Nozar, al borde de la segunda mayor suspensión de pagos

MADRID.-  El titular del juzgado Mercantil número 2 de Madrid ha admitido a trámite la declaración de insolvencia contra Nozar presentada por Avalantransa, que reclama una deuda de 312.621 euros. La inmobiliaria de la familia Nozaleda tiene ahora cinco días para oponerse a la solicitud de concurso. Si presenta alegaciones y demuestra que puede pagar a sus acreedores, el caso será archivado; de lo contrario, el juez decretará el concurso de acreedores.

(EFE)

La deuda total de la compañía controlada por la familia Nozaleda asciende, según Avalatransa, a más de 4.000 millones de euros. Entre los impagados se encuentran principalmente entidades financieras, pero también todo tipo de pequeños proveedores que llevan meses sin cobrar.

En su escrito, presentado ante el juez el pasado 24 de noviembre, Avalatransa se quejaba de que la "huida hacia adelante" que ha emprendido la inmobiliaria "provoca que la bola crediticia se acreciente día a día, de forma que cuando llegue el inevitable concurso nada quedará para los innumerables acreedores ordinarios". También denunció entonces que Nozar estaba "liquidando ruinosamente su patrimonio" en beneficio de determinados acreedores.

Ésta no es la primera vez que se solicita el concurso de acreedores de Nozar. En marzo, Avalatransa, presentó otra denuncia similar, pero en aquella ocasión, el juez Antonio Martínez-Romillo consideró el concurso necesario "insuficientemente acreditado".

Inversiones sin sentido

El grupo Nozar, con más de 25 años de historia dentro del sector inmobiliario, se había labrado un prestigio entre sus competidores por la gran calidad con la que terminaba las obras y por la consolidación de una de las carteras de suelo más envidiadas. Pero las inversiones realizadas por la familia Nozaleda en el último año han puesto en riesgo su credibilidad y su saber hacer como gestores.

La entrada como accionistas de referencia en Colonial o en Astroc han resultado un auténtico fiasco. En el mercado no se entiende cómo el grupo ha podido endeudarse hasta límites insospechados por hacerse un hueco en otras empresas del sector cotizadas. En el caso de Colonial, incluso, llegaron a aumentar su participación a principios de diciembre de 2007, cuando ya se dejaban entrever los problemas entre los accionistas. Nozar se hizo entonces con parte del paquete (un 4%) del que se desprendió Reyal Urbis. La familia Nozaleda terminó 2008 reconociendo que no podía hacer frente a un compromiso de pago a la inmobiliaria Reyal de 200 millones de euros, lo que ocasiona que tenga que pagar más de 70 millones a la compañía presidida por Rafael Santamaría en concepto de indemnización.

Además, el próximo 31 de enero vencen deudas contraídas por Nozar con Colonial en 2007 por valor de 135,69 millones. El grupo de la familia Nozaleda aportó como garantía de esa deuda el 98% de la sociedad Boí Taüll, el complejo de esquí situado en el Pirineo leridano. Representantes de una y otra compañía negocian en estos momentos una salida a ese acuerdo ante la dificultad de Nozar de asumir dicho pago y el quebranto que supondría para el grupo desprenderse de uno de sus activos más representativos.

Según las cuentas del grupo presentadas al Registro Mercantil, correspondientes al año 2007, ese ejercicio Nozar terminó con una deuda a largo plazo de 2.056 millones y de 1.954,50 millones a corto plazo (en total 4.010 millones de euros). Los fondos propios del grupo eran de 237,30 millones, mientras que las participaciones en Bolsa que la compañía tenía en Afirma, Colonial y Aisa provocaron una disminución en el resultado de 237 millones de euros.