Multan a una edil de ANV por falta de respeto y consideración a la autoridad

Pamplona.-  La concejal de ANV en el Ayuntamiento de Pamplona, Mariné Pueyo, ha sido condenada a 60 euros de multa "por una falta de respeto y consideración debida a la autoridad" cometida en unos incidentes ocurridos el 6 de julio de 2008, momentos antes de lanzarse el chupinazo anunciador de los Sanfermines.

ampliar foto

(EFE)

El concejal de la ilegalizada ANV Shanti Kiroga, junto a su compañera Mariné Pueyo, antes de comenzar una rueda de prensa en donde ha afirmado que la libertad de expresión es algo "básico" en una democracia pero el actual sistema político "no es" tal. De esta manera ha respondido en rueda de prensa a la pregunta de cómo veía la izquierda abertzale el atentado de diciembre contra la sede de EITB y otros medios de comunicación, asumido por ETA en un comunicado que hoy publica el diario "Gara".

En la vista oral, celebrada el pasado 16 de diciembre, el Ministerio Fiscal solicitó la pena de 50 días de multa con una cuota diaria de 15 euros, y la defensa pidió la libre absolución por falta de pruebas de cargo.

En su sentencia, que puede ser recurrida ante la Audiencia Provincial, el Juzgado de Instrucción número 1 de Pamplona considera probado que el 6 de julio del 2008, momentos antes de lanzarse el chupinazo que da comienzo a las fiestas de San Fermín, Mariné Pueyo se encontraba en su calidad de concejal en la sala que da acceso al balcón del Ayuntamiento desde el que se lanza dicho cohete.

El tribunal subraya que existían "indicios" de que los ediles de ANV podían intentar sacar al balcón la ikurriña, por lo que la Policía Municipal "había recibido órdenes de que vigilasen a tales concejales e impidiesen tales acciones".

Minutos antes del mediodía, una agente vio a Pueyo acercarse al balcón "observando lo que parecía una ikurriña bajo el blusón" por lo que se lo impidió y se produjo un forcejeo que motivó la intervención de otros agentes que finalmente, al resistirse la edil, "la sacaron en volandas fuera" recibiendo insultos por parte de la concejal.

El tribunal tiene en cuenta las declaraciones de los policías para establecer que "es evidente" que la edil "no sólo les desobedeció, insistiendo en salir al balcón y negándose a abandonar el salón, sino que les faltó al respeto, cuando se encontraban uniformados y ejerciendo sus funciones, ante una pluralidad de personas".

Respecto a la alegación de la edil de que no portaba ninguna ikurriña, la sentencia subraya que "poco importa ello, pues, fuera justa o injusta la acción de los agentes, la misma sería denunciable administrativamente", mientras que, frente a ello, "lo que no cabía era desautorizarles, negándose a cumplir sus indicaciones de abandonar el salón, cuestionando su autoridad ante una pluralidad de personas y, mucho menos, insultarles".