La huelga de jueces, desde la trinchera

La semana pasada, durante la inauguración de la nueva sede de la Audiencia Nacional para macrojuicios en San Fernando de Henares, el ministro Bermejo puso como ejemplo de responsabilidad a los jueces que componen la Audiencia (prácticamente en su totalidad rechazaron sumarse a la amenaza de huelga) y los contrapuso a todos aquellos jueces que últimamente andan algo "distraídos", según sus palabras, en alusión a los que están a favor de seguir adelante con la huelga.

A. LL.

Un juzgado en Majadahonda.

Tal vez el titular de Justicia no ponderó adecuadamente que su halago se dirigía sólo a la punta del iceberg del sistema judicial, aquellos magistrados que suelen copar la información de tribunales pero que suponen un porcentaje escasamente representativo de lo que es la carrera. Mientras, cientos y cientos de jueces, situados en la base del sistema judicial pudieron sentirse fácilmente menospreciados por las palabras de Bermejo.

Y es que, precisamente, la huelga que se ha venido gestando —y sumando adeptos— en los últimos meses, se ha caracterizado porque el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), el ministro Bermejo y las asociaciones judiciales no han sido capaces de leer el mar de fondo y ofrecer respuestas a un movimiento nacido desde esa base judicial, a ras de suelo, cuya imagen sería la de una trinchera construida con dossieres a rebosar de documentos y hasta con un carro de supermercado.

Y es que ése es el panorama que nos encontramos, por ejemplo, en los juzgados de Majadahonda, uno de las siete sedes judiciales que antes dieron el paso adelante y decidieron formalizar su convocatoria de huelga. Efectivamente, entre las mesas del juzgado número tres de la ciudad madrileña es posible, además de una marabunta de papeles, toparse con un carro de supermercado —que emerge como un cuerpo extraño— en el que se depositan las piezas de convicción, sean CDs piratas o perfumes de imitación, aquellos objetos que se custodian en las sedes judiciales para demostrar la realidad de los delitos a juzgar.

Al caminar por los pasillos y preguntar a su gente, el propio personal no es capaz de ocultar su asombro por cómo se han desarrollado los acontecimientos, cómo se ha pasado del silencio más absoluto y la disciplina más monástica, a la consolidación de un movimiento que hay quien, como el ex vocal del CGPJ, José Luis Requero, califica de "antisistema".

A. LL.

Los papeles y el carro de supermercado.

"Estábamos resignados y éramos como reinos de taifas, pero, de repente, nos dimos cuenta de que la dramática situación que se vivía en los juzgados particulares era similar en otros lugares, lo que dio alas a los jueces", nos comenta Carolina García, titular del juzgado número tres de Majadahonda. A esto contribuyó de manera determinante el uso que se dio a la red interna del Poder Judicial, en la que se produjo un trasiego de correos electrónicos llamando a la movilización, y que motivó el nacimiento del llamado 'movimiento ocho de octubre'. Los jueces abandonaban definitivamente su supuesta torre de marfil.

A esta magistrada le preguntamos por algunos de los titulares que han visto la luz desde que naciera la amenaza de huelga. Por ejemplo, aquél en el que el ministro Bermejo calificaba de "algarada" la convocatoria de una huelga. Carolina García no oculta su malestar ante esa calificación y se defiende asegurando que "la huelga es absolutamente legítima y, además, es la única manera de decir hasta aquí hemos llegado, ya que no ha habido una actitud clara de apoyo ni de comprensión hacia nuestras reivindicaciones por parte de las autoridades".

Del mismo modo, le preguntamos por el supuesto colapso que podría generarse en las sedes judiciales, y que ha llevado a algunos medios a publicar en tono alarmista que "la huelga de jueces podría dejar 33.000 asuntos sin resolver". "Eso no es así. En los juzgados no se trabaja al día, sino que las actuaciones forman parte de un proceso más largo. Y los casos puntuales más urgentes sí estarán cubiertos por los servicios mínimos", confirma García.

Por ejemplo, la convocatoria de huelga que el viernes pasado llegó al CGPJ procedente de las asociaciones Francisco de Vitoria y Foro Judicial Independiente incluye la propuesta de los siguientes servicios mínimos, entre otros: "las actuaciones del servicio de guardia", "las actuaciones en causas con presos o detenidos puestos a disposición judicial", o "la participación de jueces y magistrados en las Juntas electorales". La jueza García suscribiría, pues, las palabras que dijo un juez francés a soitu.es durante la última huelga de magistrados que hubo en el país vecino —donde las hay a montones—, el pasado mes de enero: "Aconsejaría a los españoles que desdramaticen".

A. LL.

La Justicia del siglo XXI.

También recordamos otro de los titulares que se han publicado recientemente: "2,5 millones de asuntos judiciales en lista de espera". "Ése sí es un dato a tener en cuenta", nos asegura Carolina García, quien ha visto cómo, año a año, ha ido aumentando el número de procesos, sin que ocurriera algo similar en el apartado de medios. "En 2007 entraron unas 700 demandas civiles en mi juzgado, mientras que en 2008 la cifra se quedó cerca de 1.000", añade. Una vez más se cumple la extraña paradoja sobre la que llamaba hace poco la atención el catedrático de la UAB Josep M. Vallès: "Cada vez se confía menos en la justicia, pero cada vez se acude más a ella".

Cuando empezamos a hablar sobre las causas de fondo que se esconden tras la huelga, otro magistrado de Majadahonda se suma a la conversación. "¿Qué opináis de quien asegura, como Bermejo o Zapatero, que el 'Caso Mari Luz' planea sobre la convocatoria?", pregunto. "Quizás lo de Mari Luz haya podido funcionar como desencadenante de la unión pero, a día de hoy, ya nadie se acuerda de ese caso al hablar entre nosotros de la huelga. Hay una cosa muy importante, que es la falta de medios para desarrollar nuestra tarea de forma adecuada. En nuestro trabajo hemos de tomar decisiones muy complicadas, y nosotros lo que pedimos, al fin y al cabo, es poder tomar esas decisiones con la cabeza despejada y sin tanto cansancio acumulado", concluye el juez.

Así es como se percibe desde la trinchera del juzgado número tres de Majadahonda la huelga de jueces, que en principio tendrá lugar el próximo día 18, fecha en la que se hará una jornada de puertas abiertas en las sedes judiciales. Mientras, esta tarde llegará la versión oficial del CGPJ, ya que a las cinco de la tarde se ha convocado un pleno extraordinario para abordar exclusivamente la situación.