La crisis también puede ser un revulsivo para las pymes (si se les da la pasta)

MADRID.-  En julio de 2008, antes de que la tormenta económica fuese perfecta, casi 300.000 emprendedores abandonaron sus empresas. Ahora que la crisis arrecia con fuerza, las previsiones no son tan descorazonadoras como cabría pensar. El endurecimiento de las condiciones económicas hará que muchos aparquen sus sueños, pero la historia demuestra que la recesión agudiza el ingenio y genera nuevas oportunidades, aunque muchos se conviertan en emprendedores llevados por la necesidad.

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La crisis puede ser una oportunidad.

Para muestra un botón: Un 30% de la población boliviana montó su propio negocio entre julio de 2007 y julio de 2008, convirtiendo a Bolivia en el país más emprendedor del mundo, según el informe GEM (Global Entrepreneurship Monitor), un referente en la investigación del fenómeno emprendedor a nivel internacional, que en España elabora la IE Business School. "La necesidad lleva a los bolivianos a agudizar el ingenio para mejorar su situación económica", explica Ignacio de la Vega, director del estudio. Un fenómeno que podría generalizarse en España a causa de la recesión.

Una alternativa al paro

En julio de 2008, un 7,7% de la población tenía intención de montar una empresa, cerca de dos millones de compañías se encontraban en fase de despegue —tenían entre 0 y 42 meses de vida— en nuestro país, y casi un 15% del total habían sido creadas partiendo de una necesidad o de la falta de alternativa profesional. Los expertos opinan que este porcentaje seguirá creciendo. "La necesidad de emprender será aún mayor en los próximos meses ante la destrucción de empleo y la escasez de oportunidades laborales del mercado", afirma De la Vega.

Los cambios se perciben ya en el perfil del emprendedor. Según el IE, la edad media ha aumentado, situándose en los 40 años, como reflejo de la incorporación de desempleados a este colectivo con iniciativa empresarial. La proporción de mujeres y extranjeros también ha crecido, así como el número de emprendedores con estudios medios, aunque siguen predominando los que tienen educación superior.

Para Teresa Santero, secretaria general de Industria, lo que mueva a un ciudadano a montar una empresa no tiene por qué influir en el resultado final. "La actividad emprendedora puede ser igual de fructífera independientemente de la fuerza que la impulse, ya sea la iniciativa o la necesidad", sentencia.

La clave está en el crédito

El mayor escollo que deben sortear los emprendedores es la falta de financiación. Según De la Vega, ése es el factor "que puede condicionar la tasa emprendedora". Es por eso que tanto el Estado como las comunidades autónomas "han empezado a reaccionar, creando líneas de financiación específica para las pymes", afirma este experto.

Según De la Vega, la Comunidad de Madrid ha sido una de las que más rápido ha reaccionado ante este problema. De hecho, "es la que más emprendedores genera", asegura. Pero también hay otras administraciones regionales que están estimulando el tejido empresarial con subvenciones. Es el caso del Gobierno canario.

Irene Blanco es una de las emprendedoras canarias que se han liado la manta a la cabeza en los últimos meses, estimulada por las ayudas económicas que puso en marcha su Ejecutivo autonómico. Llevaba diez años como freelance prestando sus conocimientos legales a compañías del sector —"tramitando permisos de Aviación Civil, renovación de aparatos, matriculación...", explica—, hasta que en junio del año pasado decidió montar su propia empresa de asesoramiento aeronáutico: Calima Asesores. Los 20.000 euros de subvención que recibió le supusieron un ahorro del 30% en los primeros gastos, el resto de la financiación corrió cargo de un crédito personal que había solicitado diez meses antes. "Conseguir un préstamo ahora hubiese sido muy difícil", comenta.

Y es que la crisis ha hecho que bancos y cajas cierren el grifo a cal y canto. Aunque De la Vega asegura que el panorama empieza a cambiar, y "entidades bancarias y cajas de ahorros están creando productos crediticios especializados en las pymes". No obstante, cree que el proceso llevará tiempo, porque existe "mucho miedo al fracaso".

Miedo al fracaso

Precisamente ese miedo es el que impide que muchos den el paso adelante, o se retiren sin luchar. "El empeoramiento del entorno macroeconómico ha hecho que, en el último semestre de 2008, haya aumentado la tasa de abandono de iniciativas, que en julio se situaba en el 1,3%", comenta De la Vega.

Para la secretaria general de Industria, se trata de un problema cultural. "Nuestra cultura tiende a estigmatizar a los emprendedores que fracasan en el intento, pero hay que cambiar esa percepción negativa, y entender que de los errores se aprende, que los fallos ayudan a crecer, y que emprender un proyecto demuestra coraje e iniciativa, y eso tiene mucho valor", sentencia.

En su opinión, es más preocupante "el poco interés" que las nuevas generaciones muestran por el emprendimiento empresarial, que prefieren convertirse en funcionarios antes que demostrar iniciativa. Este dato también queda reflejado en el estudio GEM, que ha detectado que "la formación para emprender" se realiza de forma voluntaria y es prácticamente nula. Sólo un 12,5% de la población activa ha recibido este tipo de formación en su etapa escolar, y un 14,6% los ha hecho al finalizarla. Esto hace que la necesidad de asesoramiento de los emprendedores españoles sea muy elevada, lo que aumenta ese miedo al fracaso.

Es por ello que los expertos perciben la recesión como "generadora de nuevas oportunidades", y creen que en época de crisis "el temor al fracaso disminuye, porque se emprende este camino como la única vía", afirma De la Vega, quien también apunta que la iniciativa y la innovación "no implican necesariamente inversión. A veces, es sólo cuestión de talento e imaginación", sentencia.

Habrá que tomar nota.

Más información:

• Subvenciones para emprendedores de España, de Universia.
• Líneas ICO de apoyo a las pymes.