El Dakar latinoamericano aprueba con nota pese a su dureza

Buenos Aires.-  El Dakar Argentina-Chile 2009, el primero que se celebra en Latinoamérica, aprobó con buena nota pese a la dureza extrema que ha caracterizado la prueba, y que llevó a los organizadores a meter mano en buena parte de las etapas.

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(EFE)

El piloto Marc Coma conduce su motocicleta durante la décima etapa "Copiapó-Copiapó", en Chile, del Rally Dakar Argentina-Chile 2009.

Pilotos y organizadores se mostraron conformes con el desarrollo del rally, que finalizó el pasado sábado con el español Marc Coma como ganador en motos y el surafricano Giniel De Villiers en coches.

La dificultad del trazado y el desconocimiento del terreno fueron compensados por el magnífico recibimiento que tuvo la prueba en Argentina y Chile, donde la afición local enloqueció con la llegada de la carrera más dura del mundo.

"Nadie se esperaba lo desbordante que ha sido, sobre todo en Argentina. Los argentinos son muy pasionales y la gente se ha volcado. Chile también nos ha recibido muy bien, pero es otra historia", aseguró a Efe el campeón, Marc Coma.

Acostumbrados a organizar la carrera en África, donde los responsables del rally y los participantes conocían el terreno palmo a palmo, el traslado forzoso a Chile y Argentina llevó a la gente de ASO, la promotora del Dakar, a empezar prácticamente de cero.

"Globalmente fue muy bueno. Empezamos a trabajar con personas que no conocíamos, estábamos acostumbrados a trabajar en África", dijo el director del Dakar, Etienne Lavigne, quien se mostró convencido de que, si el rally vuelve a Latinoamérica el año que viene, la experiencia adquirida este año será fundamental.

La dirección de carrera del rally no tuvo un momento de respiro en este Dakar Argentina-Chile, y se vieron obligados a intervenir en la carrera sobre la marcha para suavizar más de la mitad de las etapas de la prueba.

Varias etapas fueron neutralizadas en alguno de los puntos de control para facilitar la llegada al campamento de los pilotos aficionados, e incluso una etapa, la undécima, fue suspendida por las previsiones de malas condiciones meteorológicas.

"Hay que tomar decisiones y la organización las supo tomar muy bien cada día. Cuando anulan una etapa, cuando sacan kilómetros, es por algún motivo", aseguró a Efe Jordi Arcarons, ex piloto de rallys y actual jefe del equipo Repsol KTM.

A su juicio, modificar etapas no desprestigia a la organización, sino que "significa que tienen las cosas muy claras", y añadió que si el Dakar se hubiese desarrollado según la previsto "hubiesen terminado cuatro pilotos".

El catalán achacó los cambios improvisados a la "falta de experiencia en un terreno desconocido", pero no dudó en puntuar positivamente el rally, al que otorgaría "un aprobado largo".

En la misma dirección apunta el piloto español Jordi Viladoms, séptimo clasificado, quien señaló como factor clave la variedad de superficies que los participantes se encontraron.

Para Viladoms, los organizadores se emplearon a fondo en elaborar un Dakar tremendamente exigente que hiciera olvidar a los pilotos que el rally había cambiado de continente.

"Creo que tenían miedo de que se dijera que era más fácil que en África. La etapa de Copiapó, por ejemplo, ya era una animalada de por sí, pero si llegamos a hacer todos los kilómetros aún estaríamos allí", apuntó el escudero de Coma en Repsol KTM.

Sin embargo, Viladoms también se va contento de Chile y Argentina y aseguró que, precisamente por tratarse de una prueba tan exigente, la recompensa es mayor una vez finalizada la carrera.

"Sufrir durante tantos días es lo que le da valor a finalizar el rally. No venimos a pasarlo bien y a ver paisajes, son condiciones duras y un reto. Cuánto más difícil te lo ponen, mayor es la recompensa", recalcó.

Una vez terminado el primer Dakar lejos de África, el próximo destino del rally está en el aire, aunque Chile y Argentina de nuevo y el regreso a África son las opciones más factibles.

Gerard Soler Serrat