La Inmaculada atribuida a Velázquez y a Cano permanecerá en Sevilla

Sevilla.-  La Inmaculada atribuida a Velázquez por Jonathan Brown y a Alonso Cano por Alfonso Pérez Sánchez, e incluso a ambos pintores, alumnos los dos de Francisco Pacheco, formará parte de los fondos expositivos del Centro Velázquez de Sevilla, para el que la Fundación Focus-Abengoa ha adquirido la obra.

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(EFE)

Benito Navarrete (d), especialista en arte de la Fundación Focus-Abengoa, durante la presentación hoy en Sevilla de la obra "La Inmaculada", que Jonathan Brown atribuye a Velázquez, y Alfonso E. Pérez Sánchez, a Alonso Cano.

Benito Navarrete, director del sevillano Centro Velázquez, profesor de la Universidad de Alcalá de Henares y discípulo de Pérez Sánchez, fue el encargado de presentar hoy el lienzo a los periodistas y reafirmó su convicción de que la obra es de Cano, aunque no es descartable que ambos pintores, Velázquez y Cano, intervinieran en ella durante su periodo de formación.

"Es una obra maestra en su género, no te deja indiferente", aseguró Navarrete, para quien no ofrece duda de que el cuadro salió del obrador de Francisco Pacheco, en un momento, entre 1618 y 1620, en el que Cano y Velázquez estaban en periodo de formación.

En palabras de Navarrete, ambos pintores "mojan en los mismos botes de pintura" sus pinceles, mientras que los análisis efectuados a los pigmentos demuestran que son los mismos que empleaba Velázquez y se utilizaban en el taller de Pacheco.

El deán López Cepero, inventarió en 1813 esta obra, tasada entonces en 10.000 reales, como de Velázquez, junto a la velazqueña "Imposición de la casulla a San Ildefonso", precisamente el cuadro junto al que ha sido colocada la Inmaculada en el Centro Velázquez, en el antiguo Hospital de los Venerables de Sevilla, edificio del XVII ubicado en el corazón del barrio de Santa Cruz.

Al otro lado se ha ubicado una escultura policromada de una Inmaculada de Martínez Montañés, para destacar otro de los rasgos del cuadro, en el que la figura de la Virgen es como una escultura pintada, lo que refuerza la tesis de la autoría de Cano.

Navarrete resaltó la "vinculación" de esta Inmaculada con la Inmaculada velazqueña de la National Gallery que, curiosamente, a finales del XVIII fue propiedad del deán López Cepero.

Esta Inmaculada, como aquélla, tiene bajo sus pies un paisaje con motivos marianos, un barco y el cauce del Guadalquivir.

La obra, "un tránsito del manierismo reformado al primer naturalismo" según Navarrete, se vendió en Francia en 1870, en 1990 alcanzó el precio de 18 millones de francos, tras pasar por el Getty de Malibú y el Louvre de París, para ser subastada en Sothebys en 1994 por cuatro millones de libras, sin que nadie la adquiriera entonces.

Anabel Morillo, directora de la Fundación Focus-Abengoa, no reveló el precio por el que se ha adquirido el cuadro, si bien dijo que esa cifra esta "alejada" a la baja de las que ha manejado la prensa local, que ha hablado de hasta once millones de euros.

Por un precio similar a ése se compró la "Santa Rufina" -Santa Justa y Santa Rufina son las patronas de Sevilla- que se muestra en los Venerables junto a la recién adquirida Inmaculada y a obras de Zurbarán, Murillo, Herrera el Viejo, Roelas y otros grandes del mismo periodo.

Morillo se limitó a decir que la adquisición del cuadro se ha debido a un "acuerdo privado" entre la fundación sevillana y Sothebys y que ese acuerdo establece que la obra permanecerá para siempre en Sevilla.

En 2010 se celebrará en Sevilla un simposio para tratar sobre los valores artísticos y autoría del cuadro, del mismo modo en que se procedió con la "Santa Rufina", de la que Pérez Sánchez defiende que se debe a los pinceles de Velázquez, ya que, como afirmó hoy Navarrete, no se trata de pontificar sino de permanecer abiertos al debate y a las aportaciones científicas.