La crisis dispara los despidos: cuidado con provocar a tu jefe

MARBELLA.-  No son buenos tiempos para llevarse mal con el jefe. Según los sindicatos, hay empresarios que encubren despidos improcedentes amparados en la crisis. Y es que la coyuntura económica actual puede convertirse en la excusa perfecta para quitarse de en medio a alguien incómodo. Esto es lo que asegura que le ocurrió a Cristóbal, un auxiliar de farmacia que llevaba un año y medio trabajando en un pequeño negocio familiar compuesto por una farmacia-óptica y que hace tres meses fue puesto "de patitas en la calle" sin contemplaciones. Se llevaba mal con el jefe.

Cristóbal no pierde la sonrisa.

El piso de la discordia

La relación de Cristóbal con su jefe nunca fue buena. Según relata, él había sido contratado por el padre de su antiguo patrono como auxiliar de farmacia y para atender la óptica; y mientras éste estuvo al frente del establecimiento nunca tuvo problemas. Pero las cosas cambiaron radicalmente cuando el heredero se hizo cargo del negocio familiar. "Creo que nunca le caí bien. Íbamos de pelea en pelea, como un matrimonio mal avenido", explica Cristóbal. Y su petición acabó por empeorar de forma definitiva esta situación.

"Quería comprarme un piso para poder independizarme, y encontré un auténtico 'chollo' —cuenta Cristóbal—. Así que le pedí a mi jefe, que me pagaba el sueldo mitad en A, mitad en B, que me pasara lo que me abonaba en negro a la nómina, porque para concederme la hipoteca me exigían ser solvente". Después de muchas discusiones, el jefe de Cristóbal acabó cediendo, pero le costó caro.

La gota que colmó el vaso fue su solicitud de aumento de sueldo, como marcaba el nuevo convenio farmacéutico. Su jefe se negó en redondo alegando que "cobraba por encima de lo establecido", y al poco tiempo estaba despedido. "Un viernes por la tarde, el jefe me pidió que le acompañara al despacho, donde le esperaba su abogado, y me entregó una carta de despido con efecto inmediato y fechada un mes antes, no me dio más explicaciones", relata nuestro protagonista.

Este granadino residente en Marbella asegura haber sido engañado. "Transformaron todo lo que cobraba en B en un complemento en concepto de atrasos dentro de mi nómina, y cuando entró en vigor el nuevo convenio farmacéutico, se agarraron a ello para no aplicarme la subida que me correspondía, y cuando la reclamé, me echaron", explica. Ahora, ha denunciado el caso ante la Justicia.

Desde UGT nos confirman que son habituales los casos de despidos "por falta de sintonía con el jefe", pero nos advierten de que es muy difícil demostrar esa relación causa-efecto, y "más con la crisis actual". "Hay muchas formas de encubrir un despido provocado por una mala relación empleado-patrón —nos dice un portavoz de este sindicato—. Lo habitual es hacerlo por la vía del despido improcedente, pagando la indemnización correspondiente, y ya está, no hay manera de demostrar nada, porque se necesitan testigos", nos explican.

El psicólogo Iñaki Piñuel, del Instituto de Innovación Educativa y Desarrollo Directivo, está acostumbrado a tratar casos de acoso laboral, y nos explica que pueden dejar una huella indeleble en la persona que los padece, llegando a causarle ansiedad, insomnio, y hasta estrés postraumático. "El mobbing empieza como un goteo, no te das cuenta —explica Piñuel—. Primero es una mala cara, luego un grito, un bufido, y después llegan las broncas. Por eso es difícil determinar dónde comienza el acoso, y todo eso va minando la autoestima del empleado, que llega a dudar de sus propias capacidades personales y profesionales".

Para vencer esos miedos y afrontar la situación, los psicólogos emplean lo que denominan "entrenamiento asertivo", que consiste en enseñar al paciente a defender sus derechos sin agredir ni ser agredido.

Venturas y desventuras en la Red

Cristóbal no ha tenido que pasar por un psicólogo, y no está dispuesto a dejar que esta situación acabe con él. Así que no se está quieto, y no ha renunciado a su sueño de independizarse. "De momento, no me queda más remedio que vivir con mis padres y aplazar mi sueño de vivir solo", comenta. Y es que cobra 940 euros mensuales de paro, y con ellos tiene que hacer frente a la letra del coche y la de la hipoteca —a la que hace frente solo—, por lo que le quedan "300 euros al mes para tirar pa'lante", cuenta.

Sin embargo, se siente "afortunado", pues ha conseguido el máximo tiempo de cobertura por desempleo —2 años—, su hipoteca no es muy alta —paga 305 euros al mes—, y no tiene familia de la que hacerse cargo. "Conozco casos verdaderamente graves —comenta—. Tengo amigos con hijos, que deben hacer frente a una hipoteca, y los dos están en paro. Y a mi cuñado le echaron del hotel en el que trabajaba porque había reducido beneficios".

Según Cristóbal, "ninguna de las medidas del Gobierno está funcionando". "La moratoria de hipotecas iba a empezar a aplicarse el 1 de enero de este año, y ahora la han retrasado a marzo. Y el paro no se cobra a principios de mes, como nos prometieron", se queja. Por ello, pide más planes de ayuda para los parados.

Con este panorama, Cristóbal se ha ajustado el cinturón al máximo —"ya no salgo más que para echar currículums o fichar el paro", asegura—, está intentando renegociar sus créditos, y ha optado por buscar empleos que nada tienen que ver con su titulación. "He mirado de mozo de almacén, de dependiente...", explica. Su última experiencia en el campo de las entrevistas laborales ha sido un intento por acceder a un puesto de dependiente de la firma de moda Pull and Bear, para la que se presentaban 2.300 candidatos. Y es que el número de parados no deja de aumentar.

Pese a todo, Cristóbal no pierde la esperanza de encontrar trabajo y se toma su búsqueda con mucho humor. Es más, acaba de iniciar un blog contando sus andanzas como parado.

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