Beiras revela la obra de Ferro Caaveiro, el último arquitecto barroco de Santiago

Santiago de Compostela.-  Lucas Ferro Caaveiro (c.a.1700-1770) permanecía en un segundo plano en la historiografía del arte y la arquitectura gallega, a pesar de haber sido uno de los grandes maestros de la escuela barroca compostelana y autor de símbolos de la ciudad, como el remate de la fachada del Obradoiro, de su maestro Fernando de Casas, o la fachada de la Azabachería, la Iglesia de San Fructuoso y casas y obras de ingeniería civil como el Puente del Sar.

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(EFE)

Remate de la iglesia de la Angustia de Abajo, actual San Fructuoso, en Santiago de Compostela, obra maestra de Lucas Ferro Caaveiro, sobre el que la Fundación Caixa Galicia ha publicado el trabajo de Eduardo Beiras García "Lucas Ferro Caaveiro e a cidade de Santiago de Compostela".

También son importantes las iniciativas que proyectó y no llegaron a buen término, entre las que destaca la propia Casa Consistorial, en gran medida por haberse topado el arzobispo Rajoy, que le llevó incluso a perder el cargo de maestro de obras de la Catedral.

La Fundación Caixa Galicia ha publicado el trabajo "Lucas Ferro Caaveiro e a cidade de Santiago de Compostela", de Eduardo Beiras García, la primera aproximación monográfica a un "maestro genial".

Beiras García explicó en entrevista con Efe que las raíces de la vida y obra de Ferro Caaveiro se asientan en la escuela de maestros de obras santiagueses y una tradición que viene de la edad media de numerosos oficios, como maestros canteros, cortadores, ensambladores, oficiales, aprendices, que surgieron en el entorno de la Catedral, "porque el arte es un oficio y no viene de la nada".

Así, en el siglo XVII, cuando se empieza a cubrir, "no destruir", la Catedral de entonces, "que era como una fortaleza", con "un caparazón y unas estructuras nuevas, para mejorar su imagen y dignificar el sepulcro del apóstol", aquella tradición dio como fruto maestros que fueron "grandes genios" que trabajaron ya en clave barroca, de la mano de Andrade, que "es el primer gran maestro y, digamos, inventor del barroco compostelano", agregó el especialista.

Para Beiras García, la lejanía de la Corte y Europa y también por otras circunstancias, como disponer de "una piedra muy especial", como el granito, el barroco compostelano fue "diferenciándose rápidamente del barroco que se hacía en Salamanca, en la Corte de Madrid o en Sevilla" y lo define, entre otras características, la ausencia de ornamentación referida a la naturaleza, como angelitos o racimos de uva, en cuyo lugar figuran formas geométricas, determinadas por rectas y curvas y placas o volutas planas.

Después del éxito en la conclusión de la fachada del Obradoiro, tras la muerte de su autor, Casas Novoa, el primer gran encargo a Ferro Caaveiro en la Catedral viene debido al incendio registrado en 1752 en que se pierde la antigua Sala Capitular, de madera, y el Cabildo decide construir una de piedra y con nuevos criterios estéticos y "algo fuera de lo común", lo que dio lugar a la "primera gran obra" de Ferro Caveiro, una sala de corte palaciego, "que sólo se puede encontrar en las cortes madrileña y europeas o en el Vaticano, es decir, una obra internacional", con un techo de piedra "cumbre de la cantería gallega", en opinión de Eduardo Beiras.

Tras la magistral intervención anterior, el Cabildo Compostelano le encarga la obra que iba a significar su primer choque con el arzobispo Bartolomé Rajoy, la fachada de la Azabachería, que construye Ferro Caaveiro, aunque ya no se acepta su propuesta de remate, que termina en manos de Ventura Rodríguez, con los nuevos criterios de la Real Academia de Bellas Artes, en contra de la propuesta de Lucas Ferro, que "quería llevar el barroco a sus últimas consecuencias y había diseñado una maravillosa estructura que no le permitieron desarrollar".

Eduardo Beiras considera que en esta decisión "pesa también cierto servilismo hacia la Corte".

La discrepancia con Rajoy se produce por la pretensión del arquitecto de bajar el nivel de la plaza para resaltar la fachada, lo que, según Beiras, podría crear una sensación de "patio de luces" en la que era entonces puerta principal del templo y el Arzobispo, "quizás con buen criterio", se opuso y se iniciaron unas "fuertes desavenencias" que impidieron ya continuar con su trabajo para la Catedral.

No obstante, Ferro Caaveiro tiene encargos de la sociedad civil muy importantes, aunque alguno, como la Casa Consistorial, que le encarga el Ayuntamiento, no llega a realizarse también por la retirada de Rajoy del proyecto, pero sí muchas casas para la nobleza y burguesía compostelana, como el Pazo de Pedrosa, la Casa de Valderrama, el Colegio de los Irlandeses y otras, así como obras en las que reflejó una gran capacidad técnica de ingeniería, como algunas fuentes, el Ponte Mantible o el Puente del Sar.

Si con el Ayuntamiento fue su último intento de dotar a la ciudad de una obra representativa y monumental, con el encargo del Hospital Real para construir una iglesia para su cementerio, la de las Angustias de Abajo, San Fructuoso hoy, tiene la oportunidad de legar su testamento arquitectónico, ya que ahora "dispone de carta blanca, mientras que, con la Catedral, siempre estaba el cabildo encima", recordó Eduardo Beiras.

Así, construye "la iglesia más extraña, entre comillas, más fuera de uso de Santiago y de Galicia", con una planta cuadrada en el exterior y redonda en el interior, coronada con balaustradas y estatuas, un reducido campanario, situado en el centro y distorsiones en los arcos para lograr una imagen onírica y cercana al Rococó.