Los parlamentarios de Somalia eligen a Sharif Sheikh Ahmed como presidente del país

Yibuti.-  El Parlamento de Somalia eligió hoy a un nuevo presidente del país en el marco de un frágil proceso de paz amenazado por las guerrillas integristas islámicas que han ocupado nuevamente posiciones controladas anteriormente por el Gobierno.

Las dos cámaras de la legislatura somalí, reunidas en una sesión conjunta en el vecino Yibuti, eligieron esta madrugada como nuevo mandatario al jeque Sharif Sheikh Ahmed, líder de la oposición islámica moderada Alianza para la Nueva Liberación de Somalia (ARS).

El Gobierno Federal de Transición (TFG) somalí y la ARS acordaron en octubre pasado ampliar el Parlamento y formar un gobierno de unidad, pero el anuncio causó una crisis en el seno del Ejecutivo que culminó el 29 de diciembre con la renuncia del entonces presidente, Abdullahi Yusuf Ahmed, quien se encuentra exiliado en Yemen.

El principal rival de Sheikh Ahmed, el primer ministro somalí, Nur Hassan Hussein, se retiró de la elección, en la que participaban 14 candidatos, después de que aquél obtuviera 215 de los 425 votos emitidos en la primera vuelta.

Hussein admitió su derrota y dijo que se retiraba de la segunda ronda para colaborar con Sheikh Ahmed.

"Este es un proceso de paz que yo comencé y trabajaré con el nuevo líder de Somalia hasta que el país esté en paz", señaló.

La segunda ronda fue disputada entonces entre Sheikh Ahmed y Maslah Mohamed Siad -que obtuvo el tercer lugar en la primera vuelta- y la votación favoreció al primero por 293 contra 126.

Maslah Mohamed Siad es el hijo de Siad Barre, un antiguo líder militar cuyo régimen dictatorial fue depuesto en 1991 por los jefes de clanes tribales conocidos como "señores de la guerra", que han dominado desde entonces Somalia con la ayuda de milicias fuertemente armadas.

Tras su proclamación como nuevo presidente, Sheikh Ahmed, que jurará su cargo hoy mismo en el hotel Kempinski de Yibuti, agradeció a los gobiernos de la región su apoyo al proceso de paz en Somalia, especialmente al jefe de Estado yibutí, Ismail Omar Gueleh, anfitrión desde junio pasado de las negociaciones entre las facciones rivales somalíes.

"Haré todo lo que esté a mi alcance para poner fin a las hostilidades en Somalia y hago un llamamiento a todos los grupos armados en mi país a unirse al proceso de paz. Somos vuestros amigos, por favor, uníos a nosotros", dijo Sheikh Ahmed.

Tras la alocución de Sheikh Ahmed, el derrotado Siad estrechó la mano del nuevo presidente, a quien expresó sus deseos de éxito.

"Señor Presidente, usted me derrotó democráticamente y le deseo el mismo éxito que tuvo en la votación para su misión de restaurar la paz en Somalia", dijo Siad.

El nuevo gobernante es visto por la mayoría de los somalíes como el líder más adecuado en estos momentos para unir al país en la búsqueda de la paz.

Sin embargo, la milicia integrista islámica Al-Shabab (La Juventud), que intenta tomar el poder en Somalia y gobernar de acuerdo a la "sharia" (ley islámica), ha recrudecido sus ataques tras la retirada de las tropas etíopes que respaldaban al Gobierno de Transición y ocupa ya varios centros estratégicos del país.

El lunes pasado los insurgentes islámicos se apoderaron de Baidoa, la sede provisional del Parlamento, situada a 240 kilómetros al noroeste de la capital somalí, Mogadiscio.

El Parlamento se ha reunido desde el 25 de enero en Yibuti y aprobó ampliar de 275 a 550 los escaños de la Asamblea Nacional, 200 de los cuales son para la ARS y 75 que serán repartidos entre diputados escogidos de la sociedad civil y otros grupos opositores no representados en el proceso de paz.

La ARS es un grupo islámico relativamente moderado que se escindió en 2007 de Al Shabab, ala militar de la antigua Unión de Tribunales Islámicos (UTI), de la que Sheikh Ahmed era el líder, hasta que fue depuesto por dirigentes más radicales.

En 2006, la UTI derrotó a los "señores de la guerra" en Mogadiscio y el resto del sur de Somalia e impuso un régimen estricto basado en la "sharia" que fue depuesto en diciembre de ese año por las tropas etíopes que entraron en el país en apoyo del gobierno de transición somalí, con sede por entonces en Baidoa.

La primera tarea de Sheikh Ahmed será hacer frente a la nueva ofensiva de los guerrilleros de Al-Shabab, grupo que Estados Unidos vincula a Al-Qaeda y que se ha infiltrado ya en varias zonas de Mogadiscio y recientemente tildó al ahora presidente de Somalia de "títere de Occidente".