Sandra Gamarra cree que "con 36 años está bien seguir siendo artista joven"

Madrid.-  Sandra Gamarra es un claro ejemplo de lo que se entiende por artista joven latinoamericano. Nacida en Lima en 1972, ha expuesto en América y Europa, museos como el MOMA de Nueva York han comprado obra suya y va a representar a Perú en la próxima Bienal de Venecia.

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(EFE)

Obra titulada "Kit Limac", de Sandra Gamarra, que forma parte de la muestra "Cultura, pobreza y megápolis: el arte contemporáneo y las lucha por la supervivencia" de la Fundación Marcelino Botín en Santander.

Ella asume con humor la etiqueta. "Lo de artista joven lo vengo cargando desde hace 10 años. Al principio me molestaba, pero ahora, con 36, mira, está bien seguir siendo artista joven".

¿Y emergente? "Mientras no sea en emergencia...", bromea en una entrevista con Efe en su estudio en Madrid, donde está asentada.

Pero, con obra en tres de las galerías que participan hasta este lunes en la Feria de Arte Contemporáneo de Madrid, ARCO, el suyo comienza a ser un nombre consolidado.

"En Perú tuve una educación muy tradicional en arte. De hecho, me he educado como pintora", explica y relata cómo, ante la falta en Lima de museos de arte contemporáneo, "la única forma" de acercarse a ese imaginario eran los catálogos que llegaban de Europa y EEUU.

Gamarra comenzó pintando las imágenes que aparecían en esas publicaciones para, a través de la pintura, convertirlos de nuevo en "objetos únicos".

"Y eso en los 90, cuando se había declarado ya la muerte de la pintura. Entonces, yo la resucitaba, era una especie de pequeña venganza, y volvía todo pintura, la instalación, el vídeo...", dice.

Con el imaginario del mundo del arte como inspiración -"hay tanta contaminación de imágenes que a veces siento que contribuyo a su reciclaje"-, Gamarra comenzó a articular su producción en torno a un museo inventado, el LiMac o Museo de Arte Contemporáneo de Lima.

"Es una mentira de museo, tiene página web, tiene souvenirs, tiene catálogo, pero es una mentira de museo", explica.

Gamarra lo "inauguró" en 2002, un poco para denunciar que faltaba una institución así en Lima pero también "para saber qué sucedía" si, al igual que a Perú llegan catálogos de museos europeos, desde Lima "sale un catálogo hacia Europa".

"Lo más bonito del proyecto fue la ficción que se creó. Hay gente que me dice sí, sí. El museo es maravilloso, yo he estado allí. De repente me escriben al museo para pedirme información de artistas o me escriben para intercambiar exposiciones y, claro, ése es el momento en el que tengo que descubrir la mentira", relata.

"Lo más gordo que sucedió fue que una vez una aerolínea me pidió el programa del año, porque las revistas de viajes generalmente te ponen los museos que pueden visitarse. Pero claro, dije, yo no puedo perder a cuatro turistas en Lima", añade entre risas.

Alrededor de ese proyecto Gamarra comenzó a articular su producción creando, a través de apropiaciones de obras que ella cree que deberían estar en el museo, la colección del LiMac. "No es un museo con una colección meramente de Lima. De hecho, casi no elijo a gente de Perú, salvo amigos muy cercanos", añade entre risas.

Obras que giran en torno al arte. En unas es el cuadro el personaje principal. En otras la pieza ha desaparecido y sólo se ve al espectador, en ocasiones "en actitud casi mística, con una postura forzada hacia lo religioso o la oración", indica.

"En la página web del LiMac empecé incluyendo la colección que estaba haciendo para el catálogo, pero cuando vi el tipo de repuesta que estaba generando, me pareció que más bien debía moverlo y lo que hay en la colección sí es obra de artistas reales", explica.

Gamarra está ahora embarcada en un proyecto para la próxima feria Volta de Nueva York, que se celebra en marzo próximo, en la que presentará una obra sobre las piezas arqueológicas de Machu Picchu en poder de la Universidad de Yale.

Su siguiente reto es la Bienal de Venecia, para la que "todavía" no sabe qué va a preparar, aunque sí que irá sobre apropiaciones, seguramente de la obra del resto de artistas de países latinoamericanos que, como Perú, no cuenta con pabellón y expondrán junto a ella en el Arsenale.

Gamarra asegura irse acercado a esos retos, el MOMA de Nueva York o la Bienal de Venecia, "con cierta naturalidad".

"Realmente significa mucho, pero los problemas y los méritos reales están dentro de tu taller, las luchas son internas".