favor o en contra de ninguna individualidad.

Sin embargo, las proclamas en favor del 'Sí' han seguido escuchándose durante la jornada electoral. La columna 'Las líneas de Hugo Chávez', publicada todos los domingos por el presidente de la República en el diario Últimas Noticias (el de mayor tirada en Venezuela) afirmaba: "Hoy 15 de febrero, luego de la victoria del Sí, bien podremos decir con voz de Pueblo unido: ¡¡El porvenir comienza a ser nuestro!!". Unos párrafos antes, hay una referencia a una disyuntiva que puede ser resuelto por el pueblo: "seguir avanzando hacia el ejercicio pleno de la soberanía popular o la pretensión contrarrevolucionaria de ponerle frenos, cortapisas a la democracia revolucionaria. Es el dilema del Hamlet de Shakespeare: ser (el 'Sí') o no ser (el 'No')".

No fue la única violación del chavismo a la normativa. El alcalde del municipio Libertador y antiguo presidente del Consejo Nacional Electoral, Jorge Rodríguez, fue escoltado a votar por motociclistas que llevaban el emblema del Sí en sus camisetas. Esta forma de llegar a los centros electorales no fue una excepción entre las autoridades vinculadas al presidente Chávez; sucedió lo mismo con los gobernadores de Sucre y Anzoátegui, dos estados del este de Venezuela.

"Salgamos a votar por el futuro grande que nos espera", pronunciaba una voz que salía de los altavoces de vehículos de carga identificados con el Sí que recorrían la capital de este a oeste, a media mañana. Parecía una simple y neutral invitación a sufragar, pero el final del mensaje, un extracto de un boleto popular, no lo era tanto: "Es más que amor, frenesíiiiiiiiiiiiiii", exclamaba. Al pasar por las calles de las zonas populares de la ciudad, los conductores del camión saludaban a los chavistas que se concentraban en toldos instalados a pocos metros de los centros de votación.

La oposición también falló

Sin embargo, no sólo los incondicionales del 'Sí' han violado las disposiciones electorales. Los partidarios del 'No' a la reelección indefinida también faltaron a la norma. El movimiento estudiantil a favor de esta opción declaró a las 3:00 pm, hora local, que "estaba cercana la celebración de la alegría en Venezuela, una vez que se cierren las mesas". Esa frase fue parte del discurso, con tono victorioso, del presidente de la Federación de Centros Universitarios, Ricardo Sánchez. Le emularon otros eufóricos representantes, aplaudiendo o con las palmas en alto.

El editorial del diario El Nacional, frecuentemente tachado por el presidente de la República como un órgano de oposición, calificó como "trampa" el proceso refrendario que se lleva a cabo hoy. Simpatizantes del 'Sí' y del 'No' compartieron asimismo otra falta: olvidaron retirar las pintas y carteles que publicitaban una u otra alternativa en las inmediaciones de los centros electorales.

Los directores del Consejo Nacional Electoral condenaron las infracciones de ambos bandos y uno de ellos, Vicente Díaz, calificó como "inmoral" la propaganda política mientras duren las votaciones, pero no hablaron de sanciones. Esos pronunciamientos tibios favorecieron que los ilícitos se sucedieran hasta el final de la jornada.