Madrid.- Abel Resino, nuevo entrenador del Atlético de Madrid en sustitución del mexicano Javier Aguirre, regresa a su casa, el estadio Vicente Calderón, donde como portero logró el récord de imbatibilidad de Primera División y donde ahora asume el cargo de técnico con el desafío de meter al equipo en la Liga de Campeones.
Cinco partidos seguidos sin ganar, más la eliminación de la Copa del Rey, han precipitado el fin del proyecto Aguirre al frente del conjunto madrileño y el regreso de Abel, que llega procedente del Castellón y que ya se sentará en el banquillo el próximo domingo en Huelva, cuatro años después de su última etapa rojiblanca.
Había sido portero, secretario técnico y segundo técnico del Atlético de Madrid. Sólo le faltaba ser entrenador. A sus 49 años, lo será al menos por lo que resta de temporada con la exigencia de entrar en puestos de Liga de Campeones, el objetivo mínimo para un club que necesita sentirse de nuevo un habitual en Europa.
Quizá siguiendo el efecto Pep Guardiola en el Barcelona, el Atlético apuesta ahora por un hombre de la casa, que había estado cuatro temporadas alejado del Vicente Calderón. Ahí, Abel decidió iniciar una nueva aventura, ya como primer técnico, no a la sombra de otro entrenador, en el Ciudad de Murcia, que estaba en Segunda División.
Fue su primer paso como cabeza visible en el banquillo de un club. Estuvo cerca del ascenso a Primera División, pero optó por no seguir en el conjunto murciano y estuvo varios meses sin equipo hasta que el Levante le contrató en enero de 2007 para sustituir a Juan Ramón López Caro con el objetivo de lograr la permanencia.
Lo consiguió, mantuvo al club valenciano en la máxima categoría, pero los malos resultados en el inicio del siguiente curso cerraron su trayectoria en el banquillo levantino en noviembre de 2007.
Este verano asumió el cargo de técnico en el Castellón, al que deja en el sexto puesto de la clasificación y a dos puntos de la zona de ascenso, antes de dar el salto al Atlético, el club de su vida, al que llegó en 1982 como portero del filial y en el que jugó más de ocho años en el primer equipo, de 1987 hasta 1995.
Fueron 243 partidos con el equipo madrileño. Es el guardameta que más encuentros ha disputado en la historia del club rojiblanco, por delante de José Francisco Molina (189), Edgardo Mario Madinabeytia (159) o Miguel Reina (155), entre otros, y tiene el récord de imbatibilidad de la Primera División española con 1.274 minutos.
Lo batió en la campaña 1990-91. Fueron trece partidos de Liga sin encajar un gol más 59 minutos del encuentro contra el Mallorca y 45 del duelo frente al Sporting de Gijón, cuando Luis Enrique, por aquel entonces en el equipo asturiano, rompió su imbatibilidad en la vigésimo sexta jornada, disputada el 17 de marzo de 1991.
En su palmarés con el Atlético aparecen dos Copas del Rey, en 1991 y 1992, las dos en el Santiago Bernabéu contra el Mallorca (1-0) y el Real Madrid (2-0), respectivamente, aunque no pudo disfrutar desde dentro con el histórico 'doblete' rojiblanco de 1995-96. Ese curso, antes de su retirada, jugó en el Rayo Vallecano.
Ahora vuelve al Atlético como entrenador y con la difícil papeleta de impulsar la reacción de un equipo con síntomas alarmantes en 2009, en el que no ha sido capaz de ganar ninguno de sus siete partidos y en el que la exigencia pasa por la Liga de Campeones. Cualquier posición por debajo de los cuatro primeros puestos parecerá un fracaso.
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